Enseñar a un niño
cómo debe saludar, cómo hablar por
teléfono, cómo despedirse, cómo relacionarse con personas mayores, dependiendo
de la personalidad o
el temperamento de nuestro hijo, puede ser más o menos
complicado. Seguramente, todos los padres hemos vivido situaciones en la
que hemos hablado por nuestros hijos al comprobar que éstos, bien por vergüenza
o desconocimiento, no estaban preparados para dar una respuesta satisfactoria a
una determinadasituación social.
Enseñar normas
sociales a los niños
La falta de normas
sociales en los niños, muchas veces, es interpretada como crueldad o como mala educación.
Recuerdo una ocasión, cuando mi hija tenía 3 ó 4 añitos, en la que esperando a
que nos cobraran en la caja del supermercado, había una anciana delante de
nosotras que tenía enfermedad de
Parkinson y movía con espasmos su cabeza y sus manos. Mi hija, al verla, me
dijo a voz en grito: "¡mamá, esta señora parece tonta, mira que cosas
hace!". Enseguida le expliqué lo que le ocurría, pero me dio pena que
aquella viejecita escuchara su "cruel comentario".
El respeto a los mayores, el no hablar a gritos,
el tratar con cariño a los que son diferentes a él son conductas aprendidas como otras más cotidianas.
El ejemplo de los padres es como siempre fundamental, pero darles cuando venga
al caso unos pequeños consejos para ser discretos, o fórmulas o frases para
agradecer, pedir perdón, pedir cosas, serán siempre un complemento a lo que
vean en los mayores.
También hay muchos momentos
que podemos aprovechar para que se "entrenen" en situaciones
sociales, como hablar por teléfono con ellos, conversar sobre algo que les ha
ocurrido, enviarles a comprar el pan o traer invitados a casa. Intentemos en
todo caso evitar el "haz lo que digo y no lo que hago", porque ellos nos imitarán casi siempre, nos escucharán de vez en cuando y, por supuesto,
imprimirán irremediablemente su personalidad en cada situación que suponga un
inicio a la convivencia con los otros.
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