Johnson &
Johnson y ViaCyte ya tratan a pacientes y de tener éxito estaría disponible
dentro de varios años
Por Agencia EFE
Johnson & Johnson continua con su
larga búsqueda de una cura de la diabetes de Tipo 1 y ha unido fuerzas con la
firma de biotecnología para acelerar el desarrollo del primer tratamiento con
células madre que podría corregir este desorden hormonal que pone en riesgo la
vida.
Las compañías ya han
iniciado las pruebas en un pequeño número de pacientes diabéticos. Si funciona
tan bien en pacientes como lo ha hecho en animales, supondría una cura para la
enfermedad y pondría fin a la necesidad de frecuentes inyecciones de insulina y
pruebas de azúcar en sangre.
ViaCyte y el grupo de
Johnson & Johnson Janssen BetaLogics indicaron hoy que han acordado
combinar su conocimiento y cientos de patentes para su investigación a través
de ViaCtye, socio de J&J desde hace años y centrado en medicina
regenerativa.
La terapia implica inducir
células madre embrionarias para convertirlas en células que producen insulina,
en una pequeña cápsula que se implanta bajo la piel. La cápsula protege a las
células del sistema inmune, que de otro modo las atacaría como invasoras. Este
bloqueo ha acelerado otros proyectos de investigación.
También investigadores de
universidades y otras farmacéuticas trabajan hacia una cura para la diabetes
utilizando diferentes estrategias. Pero según ViaCyte y otros, su tratamiento
es el primero probado en pacientes humanos.
Si tiene éxito, el producto
podría estar disponible dentro de varios años para los pacientes de tipo 1, y
con el tiempo también podría tratar a los diabéticos de tipo 2 que utilizan insulina.
"Esta podría ser la
buena", dijo el doctor Tom Donner, director del centro de diabetes en la Facultad de Medicina de la Universidad John
Hopkins. "Es como fabricar un nuevo páncreas que fabrica todas las
hormonas" necesarias para controlar el azúcar en sangre.
Donner, que no participa en
el estudio, dijo que si el dispositivo proporciona a los pacientes niveles
normales de insulina, "va a impedir que millones de diabéticos sufran
peligrosas complicaciones".
Las personas con diabetes de
tipo 1 ya no producen insulina, la hormona que convierte en energía el azúcar
en sangre, porque su sistema inmune ha matado las células beta en el páncreas.
Esas células fabrican insulina en respuesta a la subida de los niveles de
azúcar en sangre tras una comida.
Con los años, el exceso de
azúcar en el torrente sanguíneo daña los vasos sanguíneos y los órganos. Sin un
tratamiento efectivo, los diabéticos sufren complicaciones graves como ceguera,
fallo renal, problemas cardiacos, amputaciones e incluso muerte prematura. Por
otro lado, demasiada insulina puede suponer un nivel de azúcar muy bajo que
puede matar a los pacientes, en especial niños pequeños.
Según la Asociación de Diabetes
de Estados Unidos, unos 29.1 millones de estadounidenses tienen diabetes,
incluidos 1.25 millones con diabetes del tipo 1. La cantidad de personas con
esa variante de la enfermedad, o dependientes de la insulina, crece de forma
continuada. Mientras tanto, la cantidad de pacientes con diabetes de tipo 2,
cuyos cuerpos fabrican insulina pero no los utilizan de forma eficiente,
aumenta de forma exponencial debido a la epidemia global de obesidad y estilo
de vida sedentario.
Muchos pacientes no pueden
controlarlo bien porque el tratamiento es agotador, requiere una dieta
estricta, ejercicio frecuente, varias inyecciones diarias de insulina y otros
fármacos, y varios pinchazos en un dedo para comprobar el nivel de azúcar.
Además, algunos pacientes no pueden pagar las costosas medicinas.
ViaCyte Inc., con sede en
San Diego, lleva una década investigando su tratamiento, en parte con
financiamiento del Juvenile Diabetes Research Fund y el California Institute
for Regenerative Medicine.
Johnson & Johnson, con
sede en New Brunswick, New Jersey, es un importante inversor de ViaCyte y
realiza investigaciones paralelas desde hace unos 13 años, indicó Diego
Miralles, jefe de innovación global en J&J.
"Queríamos ampliar
nuestras apuestas para asegurarnos de que ganaríamos en este campo... que es
tan transformacional", dijo Miralles.
El directivo declinó revelar
los términos financieros del acuerdo con ViaCyte.
La empresa empezó la primera
ronda de pruebas en pacientes hace un año implantado su producto, llamado
VC-01, en una docena de personas con diabetes de tipo 1, dijo Paul Laikind,
director ejecutivo y presidente directivo de ViaCyte. Los sujetos recibían una
pequeña cantidad de células productoras de insulina en sus dispositivos, y se
les vigilará de cerca durante dos años para analizar la producción de insulina
y otros efectos.
Después de 12 semanas, el dispositivo
se había adosado adecuadamente a los vasos sanguíneos cercanos, sus nuevas
células productoras de insulina seguían multiplicándose y no se identificaron
efectos secundarios. Pronto, otra docena de pacientes recibirá la misma dosis
de células en cápsulas en un implante.
Si todo va bien, en la
próxima ronda de pruebas se implantará a unos pocos pacientes recibirán las
cápsulas con una dosis completa de células, probablemente en la segunda mitad
de este año. Harán falta más pruebas antes de que los reguladores puedan
aprobar el producto.
"Creemos que tendrá que
sustituirse de forma periódica", dijo Laikind.
Las pruebas anteriores
realizadas durante años en miles de ratones demostraron que las células
productoras de insulina maduraron y produjeron la hormona necesaria en el ratón
durante la vida del roedor, en torno a un año, señaló Laikind.
Debido a la cápsula
protectora, que es plana y más pequeña que una tarjeta de visita, el
dispositivo puede retirarse de inmediato para evitar daños al paciente si algo
va mal.
Los resultados preliminares
son prometedores, señaló en un correo electrónico la doctora Betul Hatipoglu,
endocrino de la Clínica
de Cleveland.
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