El sol tiene muchos beneficios para la salud pero hay veces en los que puede jugarnos malas pasadas, sobre todo si tenemos fotosensiblidad o si utilizamos productos que favorecen este proceso. Te contamos qué es y cómo identificarlo.
Autora: Joanna
Guillén Valera
Cuando llega el verano es habitual tomar el sol en los
destinos a los que vamos de vacaciones o pasar los días libres. Esto, sin la
adecuada protección puede pasarnos factura en modo de quemaduras solares y daño
cutáneo pero hay otro efecto del sol que pocos conocen y que es más habitual de
lo que pensamos. Es la fotosensibilidad.
Como explica a CuídatePlus Jerónimo Ors, farmacéutico, “esto es una
reacción anómala y excesiva a la radiación solar o a la radiación ultravioleta.
Unas veces es provocada de forma espontánea por nuestro cuerpo y otras por la
ingestión de medicamentos, llegando a provocar fototoxicidad”. Cuanto sufrimos
fotosensibilidad “lo que ocurre es que una serie de sustancias que hay
en nuestra piel reaccionan de forma intensísima con la energía de la radiación ultravioleta,
originando una reacción que inflama la piel y que puede llegar a destruirla”.
Desgraciadamente, señala el farmacéutico, es una reacción
que se da con cierta frecuencia. “Aunque es difícil cuantificarlo, porque solo
los casos más graves llegan al médico”, apunta. Los demás casos “se
perciben como una quemadura solar de mayor o menor intensidad”.
Hay que señalar que su incremento se debe, en parte, “al
contacto con sustancias químicas, la alimentación con muchos aditivos, el
consumo cada vez más extendido de medicamentos y la contaminación ambiental que
producen un aumento de la sensibilidad de la piel”. Además, es un
problema que puede ocurrir a cualquier edad pero las personas con más
riesgo son “aquellas sometidas a un fuerte estrés, las que toman medicamentos
fotosensibilizantes como algunos antibióticos o quimioterapia”, informa el
también director de Cosméticos Paquita Ors.
“Las jóvenes embarazadas, las que tienen tendencia
al estreñimiento, las que manejan sustancias químicas habitualmente y las
que pasan mucho tiempo al aire libre”, también “son más susceptibles de sufrir
esta agresión en su piel”.
¿Cómo lo identificamos? “El
ejemplo más clásico es que nos quemamos con extraordinaria facilidad”, indica
el farmacéutico. La piel aparece “roja, hinchada, tenemos sensación de
incomodidad y tirantez”. Si el fenómeno es muy intenso, “podemos tener
fiebre”. En estos casos, “conviene ir a urgencias”.
Los cosméticos más fotosensibilizantes
Pero no sólo situaciones determinadas pueden producir
fotosensibilidad sino que también hay cosméticos que usamos a diario y que
pueden producir o aumentar la sensibilidad solar. “En unos casos porque
descaman la piel, disminuyendo la barrera protectora, como pueden ser los ácidos
frutales o el ácido azelaico”, señala el farmacéutico. Estas sustancias
“tienden a pelar la epidermis. La piel está algo más débil y, por tanto, es más
sensible a la agresión solar”.
Las sustancias que más habitualmente producen
sensibilidad en la piel son los retinoles. “Esto se debe a su
capacidad de acelerar el ritmo de renovación de la piel, y muchas veces cuando
se aplican en pieles sensibles, descaman la epidermis de forma más o menos
suave”, informa. Por eso “es muy importante utilizarlos durante las horas nocturnas”.
Y es que, a esas horas, “particularmente entre dos y tres de la madrugada, nuestra
piel respira más profundamente, se regenera y absorbe mejor los activos, con lo
que estos productos serán más efectivos”. Además, así “minimizamos los efectos
sensibilizantes que pueden tener. Aunque siempre es conveniente utilizar
fotoprotector durante el día”, concluye.
Fuente: https://cuidateplus.marca.com/
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