
PROF. ANA DIAZ
Los seres humanos son administradores de toda la creación, regalo que se les otorga para que vivan en ella, la cuide, la proteja y la ponga a producir. Para cumplir con estos compromisos los seres humanos nos planteamos “propósitos” dentro del marco integral de una planificación o programación que responda a las competencias, habilidades y destrezas que se desean desarrollar.
Los propósitos se conciben como ideas, enunciados e intenciones que orientan acciones adecuadas a la selección y organización de los temas a ejecutar.
Algunas personas realizan proyectos sin formularse propósitos (generales o específicos) y han tenido que detenerse, abandonar su ideal o ver desmoronarse sus aspiraciones, porque éstos constituyen el núcleo sobre el cual giran los demás elementos que forman el todo.
Toda persona emprendedora, sin tomar en cuenta su condición social, política, religiosa, familiar, se forja propósitos para logar sus inocuas metas.
Alcanzar un propósito no es difícil, solo hay que concretarlo en sus tres aspectos: cognoscitivo, afectivo y psicomotor, enfocando de forma relevante y pertinente el pensamiento que comunica la gran información que da por terminada la tarea a largo, mediano o corto plazo.
Los propósitos son los que nos brindan la oportunidad de crear y proyectar acciones que se aspiran realizar. Cuando el emisor se formula un propósito todas sus intenciones están dirigidas al receptor, es por esta razón que los factores que los condicionan son de origen social, filosófico, económico y político.
Las palabras claves para el logro de los propósitos: amplitud, generalidad y mediatez.
“No hay camino largo ni tedioso si el ideal es dejar huellas que otros puedan transitar”.
Para muchos los propósitos y los objetivos significan lo mismo, no es así, el primero sustenta el ideal, la finalidad o la intención de lo que aspiro alcanzar, el segundo, conduce a lo que deseo obtener o adquirir, es como el cambio de aptitudes y actitudes. Ambos también se relacionan porque necesitan de tiempo, espacio y de un individuo que lo proyecte y lo promueva en prácticas sociales, educativas, religiosas, de salud y/o de carácter familiar.
Por último dicimos que, quien no formula propósitos jamás podrás desarrollar contenidos y alcanzar o lograr metas.
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