
Los que nos gobiernan, únicamente porque les hemos concedido esa distinción a través del voto, deben comprender que ya el discurso por sí solo no convence, que hay una generación consciente de la necesidad de líderes cuya coherencia sea probada con sus hechos, en una práctica democrática certera, sin vendas.
La humanización de la política es inminente, necesaria y debe ser ahora. Humanizar la política no es prometer, para luego no hacer nada. Humanizar la política es dejar de jugar con los sueños de la gente y empezar a atender sus necesidades. Humanizar la política es atender las prioridades humanas de los pueblos como educación, salud, empleo, vivienda.
Humanizar la política es entenderla como la base de la convivencia nuestra en sociedad y permitir que todo ciudadano o ciudadana sea gobernante, que participe de la toma de decisiones, se exprese, se involucre. Es entender, que el pueblo es el gobernante y los funcionarios que el pueblo elige, son los gobernados y por tanto, deben escuchar, ponderar y votar de acuerdo a las propuestas de sus demarcaciones, no de sus partidos.
Humanizar la política es reconocer que el movimiento social que se ha desatado en Latinoamérica a favor de la educación, tiene sus méritos y que solo a través de la educación, se puede llegar a la igualdad de derechos y condiciones. Un pueblo no educado, no elige bien, aunque elija.
Un pueblo educado puede empoderarse, debatir, conocer propuestas y ser ellos mismos actores importantes en las decisiones que nos afectan a todos y todas. Con una baja calidad educativa y un modelo que nos enseña a pensar dentro del autoritarismo aunque estudiando la democracia, tendremos pueblos silentes y sometidos a tratos indignos.
La creación de la ESCUELA CIUDADANA es inminente y necesaria para la consolidación de la democracia en América Latina y especialmente en la República Dominicana.
Ya no basta con la formación de la escuela formal en ciencias, matemáticas, lengua española e idiomas; es necesaria una formación ciudadana que enseñe a los ciudadanos/as sus deberes y derechos, así como su Constitución Política, el liderazgo al servicio y la responsabilidad en que se incurre al poseer alguna función pública.
Esta propuesta implica, que la escuela pública desde el nivel inicial es la mayor protagonista de cambios estructurales en la cultura política, desde allí se deben instaurar las materias relativas al ser ciudadano y al fortalecimiento de la democracia, concentrándonos básicamente en la formación del individuo, del ciudadano y luego en la formación de la colectividad.
La clave de una democracia bien constituida es la unión entre lo que dicen nuestras Constituciones y la práctica política que sea ejercida. La clave de una política bien ejercida, son ciudadanos educados en sus Constituciones Políticas, deberes y derechos. La clave de la educación de la nueva era es la transformación total del modelo de enseñanza. La clave de una Latinoamérica nueva, es una educación nueva.
La democracia inicia en la educación, por eso en la República Dominicana, seguiremos reclamando lo que por derecho nos corresponde, que se cumpla la Ley de Educación, el 4% del PIB para el sector educativo, una Ley que nació hace 14 años y que hoy por hoy, es un derecho consagrado que los gobiernos nos siguen negando
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