Durante décadas la gente ha estado muy intrigada con la extraña desaparición de barcos, botes y aeronaves dentro del denominado Triángulo de las Bermudas, el cual está comprendido entre las islas Bermudas, la isla de Puerto Rico y la Florida, es decir, inmediatamente al norte de la República Dominicana.
La desaparición de unos 50 barcos y 20 aviones en el Triangulo de las Bermudas ha preocupado a mucha gente, pero el caso más famoso de desaparición de aeronaves es el vuelo 19, donde 5 aviones militares norteamericanos TBM desaparecieron durante un vuelo de entrenamiento en fecha 5 de diciembre de 1945, en un día claro, con mar tranquilo, donde también desapareció el hidroavión que fue enviado a localizar las aeronaves perdidas.
La gente ha inventado todo género de mitos y novelas en torno al extraño Triángulo de las Bermudas, desde seres extraterrestres que habitan en el fondo del mar de ese triángulo geográfico, hasta una ventana dimensional marina a través de la cual las aeronaves y sus ocupantes pasan a una cuarta dimensión espacial y ya no regresan.
Los reportes de radio de las naves perdidas generalmente daban cuenta de una dislocación local del campo magnético terrestre, lo que hacía que las brújulas perdieran el Norte, al mismo tiempo que se reportaban zonas de espuma blanca sobre la superficie del mar.
Investigaciones geológicas y geoquímicas desarrolladas por el Servicio Geológico de los Estados Unidos demuestran que una parte importante del lecho marino está recubierta de una capa de hidrato de metano, y que los eventos sísmicos que se producen en la zona rompen la superficie del fondo oceánico liberando importantes cantidades de ese hidrato de metano presente en el subsuelo marino, lo que libera gran cantidad de gas metano que llega a la atmósfera en poco tiempo.
Cuando el gas metano (CH4) del fondo marino se libera en cantidades importantes, el agua y el aire que se encuentran por encima experimentan un descenso brusco de su densidad debido a que el metano es más ligero que el agua y que el aire, y esto bastaría para hundir un barco que pierde su flotabilidad, o para que un avión pierda sustentación y caiga al mar.
Una burbuja gigantesca de gas metano que emerge desde el fondo del océano puede romperse debido a la gran presión del agua profunda, convirtiéndose, antes de alcanzar la superficie, en un conjunto de miles de burbujas menores, que al emerger en la superficie del mar forman una gran turbulencia que pone en peligro la flotabilidad de la embarcación.
Las frecuentes erupciones marinas de metano podrían producir regiones de agua espumosa de baja densidad que podría restar sustentación a los barcos que transitan por la zona en ese momento y esos buques se hundirían muy rápidamente sin que la tripulación se percate de lo que realmente ocurre.
Experimentos de laboratorio confirman que la liberación súbita del hidrato de metano contenido en el fondo del mar produce burbujas de gas que hacen disminuir la densidad del agua hasta hundir un barco que normalmente puede flotar en agua de mar con densidad de 1.028 tonelada por metro cúbico, pero que se hunde en agua de baja densidad.
De igual manera, el gas metano disperso en el aire reduce la densidad del aire y este aire menos denso hace que los aviones pierdan sustentación y caigan al mar sin que el piloto conozca las causas reales del colapso.
Otra consecuencia de la presencia del metano en el aire es que como el altímetro del avión mide la presión y la densidad del aire para obtener la altitud sobre el mar, y como el metano reduce la densidad del aire, el altímetro indicaría erróneamente que el avión está más alto de lo real, y un piloto que viaje de noche o entre nubes interpretaría que el avión está subiendo, y reaccionaría descendiendo, haciendo que el avión se estrellara.
Otro posible efecto directo es que el metano que entra al motor del avión afecta la mezcla de combustible y aire, ya que los motores del avión queman hidrocarburos mezclados con el oxígeno del aire, y cuando la cantidad de oxígeno ambiental desciende bruscamente, la combustión podría detenerse por completo, haciendo que el motor se apague y que el avión caiga al mar.
Al margen de las investigaciones desarrolladas en el Triángulo de las Bermudas, la gente va a seguir creyendo en mitos y leyendas relativas a la extraña desaparición de embarcaciones y aviones en esta región del océano Atlántico vecina a la Rep. Dominicana, pero la realidad es que las Geociencias han ayudado a esclarecer el viejo misterio de que en el Triángulo de las Bermudas hay seres extraterrestres que hacen desaparecer ciertas naves, o una ventana dimensional a través de la cual se pasa a una dimensión desconocida.
Durante milenios los seres humanos hemos definido como misterioso todo aquello que no podemos explicar convincentemente frente a los demás, y el Triángulo de las Bermudas es uno de esos ejemplos de la cotidianidad.
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