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Las personas autistas tienen derecho a vivir dignamente


DEBE HABER OPORTUNIDADES PARA QUE DESARROLLEN SU POTENCIAL
Signos. Si el niño vive en “su mundo”, tiene dificultad para hacer contacto visual o se desconecta de los demás, podría necesitar evaluación.
Santo Domingo
Hoy, día 2 de abril, ha sido declarado por el Sistema de las Naciones Unidas como Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, una discapacidad permanente del desarrollo cuya tasa es alta en todas las regiones del mundo acarreando un terrible impacto en los niños, sus familias, las comunidades y la sociedad.
Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, dijo sobre el particular: “El autismo no está restringido a una sola región ni a un solo país; es un reto de alcance mundial que requiere medidas a nivel mundial [...]. Ahora es el momento de obrar en pro de una sociedad más inclusiva, poner de relieve los talentos de las personas afectadas y velar por que haya oportunidades para que puedan desarrollar su potencial”. 
El apoyo familiar
La Federación Dominicana de Autismo define la condición como “un trastorno físico ligado a una biología y química anormales en el cerebro, cuyas causas exactas se desconocen”. María Santucci explica en su libro “Educando con capacidades diferentes: un enfoque psicológico desde el retraso mental a la superdotación” (Editorial Brujas, 2005) que la complejidad del autismo amerita intervención multidisciplinaria de psicólogos, terapeutas, psiquiatras, psicopedagogos, psicomotricistas, neurólogos, endocrinólogos, kinesiólogos, nutricionistas, fonoaudiólogos, médicos clínicos y otros expertos. No puede faltar en este grupo de ayuda la familia. “La familia debe ofrecer al niño autista un ambiente protector y el rol que ocupa debe ser resignificado. No debe ser este el centro de todo suceso, ni ser rechazado por sus condiciones; hay que brindarle la posibilidad de interactuar como uno más”. 

ACCESO A INTERVENCIÓN CUALIFICADA

En su libro “Trastornos del espectro autista y calidad de vida”, José Luis Cuesta Gómez  explica que las personas autistas necesitan y tienen derecho a una intervención cualificada, protección a lo largo de la vida, teniendo en cuenta los diferentes niveles de ayuda que requieren, servicios continuados y oportunidades de inclusión en la comunidad, entrenamiento funcional en áreas como comunicación y conducta, habilidades sociales, autonomía personal y todos los apoyos que puedan facilitar la máxima independencia posible para una vida adulta en la comunidad.
“El temor de las familias ante un futuro incierto debe ser paliado por una temprana planificación de apoyos para toda la vida que sean capaces de adaptarse a la evolución de la persona”, indica el experto en la publicación. 
La posibilidad de una vida digna es un derecho de las personas con Autismo según la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad en vigor desde 2008, que reafirma el principio fundamental de universalidad de los derechos humanos para todos. 

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