Por JESUS FERIS IGLESIAS
EL AUTOR es medico. Reside en Santo Domingo.
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Siempre se ha establecido que el dengue grave cuando es bien diagnosticado y adecuadamente tratado, la mortalidad a causa de esta enfermedad no debe pasar más allá del uno por ciento de los casos.
Sin embargo, desde que en el país se ha reconocido la enfermedad, por más cursos, seminarios, conferencias e inclusive guías impresas para el buen manejo del dengue, la mortalidad por dengue siempre es mucho más alta que la cifra anterior.
La alta mortalidad por dengue en el país fue exhibida por autoridades de la OPS en el recién finalizado congreso de infectología en Santiago de Chile, que a diferencia de los demás países del continente americano, llama la atención.
Son diversas las causas de la alta mortalidad por dengue grave en el país, sin embargo, la mayoría de veces son por un inadecuado manejo de los casos. Y, desgraciadamente no se toman correctivos para mejorar esta triste situación.
Hemos observado año tras año, cómo llegan niños al Hospital Infantil Dr. Robert Reid Cabral –HIRRC- referidos de municipios del interior del país que en pocas horas mueren sin que se pueda revertir su estado agónico. Y, hemos informado sistemáticamente que el tratamiento del dengue y dengue grave lo único que se necesita es mantener una adecuada hidratación a la persona enferma y cuidado permanente al lado del paciente. Por tanto, no se necesita referir a los enfermos de un lugar lejano a otro, perdiéndose el tiempo necesario para que el enfermo recupere su salud.
En ocasiones, visitamos municipios del interior del país y nos quejamos por tantos traslados de esos municipios a la capital del país. La respuesta casi uniforme es la siguiente: “desde que nosotros diagnosticamos un dengue, nos tenemos que quedar solos tratándolo. Tenemos que abandonar otras obligaciones en la tarde y noche y nos pagan solo cuatro horas al día. Ustedes, en el HIRRC, tienen internos, residentes de primer, segundo, tercer y cuarto año, médicos ayudantes y jefes de servicio. ¿Quién nos paga las horas extras, teniendo nosotros que abandonar la consulta privada y otros compromisos? termina la cita”.
Por otro lado, continúan diciendo, no tenemos una ambulancia para referir a ningún paciente cual que fuera el diagnóstico.
La realidad es que cuando un dengue grave es detectado en un municipio pequeño es trasladado a un hospital del municipio cabecera y de éste al HIRRC de la capital. El resultado es que durante esos trasladados el paciente queda prácticamente sin atención y sin lo más importante que es el suministro de los líquidos necesarios para su correcta rehidratación.
Por otro lado, también hay casos que fallecen sin haber sido trasladados, sin embargo, en algunos de esos casos también ha fallado el estar al lado del paciente permanentemente en el momento de la tormenta del dengue, que no es más que el traspaso de líquidos a un tercer espacio del organismo, motivando una deshidratación interna grave, que es lo causa la muerte y que puede evitarse.
Las muertes que se deben encontrar en el uno por ciento de todos los casos de dengue son aquellas que por razones innatas del paciente y sus mecanismos de defensa no responden adecuadamente y fallecen.
Es necesario hacer una discusión profunda y amplia con las más altas autoridades en salud sobre el problema del dengue y su alta mortalidad para tomar los correctivos de lugar en cada caso.
Si bien es una irresponsabilidad trasladar un dengue grave en condiciones precarias en términos de traslado, también es una irresponsabilidad dejar a un colega solo tratando un dengue grave en un municipio alejado sin la ayuda de otros galenos y sin otros incentivos por haber permanecido al lado del paciente por más de 24 horas.
Hasta que no se tomen medidas diversas para mejorar esta triste realidad, tendremos una alta mortalidad por dengue.
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