Redaccion.-El estrés sería “el conjunto de reacciones fisiológicas que preparan el organismo para la acción”. Si estas demandas del entorno o de uno mismo son continuadas, no permiten al cuerpo ni a la mente recuperarse y, es cuando se genera el estrés crónico. No se puede negar que el estrés crónico es una de las enfermedades psicológicas más extendidas en la sociedad occidental.
Y que sus efectos perniciosos provocan la aparición de otras enfermedades psíquicas y físicas y una gran cantidad de problemas personales y sociales. Es por tanto un asunto que no deberíamos tomarnos a broma. Uno de los efectos que se producen cuando estamos estresados es el hecho de sentirnos ansiosos. Aunque parezca algo obvio, los investigadores han estado estudiando porqué se produce esa concomitancia de síntomas y han podido ver los mecanismos por los que eso sucede en un estudio realizado con ratas. El estudio ha sido llevado a cabo en La Universidad de Columbus en Ohio.
Los científicos han encontrado que ante situaciones de estrés prolongado, el cerebro activa un tipo de células inmunitarias llamadas monocitos. Estas células tiene la capacidad de activar procesos inflamatorios en el cerebro (córtex prefrontal, amígdala e hipocampo) que a su vez generan síntomas de ansiedad. Esta inflamación que se produce a causa de los monocitos podría ser la explicación de porqué los síntomas de ansiedad persisten incluso más allá de la situación de estrés. La principal novedad de estos hallazgos es el hecho de que esta respuesta de ansiedad es suscitada por unas células que en origen están fuera del cerebro y que son activadas en las situaciones de estrés. Es posible que estos hallazgos conduzcan en el futuro a abrir nuevas vías terapéuticas.
Pero mientras estos nuevos tratamientos llegan, no hace falta que nos quedemos de brazos cruzados si nos sentimos estresados. Nosotros mismos podemos hacer una serie de cosas sencillas cuando nos sentimos estresados para aliviarnos (fuente Huffington Post). Porque cuanto antes atajemos los síntomas, menos permanecerán estos con nosotros.
Las 7 sugerencias “rápidas”son:
- Respirar profundamente. Tomar una respiración profunda es una de las cosas más sencillas y al alcance que tenemos. Aunque la mayoría de las veces nos olvidemos de ello. La forma más efectiva de respirar para relajarse es tomar menos aire del que se expulsa. Es decir, puedes coger aire por la nariz contando hasta cuatro, y soltarlo por la nariz o por la boca contando hasta ocho. Esto activa las endorfinas en tu cuerpo de manera inmediata. Y puedes repetirlo varias veces si lo necesitas.
- Dar un grito. Cuando la tensión se acumula, dar un buen grito puede ser muy liberador. El único inconveniente es encontrar un lugar sin gente para hacerlo. Si no tienes opción de encontrar un lugar para hacerlo, prueba a romper un lápiz de madera.
- Visualiza un lugar relajante. Las visualizaciones tienen un gran poder, pues son capaces de transportarnos a otro lugar con tan solo cerrar los ojos. Lo ideal es que primero practiques en un momento relajado cuál quieres que sean tus lugares de paz. Y así lo puedes utilizar cuando te haga falta.
- Ponte una música que te guste. Es de todos conocido que la música nos cambio el estado emocional. Tener una o varias canciones que nos ayuden a relajarnos y ponernos en el estado deseado no está de más.
- Huele un aroma relajante. Puedes tener un frasco con alguna esencia relajante, como la lavanda, y olerlo cuando te sientas estresado. Si no tienes uno a mano, puedes también pelar una naranja pues el olor de los cítricos es también relajante. Pero hazlo lentamente y déjate embriagar por el aroma que desprende.
- Acaricia a tu mascota. Si tienes ocasión de hacerlo, acaricia a tu mascota. Incluso si no te sientes estresado, como prevención, ya que el contacto con los animales es en sí mismo terapéutico.
- Ordena tu escritorio. Si estás en tu lugar de trabajo, es posible que no tengas a disposición algunas de las alternativas mencionadas. Pero te será fácil ordenar un poco tu mesa de trabajo. Y eso tiene dos efectos positivos: el realizar una actividad diferente hace que el foco de atención cambie y el tener el escritorio ordenado ayuda a sentir el entorno en orden.
Son alternativas sencillas pero que usadas con frecuencia pueden ayudarte a no aumentar la espiral del estrés. También hay otras actividades que podemos hacer, pero que ya no serían tipo “un minuto” sino que requieren mayor inversión de tiempo. Siempre que haya ocasión lo mejor es prevenir y no entrar en esas situaciones susceptibles de convertirse en estresantes. Aunque esto no siempre está en nuestro mano pues a veces las situaciones llegan sin llamarlas. Y en situaciones en que el estrés ya está totalmente instaurado, es posible que estas medidas se queden cortas. Ahí toca sentarse y replantearse qué estamos haciendo con nuestra vida, cómo nos tomamos las cosas y qué hemos de cambiar para estar mejor. Solos o con ayuda de un profesional. Porque la única opción que no deberíamos tomar es la de estar estresados y no hacer nada.
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