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La familia moderna


Ayuda a tus hijos a crecer orgullosos del núcleo familiar al que pertenecen

Por Liz Sandra Santiago

La imagen feliz de Mamá y Papá compartiendo la mesa con Pepín, Tito y Rosa mientras las mascotas, Lobo y Mota, juegan en el patio ha variado mucho con el paso del tiempo. Atrás quedó el concepto inalterable de la familia que aparecía en los libros de texto escolares para dar paso a la realidad que viven muchos niños en núcleos que algunos llaman “no tradicionales”, pero que cada vez son más comunes en la sociedad puertorriqueña.

¿A qué composición familiar se le considera un núcleo no tradicional?
A aquellos hogares en los que los niños viven sólo con la madre o con el padre. También los que son criados por abuelos, tíos u otros familiares y aquellos que viven con una pareja del mismo sexo.
Según las psicólogas Griselle Rodríguez y Mayra del Carmen Rosado, cada vez son más los niños que viven en esos hogares “no tradicionales” y esa realidad se va reflejando en los libros y en la educación escolar.
“En segundo grado es que se estudia la familia y hay muchos currículos establecidos en los que hablan de las diferencias entre las familias. Se está trabajando de una forma natural”, explica Rodríguez.
Pero, a pesar de los cambios en la composición familiar, aún hay mucho discrimen e intolerancia en la sociedad, por lo que “muchos niños van a encontrar problemas de bullying por la diferencia que existe en su diario vivir”, añade Rosado.
Para poder combatir esas situaciones en la que los menores podrían verse envueltos en la escuela o en el vecindario cuando no están en compañía de sus padres, Rosado recomienda abrir los canales de comunicación y explicarle detalladamente a los hijos el tipo de composición familiar y dejar espacio para que ellos puedan expresar sus dudas, miedos, temores y angustias.
“Los padres deben ayudar a sus hijos a desarrollar una estima bien alta y fortalecida para que, pese a que sean víctimas de ataques y burlas, puedan salir adelante y que se sientan seguros de su núcleo familiar. Hay que ayudarlos a que sientan que tienen la mejor familia del mundo, donde son amados y respetados y a que sepan que los valores humanos son más importantes que la composición del grupo familiar”, menciona Rosado.
Si ya tu hijo ha sufrido una experiencia de hostigamiento o bullying en la escuela, Rodríguez señala que es importante que el padre busque ayuda rápido a través del maestro, el trabajador social o el director, porque están en la obligación de ofrecerle protección al menor.
“La escuela pública tiene establecido un protocolo para trabajar con el bullying. En caso de que los papás hagan esfuerzos y la escuela no hace nada, debes acudir al Departamento de la Familia para que ellos trabajen el caso directamente con el Departamento de Educación. Si el problema se da en una escuela privada, el padre debe informarse de cual es el procedimiento a seguir de acuerdo a las normas establecidas en la institución. Lo importante es actuar rápido y no perder tiempo”, añade Rodríguez.
Trabajo en casa
No importa de qué manera este compuesta su familia, las psicólogas Griselle Rodríguez y Mayra del Carmen Rosado, hacen énfasis en que los padres siempre deben mantener una buena comunicación con sus hijos. Deben dedicarles tiempo y darles la confianza para que les cuenten los que les ocurre durante el día, pues el bullying regularmente se da porque la víctima desconoce cómo defenderse de la situación y calla.
“Para que un niño sea víctima de bullying lo primero es que tiene que ser víctima. Y lo primero que hace la víctima es que calla. Las víctimas tienen ese perfil, lo primero es que no hablan y muchas veces cuando te enteras es porque ya pasó un suceso mayor. El bullying ocurre cuando un niño es agredido constantemente y no se sabe defender ni siquiera comunicando. A los niños hay que orientarlos mucho, abrir el canal de comunicación para que hablen con sus padres y maestros abiertamente sin temor”, añade Rodríguez.

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