Cuando llegó la noticia a República Dominicana de
la existencia en algunas islas caribeñas de una enfermedad llamada fiebre de
chikungunya, nadie le hizo caso y todo el mundo siguió su vida normal.
Unos meses más tarde empezaron a reportarse personas con manifestaciones de
este mal.
Poco tiempo después se confirmaron los primeros
pacientes de esta enfermedad en el país, entonces comenzamos a preocuparnos por
las medidas preventivas. El Ministerio de Salud Pública y muchas
organizaciones no gubernamentales iniciaron trabajos con miras a orientar a la
población ante el peligro.
Los demás segmentos poblacionales fueron
manejados según su sintomatología. Las campañas de prevención como
eliminación de criaderos de mosquitos, desinsectización, uso de mosquiteros y
repelentes tienen su importancia, igual que evitar picadura de mosquitos
a las personas enfermas y sanas.
Aunque esta enfermedad produce fiebre, dolor de
cabeza, dolor intenso en el cuerpo, malestar general y mucha comezón, es muy
difícil que produzca la muerte, a menos que sea una persona con alguna
complicación como consecuencia de otro problema de salud.
A pesar de que se sabe que la causa del problema
es un virus y es imprescindible la presencia del mosquito Aedes aegiptis para
transmitir el microbio de una persona enferma a una sana, se ha puesto a correr
la información de que esto no es cierto y han empezado a difundir el dato de
que fue una toxina tirada al aire por unos extranjeros y esta mentira se ha
dicho tantas veces que muchos hasta la han creído. Es necesario liberarnos
de estas creencias dañinas, debemos tener bases científicas para fijar nuestras
posiciones y avalar bajo la luz de una investigación seria plantear la
verdad con el objetivo de educar al pueblo y sobre todo, utilizar el
conocimiento para impactar de manera positiva la realidad.
Por otro lado, han acabado con los pocos mangos
tiernos que quedan y del ají morrón y la piña ni se diga. Cualquier fruta
puede ayudar, porque aporta vitaminas y líquido. Las pueden consumir
todas, pero es recomendable esperar a que estén maduras para recibir el
beneficio de su uso.
Trabajemos duro y con seguridad en contra de esta
epidemia, la valiosa labor que puede hacer cada uno desde su casa, controlando
al mosquito y eliminando los criaderos es más efectiva que la que puedan hacer
los funcionarios. Cuando haya personas con signos y síntomas de la
enfermedad, debemos llevarlas de inmediato al médico para su evaluación y
seguimiento. Solo así lograremos vencer este mal.
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