A propósito de la cumbre sobre clima, que se realizará en este mes de septiembre en New York, cuya celebración se enmarca en la 69 asamblea de la ONU, el secretario general de esa organización, Sr. Ban Ki-moon, ha expresado su interés de que los países miembros cumplan con lo establecido en la cumbre, a fin de hacer frente a la realidad que es el cambio climático. Fijó la lucha contra el cambio climático y el calentamiento global del planeta como la gran prioridad de su mandato y considera que los líderes mundiales deben afrontar el reto sin esperar un día más.
Sin embargo en República Dominicana, continuamos permitiendo y promoviendo la instalación de plantas de carbón y el gobierno quiere venderlas a la población como la solución del problema energético y de empleo, dejando en la ignorancia de muchos el impacto ambiental negativo que generan, por tanto la muerte lenta de las poblaciones que las circundan.
Todos sabemos que a medidas que aumenta la población, crece la presión a los recursos naturales; se genera una mayor demanda de alimentos, agua, servicios básicos y energía; por suerte, la humanidad está reconociendo que sin los recursos naturales la vida no sería posible, y partiendo de la búsqueda de la optimización de los mismos, se ha inventado el tratamiento de aguas residuales que promete devolver en optimo estado el agua ya utilizada, se están implementado otras formas de cultivo, como es el caso de la agricultura orgánica, que plantea prácticas menos abrasivas para el suelo; y por suerte ya conocemos mecanismos para la producción de energía menos contaminantes, a las que se le llama “energía verde, o limpia”
Sabemos y conocemos en el mundo, los beneficios de la energía solar, eólica, hidráulica, que dejan de lado o reducen en un gran porcentaje la utilización de combustibles fósiles o minerales como el petróleo y el carbón.
También conocemos, qué de todos los mecanismos de producción energética que existen, una de más contaminantes y sucias, es la que se genera a partir del carbón, ya que produce la mayor cantidad de dióxido de carbono(CO2) por kilo quemado y además grandes cantidades de dióxido de sulfuro (SO2).
El carbón, reacciona también con el nitrógeno e hidrógeno del aire para formar Ácido cianhídrico (HCN) y nitrato de sulfuro (SNO3), además del mercurio (Hg), tres elementos altamente tóxicos. La producción de energía basada en carbón, contamina el aire, el suelo y el agua, los tres elementos primarios, inherentes a todo ser vivo.
Este tipo de tecnología que promueve un “progreso envenenado” es aparentemente menos costosa en sus inicios, pero a la larga resulta nociva y letal. Entonces sabiendo todo esto, y siendo parte de cumbres y acuerdos internacionales para preservar los recursos naturales, seguimos promoviendo la instalación de plantas de carbón. Y yo me pregunto ¿Porque instalar plantas de carbón para suplir la demanda energética, si podemos implementar tecnologías menos dañinas?
No hay que ser científicos para saber estas cosas, basta leer un poco y encontrar la realidad existente detrás de proyectos como este. Seiscientos ni setecientos megavatios de energía, no podrán compensar la lluvias acidas, ni la destrucción de la bahía de Ocoa, las comunidades de Catalina, Carretón y Paya, ni la enajenación de los ecosistemas que la circulantes.
Por tanto, les motivo a decir NO a la Central Termoeléctrica Punta Catalina, comencemos a cumplir realmente lo que firmamos en las cumbres, porque al final querido lector, ¿De qué servirán los empleos que generará una planta que destruirá lentamente todo a su paso? ¿Qué pasará con el dinero cuando destruyamos los elementos que nos mantienen vivos?
Estas interrogantes no se superponen a la reflexión total, es necesario desarrollar nuestra conciencia ambiental y dejar de actuar como borregos al matadero para que dos o tres salgan beneficiados.
Mirla María Pérez
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