Por JUAN T H
Los que están proponiendo en el Partido
Revolucionario Mayoritario (PRM) que tres firmas encuestadoras decidan el
candidato presidencial el próximo mes de noviembre, de seguro estarán de
acuerdo en anular las elecciones del 2016 para que se utilice el mismo método
para elegir al presidente de la República que no será otro que Danilo Medina
que tiene más de un 80 % de popularidad.
Esa modalidad tiene una gran ventaja y una
enorme desventaja: La ventaja es económica. Resulta más económica la encuesta
que la convención o elecciones en el 16. El país y los partidos se
economizarían una verdadera fortuna. El problema es –y ahí está la desventaja-
que vulnera los derechos de la población consignados en la Constitución,
la ley electoral, los estatutos partidarios y hasta la intención establecida en
los proyectos de ley de partidos políticos.
El voto universal es una conquista de
la humanidad occidental, es el resultado de luchas que costaron sangre, vidas,
dolor, luto y llanto durante siglos. El voto no siempre fue universal, pues no
todos los ciudadanos podían ejercer ese derecho que estuvo garantizado para los
letrados y ricos, enajenando a las mujeres, que no podían votar a pesar de
constituir la mitad de la población.
Llegar al voto universal, democrático, libre,
no ha sido, pues, tarea fácil. Es esa conquista que se pretende desconocer el
PRM. Con esa actitud ese partido pretende volver a la época feudal, antes de la
Revolución Francesa de 1789 y su famosa proclamación universal de los derechos
del hombre.
¿Dónde está lo revolucionario y lo moderno de
un partido que pretende volver al pasado remoto desconociendo conquistas
humanas y leyes fundamentales para el sistema democrático y de partidos?
Más que una propuesta, se trata de una
encerrona, de una trampa contra Hipólito Mejía y el sector que encabeza dentro
del PRM sabiendo que es muy difícil, por no decir imposible, ganarle una
convención. No me imagino, sin embargo, a Hugo Tolentino Dipp, Milagros Ortiz
Bosch, Quico Tabar, Andrés Bautista, Chu Vásquez y Luis Abinader, en esos
menesteres. Y mucho menos los imagino participes de una locura como la de
ignorar el derecho a “elegir y ser elegido” que tienen todos los miembros del
PRM, como bien lo dice la Constitución de la República, la Ley Electoral y los
propios estatutos del partido.
Todos, sin excepción, han sido luchadores
intransigentes en defensa de la justicia y la libertad. Y jamás se negaran a sí
mismos. Tanto Hugo, como Milagros, son figuras emblemáticas de la lucha por la
democracia en el país. Y jamás harían nada en contra de los principios
enarbolados durante sus vidas.
Hipólito Mejía fue presidente de la
República. Antes había sido Secretario de Estado de Agricultura. El mejor que
ha tenido el país. A sus 70 y tantos años creo que se ha ganado el respeto de
sus compañeros y del país. Ni robo, ni mato durante su gobierno. No tiene
expediente en la justicia. Por lo tanto está en su derecho aspirar al cargo que
desee, incluyendo la nominación presidencial. Ninguna comisión de alto vuelo
puede quitarle ese derecho.
El que quiera enfrentarlo que lo haga con
dignidad y decoro, no con trapisondas, ni con métodos dañinos al partido y a la
democracia. Las encuestas no garantizan unidad, ni participación masiva. La
convención sí.
Hipólito es un político viejo y un viejo
político, pero no es un Zorro de la política. Aun cree en la buena fe de los
demás, en la amistad, el compañerismo, el compadreo y la solidaridad, valores
que no abundan hoy día en la sociedad dominicana. Su ingenuidad es antológica.
Ir a su casa a proponerle una indelicadeza como esa de las encuestas es
una falta de respeto, no solo a él, sino al país. Así lo veo.
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