Todo
listo para recibir el nuevo año
Estos días me encantan. Y
aun cuando percibo un tanto de indiferencia por las fechas, todavía me
emocionan los árboles de navidad, el olor a pino, los juntes con aquellos que
apenas vemos y las delicias únicas que se degustan en esta época en la que me echo
al cuerpo par de libras y le añado unas pulgadas a la que una vez fuera cintura
de bombón.
Ya comenzó la cuenta
regresiva para recibir el 2015 y no sé ustedes, pero para mí es significativo
el arribo de un nuevo año. Soy de las que piensa que como se recibe así se
comportará el año. Por tanto, limpio el apartamento, compro flores, prendo mis
velas, preparo una rica cena, y en compañía de quienes quiero doy la bienvenida
a un nuevo año.
Como niña en espera de
regalos, aguardaba con ansias locas los rituales para recibir lo mejor. Así que
tan pronto publicaron en Por Dentro las recomendaciones de Walter Mercado -o
Shanti Ananda- recorté la página, me fui de compras y estoy lista. Soy virgo y
según Walter el año de la Cabra
me devolverá la felicidad perdida. Eso espero.
Me dice que estaré creativa,
inventiva, imprevisible y magnética. O sea que me convertiré en un imán. Espero
que de pasión, porque como que ese renglón se ha ido evaporando. Me pide que me
valore y que me coloque en un altar. Años llevo en esas. Lo del altar como que
no lo había pensado, pero es cierto. Si alguien debe rendirme culto y
consagrarme debo ser yo. Así que en adelante esta que está aquí se sube en un
altar y no la baja nadie. Y quien no pueda con eso, pues que se dope.
Compré mis nueve velas
blancas que debo prender para purificar el ambiente. Además, de incienso y
flores, -lirios Casablanca, mis favoritos. También compré leche de vaca, leche
de cabra, leche de coco, y pétalos de rosas. Con esos ingredientes prepararé un
baño al que le echaré par de gotas de mi Chanel. Ah, y para que no me falte el
dinero, un billete de $2 debo buscar para tenerlo en mi wallet por siempre. Eso
se me ha dicho difícil porque los billetes con Mr. Jefferson son como los
hombres disponibles… ¡pocos!
Lista estoy para recibir el
año. Y cuando esté como un arroz con dulce en la bañera, se supone que lea mis
resoluciones de año nuevo. Todo eso que añoro para el 2015. Pero resulta que
este año haré lo contrario. Mi lista no es de resoluciones sino de aquellas
prácticas que juré no volveré a cometer. Y esa es mi lista, de lo que no haré
en el 2015...
“Dating” cibernético. Se
acabó. No más. Eso de tener nueve jevis en la web, y no cenar ni tomar vino con
ninguno es una soberana pérdida de tiempo. Este año viví ciertas experiencias,
la mayoría con amiguis, que se llevaron la gran desilusión por andar en esos
“business”. Desde los que mintieron sobre su apariencia y estado civil, hasta
los que juraron amor eterno y eran novios de la humanidad.
Resucitar “muertos”. Si atrás
quedaron por algo fue. Para nada perderé horas rebuscando entre libretas de
teléfonos y facturas del celular el número del susodicho a quien bien claro
identifiqué como “pescuezo, no contestar”. Pero como siempre acechan esos días
de vulnerabilidad absoluta y de tristeza cósmica, pues para esos momentos “Love
Actually”, Haagen Daz, El Principito, y por supuesto… ¡El Buki!
Compartir con amistades
tóxicas. Ya me cansé. Que si una es alérgica a los camarones o a la
albahaca, no la come, ¿verdad? Entonces, ¿por qué insistir con esas amistades
cuya razón de vida es chuparle la energía a quien tienen al lado? A la Monín la tengo en remojo
como arroz para un dulce. Este año la mujer parece que desayuna limón, almuerza
naranja y cena vinagre. El mismo cuento para aquellas que solo viven ostentando
de cuánto tienen. Material todo, espiritual, nada. A esas también, la cruz… con
desecho de gato.
No más selfies. Se acabaron.
Y no me tuerzan ojos por lo que diré. La práctica cuando es en grupo pues como
que se pasa. Pero fotos de una hasta en el baño estirándose pestañas es puro
infantilismo. Además, de una extremada carencia de atención. Selfies para las
“teen”.
Ponerme una faja. Herodes,
que eso es tortura de la mala. Y es que no puedo respirar. Casi termino en
emergencia. Primero las piruetas para lograr que ese elemento de la Inquisición suba y ya
puesta, tratar de respirar. Tengo amigas que no la sueltan. Las usan 24/7.
¿Cómo lo hacen? Solo su estilista sabe.
A mis amiguis y a los amigos
-cada día más-, les deseo un delicioso 2015, lleno de paz y alegría. Pocas o
ningunas frustraciones, y abundante éxito. Salud, amor, pasión e inteligencia
emocional. Ciao!
¿Qué no harás el 2015?
Escribe a caramia@elnuevodia.com
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