Por
El Comercio / GDA
Según un artículo escrito
por el doctor Jim Fay, experto en temas de infancia, es posible enseñar a los
hijos a que pongan atención cuando se les dice algo; sin embargo, también puede
darse el caso de que los propios padres entrenen a sus hijos para que ellos les
ignoren.
"Criar hijos que
escuchan a las personas adultas es una fuente de felicidad. Criar uno que no lo
logra es una fuente constante de frustración y tormento", indica Fay.
El especialista añade que
nuestras acciones pueden conseguir que los niños nos escuchen o que no lo
hagan. Escuche el siguiente testimonio y si se le hace familiar es hora de que
empiece a cambiar de actitud para que su hijo también lo haga.
"Hace pocos días yo
estaba en un aeropuerto y vi a un niño de 5 años que corría intentando pasar a
quienes hacían fila para ingresar en el avión. Su madre le dio un grito
pidiéndole que dejara de correr, pero no dijo nada más, así que el niño
continuó haciéndolo en medio de la rabia que demostraban los demás viajeros.
Ella volvió a decirle una y otra vez, pero no tuvo respuesta. Una vez más el
niño no puso atención a lo que su madre había dicho", comenta Fay.
Finalmente, un hombre que se
encontraba a su lado al escuchar lo que pasaba le dijo al niño: "¿Qué va a
hacer tu mamá si no haces lo que te pide?" El pequeño le contesto:
"Nada".
Por supuesto, él estaba en la
razón, su madre le había enseñado que ella le daría órdenes de una manera
altanera pero nunca le exigía en realidad cumplirlas. ¿Por qué tenía que
escucharle si estaba acostumbrado a hacer lo que se le daba la gana? De manera
que lo que la madre tuvo que hacer es acercarse a ofrecer disculpas mencionando
que su hijo solo tenía 5 años y no escuchaba a sus padres.
Cómo lograrlo
Según Jim Fay, son muchos los
niños de esa edad que escuchan a sus mayores y cumplen con sus pedidos.
"Enseñar a los niños a escuchar no es algo del otro mundo, no es
complicado" explica. A continuación, algunas sugerencias que pueden ser de
mucha ayuda en situaciones similares.
1. Comprometerse a no
repetir lo mismo una y otra vez. Una
orden o una petición debe ser firme para que no haya necesidad de hacer una
reiteración.
2. Conversar con los niños
sobre las situaciones que no son apropiadas en público. Por ejemplo, antes de salir de paseo explicarle qué
tipo de lugar visitarán y el comportamiento que se espera que tengan en estos
espacios. El diálogo cordial es fundamental.
3. Estar preparados para
actuar en caso de que los niños no escuchen. Un niño desobediente tiene un temperamento fuerte y,
por lo general, trata de ser el centro de la atención. No discuta con él ni
caiga en sus provocaciones; tampoco trate de razonar con él. Sea firme en su
petición, sus gestos deben acompañar a su voz. Use una frase como: "No voy
a repetirlo".
4. Es necesario conseguir
que los hijos comprendan lo incómoda que puede ser una situación
dada para los adultos cuando los niños no respetan su presencia debidamente.
5. Estar pendientes de
cómo actúan otros niños cuando
están en un lugar público y hacer que se den cuenta de los malos
comportamientos para que no los emulen.
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