Santo
Domingo, 18 feb (EFE).- La gran mayoría de los jóvenes dominicanos se sienten
afectados por la desigualdad social, y dicen sufrir una situación económica
precaria por la falta de oportunidades de trabajo, que incluso los empuja hacia
la delincuencia, según un estudio realizado por Asisa Research Group.
El
informe cualitativo sobre “Valores, expectativas y vida cotidiana de la
juventud dominicana”, elaborado para el Ministerio de Economía, Planificación y
Desarrollo (MEPyD), reveló que los jóvenes, “sienten el peso de la desigualdad
social en diversos ámbitos, sin importar el nivel socioeconómico” al que
pertenecen.
Presentado
hoy como parte de los actos conmemorativos del noveno aniversario de la
creación del Ministerio de Economía el documento destaca la importancia de las
relaciones con personas con poder de decisión como “única garantía de éxito
profesional”.
Aún
así, los jóvenes ven esperanza en el incremento de la inversión en educación,
en la agropecuaria, “así como un estilo de gobernar que les lleva a percibir un
interés gubernamental en atender las necesidades básicas de las necesitados”.
Cuando
se le pide que comparen con la juventud de hace veinte años, su conclusión es
que están “en desventaja porque hay pérdida de valores, a pesar de que se dispone
de mayor información, mejor tecnología y mayor oportunidad para capacitarse”.
Se
consideran “altamente afectados por la idea de que los tiempos pasados fueron
mejores y que aquellos jóvenes eran mejores individuos”, según sus referencias.
En
cuanto al concepto que tienen sobre los políticos, el estudio apunta que la
juventud ” los responsabiliza” de la mayoría de los males que aquejan al país
ya que, al caer en actos de corrupción, absorben gran parte de los recursos del
Estado logrando amasar grandes fortunas en detrimento de los dominicanos”.
Además
de la inversión del cuatro por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en
educación, los jóvenes aprecian avances del programa de alfabetización, la
tanda extendida, la apertura de politécnicos, o las becas para estudios
universitarios de grado y postgrado, entre otros.
Aunque
consideran que la tanda extendida puede surtir efectos positivos, creen que “la
alimentación provista en los planteles escolares es deficiente y surge la
inquietud de si esta debilidad se extenderá a todas las escuelas que se
integren próximamente a la nueva modalidad de horario”.
En
cuanto a los politécnicos, la mayoría de los jóvenes los valoran positivamente,
pese a las exigencias de admisión, porque en ellos “los estudiantes tienen la
oportunidad de capacitarse a nivel técnico, para conseguir un empleo o trabajar
por cuenta propia mientras continúan sus estudios superiores”.
Aún
así, consideran que la educación dominicana es de “mala calidad”, en
comparación con las referencias que tienen de hace veinte años o más, y señalan
el uso de “métodos desfasados” o la aplicación de sistemas de disciplina
violentos, y la carencia de formación pedagógica.
En
cuanto a la contratación para trabajar, el estudio encontró que los jóvenes del
sexo masculino se sienten “discriminados” porque las mujeres tienen, por lo
general, “mayor preparación y les pagan menos”, y porque son preferidas en
determinados puestos como secretarias, recepcionistas, vendedoras en tiendas,
entre otras.
Por su
parte, las mujeres también se sienten víctimas de discriminación por la menor
paga, a pesar de que se les exige buen vestir, una presentación adecuada y se
les reconoce mayor grado de honestidad en su trabajo.
Las
conclusiones del estudio también hacer referencia a que los jóvenes perciben la
delincuencia como “uno de los principales problemas del país” y, además, creen
que “se ha incrementado en forma exponencial en los últimos años”.
El
primer motivo que arguyen para este incremento es la falta de oportunidades para
los jóvenes que no cuentan con un “mentor”, lo que frecuentemente los lleva a
la frustración y los empuja “a convertirse en presa fácil del sistema delictivo
para poder suplir sus necesidades básicas o capacitarse”.
Otro
factor es la falta de atención por la estructura familiar débil, que
frecuentemente descuida la educación en valores por parte de los padres,
ocupados en atender otras obligaciones.
Igualmente,
se descubrió que los jóvenes, faltos de estímulos positivos, se desesperan por
poseer bienes materiales, lo que “los lleva a involucrarse en actividades
delictivas ya que solo por esta vía se hace mucho dinero rápido”.
Finalmente,
citan la combinación de dos factores que son comunes a toda la sociedad: la
complicidad de las autoridades policiales y las fallas del sistema judicial.
“A
nivel general se asegura que los policías mantienen una ‘sociedad’ con los
delincuentes, compartiendo los beneficios generados” por la actividad
delictiva, consigna el informe.
Para
los jóvenes, la política es “una actividad negativa, que no sirve y de la que
ni siquiera quieren hablar”, y consideran que todos los políticos, sin
excepción, son corruptos, siendo “el lucro personal es su única finalidad al
optar por un cargo electivo. La condición se extrapola llegando a abarcar a
todo el que es alto funcionario del gobierno”.
Consideran
la “corrupción generalizada” como “la causa principal de los problemas
económicos del país” ya se muestran convencidos de que “si existiera
honestidad, se podría disponer de fondos para cubrir una gran cantidad de
necesidades de la población”.
El
estudio encargado por el MEPyD pretende aportar los elementos necesarios para
garantizar el éxito de las políticas públicas establecidas en la Estrategia
Nacional de Desarrollo 2030, orientadas a mejorar el sistema educativo y las
oportunidades, y a reducir los factores que impulsan a la juventud hacia las
redes criminales.
Los
jóvenes encuestado tienen entre quince y 29 años, son residentes en zonas
rurales y urbanas, y se corresponden con los niveles socio-económicos de clase
media, media alta, baja y marginal de todas las regiones de la República
Dominicana.EFE
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