POR: AGENCIA EFE
“Pero, al final, uno
necesita más coraje para vivir que para quitarse la vida”. Una frase del
escritor Albert Camus contenida en su obra “La muerte feliz” que da comienzo al
libro de Matt Haig, quien hace referencia a la muerte como uno de los
pensamientos recurrentes cuando sufres depresión.
Una enfermedad que es más difícil
para el hombre que para la mujer, ya que “culturalmente no podemos mostrarnos
vulnerables y no vamos al médico por vergüenza. Por eso el porcentaje de
suicidio en el hombre es mayor que el de la mujer, sin embargo el porcentaje de
mujeres deprimidas es más elevado”.
Existe un gran estigma social en
torno a esta enfermedad que padece unos 350 millones de personas en todo el
mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“La cuestión es que la gente no
entiende que realmente es una enfermedad”, asegura el autor. Una persona con
depresión “no quiere ser feliz, sólo quiere estar sano y ser normal”.
Experiencia
personal
“Para mí la depresión es una
totalidad”, explica a EFE salud el autor de “Razones para seguir viviendo”
(Ed.Seix Barral).
“Cuando estás ahí -añade- sientes
que ya no puedes salir. También es una contradicción, la veo como una maldición
pero a la vez una bendición porque me ha cambiado la vida, ahora aprecio más
las cosas y soy más agradecido. Es una cosa horrible que casi me mata, pero a
la vez me ha hecho revivir de una manera mejor.”
Haig pudo superar
la enfermedad a través de la lectura y la escritura: “Los libros se
convirtieron en algo muy importante para mí, no los de ficción ni los que
trataban la depresión, sino las novelas. Historias cuyos protagonistas
sufren cambios y yo quería desesperadamente que mi vida cambiara”.
Releer novelas de adolescente
como “Rebeldes” de Susan E. Hilton o “El Guardián” de J.D. Salinger le ayudó a
apartar sus pensamientos depresivos.
Comenta que cuando estaba muy
enfermo le resultaba “muy difícil poner en palabras lo que realmente sentía” y
empezó a escribir porque le era más fácil expresar así sus sentimientos.
También la depresión le retuvo
sin salir de casa. Para ganar algo de dinero comenzó a trabajar de freelance.
“Eso me dio el bagaje y la creatividad para ponerme a escribir”, asegura.
Haig no tomó medicación durante
su enfermedad porque tuvo “una mala experiencia con el Diazepam” y le cogió
“pánico a las pastillas”. Aunque no está en contra de la medicación, tomó esa
decisión “peligrosa” y no se arrepiente porque le ayudó a conocerse mejor.
Situación
actual
“A una persona que sufre
depresión le diría: Lo que sientes no es real, es un síntoma de una
enfermedad”, resalta Haig y la clave está en “darse tiempo porque todo cambia”,
porque siempre hay “una futura versión que quiere que vivas”.
Afirma que 9 de cada 10 personas
se recuperan. “La depresión no es algo que se cura para siempre pero lo que
tienes que hacer es conocerte y cuidarte”, añade.
El autor ahora se siente “bien y
contento” pero sabe que es una persona a quien “le puede volver a pasar un
episodio depresivo”, pero eso no quiere decir que se sienta “triste”.
Para el escritor, el modo de
vida que llevamos (las prisas, el estrés, mala alimentación, poco sueño,
etc.) favorece caer en depresión. “Ha empeorado la situación porque ya no nos
cuidamos tanto”, afirma.
Además, las nuevas tecnologías,
como las redes sociales, hacen que “estemos conectados todo el día” y eso no
ayuda. “Vivimos en una sociedad muy competitiva donde a uno se le valora por el
dinero y no por la felicidad”.
Haig tiene un apartado en su
libro titulado “Gente famosa” que alude a escritores y actores que lo tienen
todo en la vida para ser felices pero, aún así, sufren esta enfermedad. Y eso
es porque hay un “nexo de conexión entre la depresión y el ser más creativo.
Los que piensan mucho son más proclives”, señala.
Le preguntamos cuál es la
principal razón para seguir viviendo, su respuesta fue alta y clara: “las
personas, no sólo las que nos rodean, sino las que estamos por conocer”.
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