Por: LUIS R.
SANTOS
Debo admitirlo: muchas veces he pecado de iluso,
de soƱador, de optimista y obstinado. Pero el mundo siempre ha sido dominado
por los obstinados y los optimistas. Este preƔmbulo se enmarca en torno a las
reflexiones que a continuaciĆ³n harĆ© para referirme a la nueva coyuntura, muy
favorable, que se presenta a la educaciĆ³n y la cultura dominicanas.
A raĆz de la llegada a la presidencia de la
RepĆŗblica del presidente Medina Ć©ste asumiĆ³ el compromiso de invertir el 4 %
del PIB en educaciĆ³n. En sus primeros cuatro aƱos el mayor impulso lo recibiĆ³
la construcciĆ³n de aulas; y asĆ tenĆa que ser: en el paĆs habĆa un dĆ©ficit de
aulas enorme. Al dĆa de hoy tenemos casi cubiertas las necesidades de cupo para
la admisiĆ³n de los estudiantes de todos los niveles. Ya es muy extraƱo observar
el deprimente espectƔculo de niƱos y niƱas recibiendo clases debajo de un Ɣrbol
o en una destartalada rancheta. Casi quedĆ³ en el pasado la recurrente denuncia
de los medios de comunicaciĆ³n dando cuenta de esta triste realidad. Hoy los
hijos de los pobres tienen mejores planteles escolares que muchos de los hijos
de la clase media.
Pero en el primer cuatrenio no solo se
invirtiĆ³ en construcciones; tambiĆ©n recibiĆ³ un fuerte impulso la capacitaciĆ³n
de los maestros, y otros renglones que buscan mejorar la calidad de la
enseƱanza.
A pesar de los
avances, lo que se ha hecho hasta ahora no ha sido suficiente para sacar a la
educaciĆ³n dominicana de los malos Ćndices en que ha estado anclada por mucho
tiempo. Se ha hecho evidente que no es suficiente duplicar y hasta triplicar el
salario a los maestros; que no es una panacea contratar a miles de nuevos
docentes; que las reformas al currĆculo aĆŗn estĆ”n pendientes de ejecuciĆ³n en
muchos aspectos y que el trabajo de mayor envergadura apenas empieza.
La nueva
administraciĆ³n
Para muchos, la designaciĆ³n
de AndrƩs Navarro al frente del MINERD no fue mƔs que un reconocimiento a su
desempeƱo en el Ministerio de Relaciones Exteriores, donde puso en orden una
casa que tenĆa los muebles en la marquesina, las camas en la cocina, la estufa
en el baƱo y el fregadero en la habitaciĆ³n principal. Por lo tanto, llega a
esta instituciĆ³n con el aval pĆŗblico y la confianza del presidente de la
RepĆŗblica para acometer con renovados Ćmpetus las ingentes tareas que le
aguardan a la nueva educaciĆ³n dominicana. Debe aclararse que la designaciĆ³n de
un funcionario en una instituciĆ³n tan importante como el MINERD no es un
premio; es un gran compromiso, un reto de gran envergadura cuando se tiene la
conciencia de cuĆ”l es la misiĆ³n de un funcionario pĆŗblico, que no es otra que
cumplir con su deber con honestidad, responsabilidad y equilibrio.
Al hablar de nueva
educaciĆ³n dominicana estamos tomando en cuenta las nuevas prĆ”cticas docentes
que se estĆ”n implementando en el mundo; tomamos en cuenta el desafĆo que
entraƱa la dramĆ”tica revoluciĆ³n tecnolĆ³gica que vivimos en la actualidad, y que
serĆ” vertiginosa en los dĆas por venir y para siempre, y la forma en que
impacta a nuestra deficiente plataforma educativa.
Y ha iniciado bien su
gestiĆ³n el nuevo ministro al llamar al diĆ”logo a la ADP, gremio que debe
entender que su papel en el sistema educativo no solo es el de buscar
conquistas en favor de los maestros, sino contribuir a que la educaciĆ³n
dominicana alcance las metas que se han propuesto las autoridades: tener una
educaciĆ³n pĆŗblica de calidad, inclusiva y que no sea un lastre para las
finanzas nacionales.
TambiƩn ha llamado a
los otros actores que intervienen en el proceso, tanto del sector pĆŗblico como
el privado. En otras palabras ha llegado a escuchar, a buscar la integraciĆ³n y
el consenso.
El caso del
Ministerio de Cultura
El nuevo ministro de
Cultura, Pedro VergƩs, es una persona que aunque ha estado por muchos aƱos en
el servicio exterior conoce las interioridades de la cultura dominicana. Conoce
a sus actores y sus grandes carencias. Hablemos claro: la cultura no es una
prioridad para sociedades como la nuestra, inmersa siempre en la lucha por la
sobrevivencia, donde muchos ciudadanos no tienen aseguradas sus necesidades mƔs
elementales. AquĆ se hacen huelgas por apagones, carreteras y caminos vecinales
intransitables, por hospitales en pƩsimas condiciones, por falta de agua
potable. Entonces, asĆ las cosas, la cultura no entra en las prioridades de la
gente y tambiƩn termina siendo no prioritaria para la clase gobernante. Es por
eso que siempre he postulado que el desarrollo cultural de nuestro paĆs pasa
por las manos de sus actores, de su capacidad para entender la condiciĆ³n de
bien no prioritario para la mayorĆa.
En este sentido es
que quiero exponer por quƩ este momento representa una gran oportunidad para
desarrollar muchos aspectos rezagados en el Ɣmbito cultural.
Nadie puede discutir
que el futuro de la cultura dominicana estĆ” Ćntimamente ligado al proceso
educativo. Los estudiantes debieran ser el primer actor al cual estƩn
orientadas la mayorĆa de las acciones del Ministerio de Cultura. Y eso debe
hacerse a travƩs de los acuerdos interinstitucionales que se han suscrito entre
Cultura y EducaciĆ³n y por vĆa de nuevos acuerdos que es necesario implementar.
La cultura, desde
cualquier punto de vista, no deja de ser parte integral de una educaciĆ³n de
calidad. Y ahora que se tiene la intenciĆ³n, el compromiso y sobre todo la
necesidad de mejorar la calidad de la educaciĆ³n, ha llegado el momento de la
implementaciĆ³n de una serie de medidas que contribuirĆ”n a mejorar el nivel de
nuestros estudiantes y profesores.
Por ejemplo, los
niveles de lectorĆa en nuestro paĆs son paupĆ©rrimos; y los estudiantes del
sector pĆŗblico deben ser los primeros a enrolar en programas de lectorĆa. En
algunos medios he postulado la necesidad de que en el currĆculo se incluya la
lectura obligatoria de un determinado nĆŗmero de libros por aƱo, lo que
permitirĆa al estudiante salir con una buena base en esta materia.
La tanda extendida es
un formato que permite la inclusiĆ³n del teatro, la mĆŗsica, la pintura, el
taller literario, el cĆrculo de lectores, en la rutina estudiantil.
Al mismo tiempo que
involucramos a los estudiantes en las prƔcticas culturales, es necesario
reforzar la formaciĆ³n de los profesores en escritura creativa, en anĆ”lisis de
textos literarios, ademƔs de incentivarlos en la lectura, facilitƔndoles los
libros necesarios.
Ahora que el estado
va implementar el programa RepĆŗblica Digital, iniciativa que va a contribuir a
bajar los niveles de desigualdad en el campo del acceso a internet, los
ministerios de EducaciĆ³n y Cultura deben estar muy conscientes de que un
individuo que no tiene hƔbitos de lectura creados a travƩs del libro
impreso, jamĆ”s lo adquirirĆ” por vĆa del texto digital. La RepĆŗblica Digital no
debe propiciar la marginaciĆ³n del libro impreso, que es una industria que
incentiva la creatividad de nuestros autores, que genera ingresos y crea
empleos.
La oportunidad es
inmejorable para que se dĆ© una real simbiosis entre EducaciĆ³n y Cultura. Estos
prĆ³ximos cuatro aƱos son una oportunidad inmejorable que no puede ni debe ser
desperdiciada. Los nuevos ministros son conscientes de ello
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