Ticker

6/recent/ticker-posts

Una nueva oportunidad para la educaciĆ³n y la cultura

Una nueva oportunidad para la educaciĆ³n y la cultura

Debo admitirlo: muchas veces he pecado de iluso, de soƱador, de optimista y obstinado. Pero el mundo siempre ha sido dominado por los obstinados y los optimistas. Este preĆ”mbulo se enmarca en torno a las reflexiones que a continuaciĆ³n harĆ© para referirme a la nueva coyuntura, muy favorable, que se presenta a la educaciĆ³n y la cultura dominicanas.

A raĆ­z de la llegada a la presidencia de la RepĆŗblica del presidente Medina Ć©ste asumiĆ³ el compromiso de invertir el 4 % del PIB en educaciĆ³n. En sus primeros cuatro aƱos el mayor impulso lo recibiĆ³ la construcciĆ³n de aulas; y asĆ­ tenĆ­a que ser: en el paĆ­s habĆ­a un dĆ©ficit de aulas enorme. Al dĆ­a de hoy tenemos casi cubiertas las necesidades de cupo para la admisiĆ³n de los estudiantes de todos los niveles. Ya es muy extraƱo observar el deprimente espectĆ”culo de niƱos y niƱas recibiendo clases debajo de un Ć”rbol o en una destartalada rancheta. Casi quedĆ³ en el pasado la recurrente denuncia de los medios de comunicaciĆ³n dando cuenta de esta triste realidad. Hoy los hijos de los pobres tienen mejores planteles escolares que muchos de los hijos de la clase media.
Pero en el primer cuatrenio no solo se invirtiĆ³ en construcciones; tambiĆ©n recibiĆ³ un fuerte impulso la capacitaciĆ³n de los maestros, y otros renglones que buscan mejorar la calidad de la enseƱanza.
A pesar de los avances, lo que se ha hecho hasta ahora no ha sido suficiente para sacar a la educaciĆ³n dominicana de los malos Ć­ndices en que ha estado anclada por mucho tiempo. Se ha hecho evidente que no es suficiente duplicar y hasta triplicar el salario a los maestros; que no es una panacea contratar a miles de nuevos docentes; que las reformas al currĆ­culo aĆŗn estĆ”n pendientes de ejecuciĆ³n en muchos aspectos y que el trabajo de mayor envergadura apenas empieza.
La nueva administraciĆ³n
Para muchos, la designaciĆ³n de AndrĆ©s Navarro al frente del MINERD no fue mĆ”s que un reconocimiento a su desempeƱo en el Ministerio de Relaciones Exteriores, donde puso en orden una casa que tenĆ­a los muebles en la marquesina, las camas en la cocina, la estufa en el baƱo y el fregadero en la habitaciĆ³n principal. Por lo tanto, llega a esta instituciĆ³n con el aval pĆŗblico y la confianza del presidente de la RepĆŗblica para acometer con renovados Ć­mpetus las ingentes tareas que le aguardan a la nueva educaciĆ³n dominicana. Debe aclararse que la designaciĆ³n de un funcionario en una instituciĆ³n tan importante como el MINERD no es un premio; es un gran compromiso, un reto de gran envergadura cuando se tiene la conciencia de cuĆ”l es la misiĆ³n de un funcionario pĆŗblico, que no es otra que cumplir con su deber con honestidad, responsabilidad y equilibrio.
Al hablar de nueva educaciĆ³n dominicana estamos tomando en cuenta las nuevas prĆ”cticas docentes que se estĆ”n implementando en el mundo; tomamos en cuenta el desafĆ­o que entraƱa la dramĆ”tica revoluciĆ³n tecnolĆ³gica que vivimos en la actualidad, y que serĆ” vertiginosa en los dĆ­as por venir y para siempre, y la forma en que impacta a nuestra deficiente plataforma educativa.
Y ha iniciado bien su gestiĆ³n el nuevo ministro al llamar al diĆ”logo a la ADP, gremio que debe entender que su papel en el sistema educativo no solo es el de buscar conquistas en favor de los maestros, sino contribuir a que la educaciĆ³n dominicana alcance las metas que se han propuesto las autoridades: tener una educaciĆ³n pĆŗblica de calidad, inclusiva y que no sea un lastre para las finanzas nacionales.
TambiĆ©n ha llamado a los otros actores que intervienen en el proceso, tanto del sector pĆŗblico como el privado. En otras palabras ha llegado a escuchar, a buscar la integraciĆ³n y el consenso.
 El caso del Ministerio de Cultura
El nuevo ministro de Cultura, Pedro VergĆ©s, es una persona que aunque ha estado por muchos aƱos en el servicio exterior conoce las interioridades de la cultura dominicana. Conoce a sus actores y sus grandes carencias. Hablemos claro: la cultura no es una prioridad para sociedades como la nuestra, inmersa siempre en la lucha por la sobrevivencia, donde muchos ciudadanos no tienen aseguradas sus necesidades mĆ”s elementales. AquĆ­ se hacen huelgas por apagones, carreteras y caminos vecinales intransitables, por hospitales en pĆ©simas condiciones, por falta de agua potable. Entonces, asĆ­ las cosas, la cultura no entra en las prioridades de la gente y tambiĆ©n termina siendo no prioritaria para la clase gobernante. Es por eso que siempre he postulado que el desarrollo cultural de nuestro paĆ­s pasa por las manos de sus actores, de su capacidad para entender la condiciĆ³n de bien no prioritario para la mayorĆ­a.
En este sentido es que quiero exponer por quƩ este momento representa una gran oportunidad para desarrollar muchos aspectos rezagados en el Ɣmbito cultural.
Nadie puede discutir que el futuro de la cultura dominicana estĆ” Ć­ntimamente ligado al proceso educativo. Los estudiantes debieran ser el primer actor al cual estĆ©n orientadas la mayorĆ­a de las acciones del Ministerio de Cultura. Y eso debe hacerse a travĆ©s de los acuerdos interinstitucionales que se han suscrito entre Cultura y EducaciĆ³n y por vĆ­a de nuevos acuerdos que es necesario implementar.
La cultura, desde cualquier punto de vista, no deja de ser parte integral de una educaciĆ³n de calidad. Y ahora que se tiene la intenciĆ³n, el compromiso y sobre todo la necesidad de mejorar la calidad de la educaciĆ³n, ha llegado el momento de la implementaciĆ³n de una serie de medidas que contribuirĆ”n a mejorar el nivel de nuestros estudiantes y profesores.
Por ejemplo, los niveles de lectorĆ­a en nuestro paĆ­s son paupĆ©rrimos; y los estudiantes del sector pĆŗblico deben ser los primeros a enrolar en programas de lectorĆ­a. En algunos medios he postulado la necesidad de que en el currĆ­culo se incluya la lectura obligatoria de un determinado nĆŗmero de libros por aƱo, lo que permitirĆ­a al estudiante salir con una buena base en esta materia.
La tanda extendida es un formato que permite la inclusiĆ³n del teatro, la mĆŗsica, la pintura, el taller literario, el cĆ­rculo de lectores, en la rutina estudiantil.
Al mismo tiempo que involucramos a los estudiantes en las prĆ”cticas culturales, es necesario reforzar la formaciĆ³n de los profesores en escritura creativa, en anĆ”lisis de textos literarios, ademĆ”s de incentivarlos en la lectura, facilitĆ”ndoles los libros necesarios.
Ahora que el estado va implementar el programa RepĆŗblica Digital, iniciativa que va a contribuir a bajar los niveles de desigualdad en el campo del acceso a internet, los ministerios de EducaciĆ³n y Cultura deben estar muy conscientes de que un individuo que no tiene hĆ”bitos de lectura creados  a travĆ©s del libro impreso, jamĆ”s lo adquirirĆ” por vĆ­a del texto digital. La RepĆŗblica Digital no debe propiciar la marginaciĆ³n del libro impreso, que es una industria que incentiva la creatividad de nuestros autores, que genera ingresos y crea empleos.
La oportunidad es inmejorable para que se dĆ© una real simbiosis entre EducaciĆ³n y Cultura. Estos prĆ³ximos cuatro aƱos son una oportunidad inmejorable que no puede ni debe ser desperdiciada. Los nuevos ministros son conscientes de ello


Publicar un comentario

0 Comentarios