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POR: AGENCIA EFE
· San Francisco (EE.UU.).- En 2020, cuando los niños quieren ver a sus abuelos, casi sólo tienen una alternativa: internet. Es en este contexto que la startup Caribu, que se dedica precisamente a conectar a los mayores con los pequeños, ha crecido como jamás antes sus fundadores se hubiesen podido imaginar.
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«Hoy somos diez veces mayores que hace sólo seis
meses, al inicio de la pandemia, y hemos triplicado el número de empleados»,
explicó en una entrevista con Efe el español Álvaro Sabido, cofundador de la
aplicación junto a la cubana Maxeme Tuchman.
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Caribu fue fundada en 2017 en EE.UU. con la idea
inicial de conectar a las familias militares, después de que Sabido observase
cómo la única manera que tenía un soldado asignado a una misión en el
extranjero de leer un cuento a su hija era retransmitiendo la imagen del libro
físico mediante la cámara de la computadora portátil.
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Así, este ingeniero pensó que «debía haber otros
sistemas más cómodos y eficientes», y junto a Tuchman desarrollaron y sacaron
al mercado la aplicación de videollamadas, en la que el menor y el adulto ven
exactamente los mismos contenidos en sus respectivas pantallas: libros para
leer, para colorear, juegos, etc.
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Pese al foco inicial en las familias militares,
Tuchman cuenta cómo rápidamente se dieron cuenta de que otro segmento de la
sociedad se estaba interesando mucho por su producto: la gente mayor con nietos
y, muy especialmente, las abuelas.
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«Las abuelas harán todo lo posible por estar en
contacto con sus nietos y familias, y si es necesario, se sacarán un doctorado
en ciencias informáticas», bromea Tuchman, quien asegura que desde la industria
muchas veces se subestima la capacidad técnica y conocimientos informáticos de
la gente de entre 50 y 70 años.
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«Tienen mucha destreza con la tecnología», apunta.
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El proyecto fue bien recibido en el mercado y la
aplicación se descargaba a buen ritmo a través de la App Store de Apple, pero
cuando llegó marzo de este año, la dinámica cambió por completo: las descargas
se multiplicaron, la base de usuarios se disparó y empezó a llover dinero e
interés por parte de los inversores.
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«No dormimos desde el 13 de marzo», bromea Tuchman.
«La prioridad número uno de las familias con la pandemia fue estar seguros,
pero la número dos fue mantenerse mentalmente sanos y conectados, y para ello
está Caribu».
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Como en el caso de Zoom y otras aplicaciones de
internet, la empresa se hallaba perfectamente posicionada para dar respuesta a
las nuevas necesidades de los consumidores, y a ello se sumó el «boom» de la
App Store, que ha visto cómo en los últimos meses se disparaba la actividad,
tanto por la pandemia como por la nueva estrategia de negocio de Apple,
centrada en los servicios.
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Según datos revelados este mismo miércoles por la
firma de Cupertino, la economía de aplicaciones de iOS genera más de 2,1
millones de empleos en EE.UU. (300.000 nuevos desde el año pasado), y el estado
de Florida -donde tiene su sede Caribu- es uno de los que está liderando el
crecimiento.
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La aplicación, que tiene contenidos en español,
portugués, inglés, francés, chino mandarín y otros idiomas, los adapta también
a la realidad social de cada momento, por lo que ahora destacan títulos como
«Cómo llevar una mascarilla» o «Cómo ser anti-racista».
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