Incidencia.
Enfermedades cardiovasculares son la causa número uno de muerte en todo el
mundo. Malformaciones. Casi uno de cada 1,200 a 1,500 nacidos vivos tendrá un
defecto cardiaco congénito, sea de grado leve como es lo más frecuente.
El corazón es el órgano bomba que por su anatomía muscular puede distribuir la sangre a través de las arterias.
Los
seres humanos no podrían vivir sin el oxígeno que porta la hemoglobina
sanguínea, la cual, debido a la respiración se puede obtener del aire por cada
segundo, hasta que se termine el ciclo de vida.
El
doctor César Herrera, director del Centro Cardiovascular de los Centros de
Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina
(Cedimat), asegura que este órgano, localizado en el centro del pecho, entre
ambos pulmones, es capaz de manejar siete mil litros de sangre diariamente, lo
que se debe a su contracción inducida por un sistema eléctrico de conducción.
Explica
que el corazón tiene cuatro válvulas que facilitan el flujo sanguíneo en sus
cámaras (aurículas y ventrículos, estas últimas las más importantes ya que
ejercen la función de bomba); asimismo tiene una cobertura protectora llamada
pericardio y sus propias arterias que le suplen de nutrición.
“Pese
a su diseño casi perfecto, el corazón está expuesto a males de toda índole, al
punto de que las enfermedades cardiovasculares constituyen primera causa de
muerte en todo el mundo, tanto en hombres como en mujeres”, asegura.
Las afecciones cardiacas están
determinadas por factores incontrolables, como la genética, pero también por
otras condiciones que sí se pueden prevenir y tratar, ya que son causadas por
los malos hábitos.
Razones
congénitas
Herrera asegura que las principales enfermedades hereditarias del corazón se
conocen como cardiopatías congénitas, en ellas ha habido una malformación de
sus estructuras durante el desarrollo del feto en el útero materno.
Pueden
deberse a desórdenes de los cromosomas, exposición a tóxicos en las etapas
tempranas del embarazo (fármacos y drogas) e incluso pudiesen ser causadas por
ciertas infecciones, asegura el afamado profesional.
“Casi
uno de cada 1,200 a 1,500 nacidos vivos tendrá un defecto cardiaco congénito,
sea de grado leve como es lo más frecuente, o de tal severidad que amenace la
vida de la criatura”, advierte Herrera.
Cardiopatías
adulto
El especialista insiste en que la mayoría de los trastornos del corazón son
adquiridos en la vida adulta como resultado de malos hábitos que pueden
prevenirse. Se refiere al cigarrillo, tabaquismo, excesos dietéticos de grasas
y sal, sedentarismo, sobrepeso y obesidad, así como el estrés emocional.
“Todas
estas condiciones favorecen el desarrollo de hipertensión arterial o presión
alta, insuficiencia cardíaca, diabetes, colesterol sanguíneo elevado y
aterosclerosis o grasa en las arterias, la cual representa la condición
cardiovascular más frecuente y letal en todo el mundo”, asegura el cardiólogo.
Muertes
anuales
El profesional de la cardiología, ve que se estima cada año fallecen más de 17
millones de personas como consecuencia de las patologías cardio-circulatorias,
las cuales no respetan sexo ni nacionalidad, afectan tanto a los residentes de
países desarrollados como a los habitantes de naciones menos aventajadas, en
las cuales no existen los niveles de prevención y detección temprana adecuadas
ni tampoco los tratamientos necesarios para salvar vidas.
Factores
de riesgo
Al referirse a los llamados factores de riesgo, el doctor afirma que son
conductas controlables y prevenibles que llevarán a desencadenar enfermedades
establecidas de no ser detectadas y controladas a tiempo.
“Uno
de factores de riesgo más dañinos es el uso del cigarrillo, ya que tanto la
nicotina como los químicos derivados de su combustión afectarán todo el aparato
circulatorio, incluyendo las arterias y el pulmón”, asegura Herrera.
Asimismo,
la alimentación desordenada, tanto en cantidad como en baja calidad, las grasas
y azúcares excesivos, así como la sal, irán afectando las arterias desde la
juventud, favoreciendo con ello la obstrucción coronaria y la de otras áreas de
la circulación como el cerebro.
Una
dura realidad
La hipertensión, que en el país afecta la tercera parte de los adultos,
representa un riesgo importante en la ocurrencia de la enfermedad
cerebrovascular aguda, es decir, del derrame cerebral, lamentable causa de
muerte e incapacidad, incluso entre los más jóvenes, analiza el clínico.
Otros
factores lo constituyen, el sobrepeso y la obesidad, son la consecuencia de una
vida sedentaria e inactiva, pero también están motivados por el consumo de
dietas inapropiadas. Ambos llevarán al desarrollo de diabetes, siendo esta
última la condición que con mayor frecuencia se asocia a la cardiopatía
isquémica, la obstrucción de las arterias coronarias, que podría terminar en
angina, infarto o muerte súbita.
Un
chequeo anual
“Para detectar a tiempo las enfermedades del corazón se requiere acudir al
cardiólogo por lo menos una vez al año, aun en ausencia de síntomas.
El
médico hará una evaluación clínica y obtendrá pruebas de detección como electrocardiograma,
laboratorios que midan el colesterol y azúcar entre otros, además de una prueba
de esfuerzo”, aconseja el profesional.
Recomendaciones
para tener un corazón sano
La Asociación Americana del Corazón recomienda:
-Evitar el cigarrillo.
– Reducir la ingesta de sal.
– Limitar el consumo de dulces y grasas.
-Aumentar el consumo de vegetales, legumbres, granos y proteínas sanas.
-Realizar ejercicios de intensidad moderada durante 30 minutos, cinco días a la
semana.
-Se debe mantener un peso adecuado para su contextura física.
– Conservar el colesterol y el azúcar dentro de los límites normales.
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