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Cirugía ortognática: ¿en qué consiste?

 

La cirugía ortognática es una solución para quienes tienen malformaciones o anomalías en la mandíbula, el maxilar o ambos. Se trata de un procedimiento seguro que tiene un postoperatorio exigente.



La cirugía ortognática es un procedimiento odontológico que se lleva a cabo para corregir desarmonías o deformidades dentofaciales. Aunque muchas veces no sean detectables a simple vista, estas anomalías alteran la estructura facial de una persona.

Se estima que alrededor del 5 % de la población mundial tiene algún tipo de anormalidad dental, en el maxilar o en la mandíbula. Esto no solo afecta la estética, sino que también puede comprometer la masticación, la deglución, la respiración y el habla.

¿Qué es una cirugía ortognática?



La cirugía ortognática es un procedimiento quirúrgico que se lleva a cabo para corregir la posición del maxilar y la mandíbula. Cuando esta es anómala, provoca problemas funcionales como la maloclusión, la apnea del sueño, las dificultades digestivas y de dicción.

Este tipo de cirugía permite solucionar las discrepancias esqueletofaciales (de los huesos de la cara) así como corregir asimetrías. También hace posible reparar lesiones faciales o defectos congénitos en esta zona.

El procedimiento lo debe llevar a cabo un cirujano maxilofacial. Implica un largo proceso preparatorio de entre 12 y 18 meses para alinear los dientes con Brackets. Durante ese lapso se deben hacer múltiples pruebas de rayos X e imágenes 3D para identificar los cambios en la estructura maxilofacial.

La cirugía ortognática se lleva a cabo con anestesia general y requiere una estancia hospitalaria de entre dos y cuatro días. Durante el procedimiento, se hacen cortes en los huesos y, luego, se fijan en una nueva posición mediante placas, bandas de goma, tornillos y elementos similares.

Tipos de cirugía ortognática

Existen tres tipos de cirugía ortognática: del maxilar, de la mandíbula y de la mandíbula y el maxilar al mismo tiempo, también llamada maxilomandibular o bimaxilar. Veamos en qué consiste cada una de ellas.

Cirugía ortognática del maxilar

La cirugía ortognática del maxilar se realiza para ubicar el maxilar en la posición correcta. El objetivo es recuperar la armonía facial y, sobre todo, la funcionalidad de este hueso que es clave en la masticación, la respiración y el habla.

La cirugía incluye un corte en el hueso maxilar. Este procedimiento se llama Osteotomía Le Fort I. Permite alargar, acortar, retraer, adelantar o rotar el maxilar. Una vez se logra que esté en la posición correcta, se fija mediante placas de titanio. La cirugía ortognática del maxilar dura alrededor de 40 minutos.

Cirugía ortognática de la mandíbula

Esta cirugía se lleva a cabo para adelantar o retraer la mandíbula. Sin embargo, en este último caso existe el riesgo de estrechar las vías aéreas, por lo que rara vez se practica. El avance mandibular, en cambio, no tiene mayores riesgos.

Lo usual es que la cirugía ortognática mandibular se realice cuando una persona tiene una mandíbula pequeña y retraída en relación con el maxilar. Esta condición se conoce con el nombre de retrognatia o clase II y se asocia con frecuencia a la apnea del sueño.

Durante la cirugía se hace un corte a cada lado del hueso de la mandíbula. Este procedimiento se llama osteotomía sagital bilateral. El hueso se avanza y se fija en su nueva posición mediante placas de titanio. El tiempo de operación es de unos 30 minutos.

Cirugía ortognática maxilomandibular

La cirugía ortognática maxilomandibular es la más común. Se lleva a cabo para reposicionar tanto el maxilar como la mandíbula. El objetivo es lograr una oclusión correcta y además aportar mayor armonía facial.

Se indica para tratar malformaciones como clase II, clase III, mordida abierta o asimetría facial, entre otras. Durante el procedimiento se combinan las acciones de la cirugía ortognática maxilar y mandibular. La operación dura entre 90 y 120 minutos.

Posibles complicaciones



La cirugía ortognática es un procedimiento seguro que solo en pocas ocasiones genera complicaciones. Si bien tiene un postoperatorio exigente, la mayoría de las personas logran superar todo con éxito.

Las principales complicaciones son las siguientes:

  • Pérdida de sangre. Alrededor del 30 % de los pacientes requieren de una transfusión sanguínea durante la cirugía ortognática.
  • Infección. Es muy raro que se presente. Para impedirlo, la persona operada recibe antibióticos intravenosos y orales durante su recuperación.
  • Daño nervioso. Existe el riesgo de que algún nervio facial sea lesionado durante la cirugía ortognática.
  • Relapso mandibular. Ocurre cuando la mandíbula vuelve a la posición que tenía antes de la operación. Es muy raro que esto suceda.
  • Fractura mandibular. Solo se presenta en el 2 % de los casos.

¿Cómo es el proceso de recuperación?

El postoperatorio de una cirugía ortognática es largo y exigente. Puede tomar hasta nueve meses durante los cuales deben hacerse ajustes nutricionales, evitar el consumo de alcohol y tener una estricta higiene oral, por lo general, empleando enjuagues con colutorio de clorhexidina, tres veces al día.

Lo usual es que tras la cirugía ortognática se indique un periodo de reposo de entre dos y tres semanas. Habrá inflamación en el rostro, por lo cual suele recomendarse el uso de una mentonera, antiinflamatorios y la aplicación de compresas frías en la zona.

Lo más indicado es iniciar fisioterapia de forma inmediata para ir recuperando el movimiento normal. Lo usual es que al principio sea necesaria una alimentación por sonda, con jeringa. Luego se pasa a alimentos triturados, batidos y caldos.

Cirugía ortognática, una forma de mejorar la autoestima

Lo más común es que se requiera de un tratamiento de ortodoncia antes y después de la cirugía ortognática. Esto permite lograr una estabilidad ósea, así como una oclusión estable. Por lo tanto, el cirujano y el ortodoncista deben trabajar en equipo.

La cirugía ortognática permite corregir los problemas de funcionalidad, originados en una mala posición del maxilar, la mandíbula o ambos. También mejora la apariencia del rostro y este es un aspecto que no se debe minimizar, pues en muchos casos afecta la autoestima de una persona.

Fuente:  https://mejorconsalud.as.com/

 

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