Por Andrea Santamaría Ramos
En cualquier caso, el urólogo recomienda estar atentos a cualquier cambio en la frecuencia miccional (que no sea consecuencia directa de la mayor o menor ingesta de agua), a cambios organolépticos (como el olor y el color) o a cierta sintomatología como dolor, escozor o dificultad para orinar. Es entonces cuando sería recomendable acudir a un especialista. Y siempre la alerta más importante y que amerita ir al médico lo antes posible es la hematuria, es decir, la orina roja a causa de la aparición de sangre en la misma. En esos casos, el urólogo siempre tendrá que descartar un tumor en las vías urinarias.
¿Te estás hidratando
correctamente?
Ya hemos visto que el color de una orina
normal es el ambarino claro, que es síntoma, además de un buen estado de salud
urinario, de una correcta hidratación. Pero, ¿cuánta agua debemos beber para
estar adecuadamente hidratados? Martínez-Ballesteros apunta a que se aconseja
beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día, cantidades que
pueden variar según las condiciones climáticas y de ejercicio físico que
practique cada persona.
Por otro lado, Madurga Patuel alerta de que
el agua, como todo, es malo en exceso: “Una
ingesta excesiva de líquidos conlleva una frecuencia miccional muy elevada,
tanto de día como de noche, interrumpiendo el tan necesario descanso nocturno y
haciendo que esa persona viva en el cuarto de baño. Eso, además de
mermar su calidad de vida, puede dilatar de manera excesiva su vejiga, trayendo
consigo consecuencias a medio y largo plazo, a veces irremediables”.
Así, según la uróloga, lo normal y
deseable es vaciar la vejiga siete veces durante el día y una vez por la
noche, sobre todo a partir de los 50 años, tanto en hombres como en
mujeres. También hay que tener en cuenta que el volumen de orina en cada
micción debería ser de 300 mililitros, aproximadamente.
“Siempre hay ocasiones en las que, por motivos ajenos a nuestra fisiología,
podemos orinar más o menos cantidad (por ejemplo, si no encontramos un baño en
el momento en que lo necesitamos o, en el caso contrario, cuando orinamos sin
demasiadas ganas, porque no sabemos cuándo podremos volver al baño). Pero eso
es la excepción y no la norma”.
Los colores de la orina y qué indica cada uno
Madurga confirma que el aspecto de la orina puede hablar
mucho del estado de salud de una persona. “En función del color, podemos
detectar desde una infección urinaria, a
una patología hepática o un cáncer de vejiga, entre
otras patologías. También su consistencia puede dar pistas: una orina turbia y
espesa nos habla de la posibilidad de una infección severa de riñón o
vejiga”.
En este sentido, el urólogo Martínez-Ballesteros hace la
siguiente clasificación de los colores de la orina y de qué puede estar
indicando cada uno:
- Transparente
o muy claro: En la mayoría de los casos es
síntoma de que la persona está bebiendo mucha agua, pero
también puede estar relacionado con otros trastornos asociados a la diabetes.
- Ambarino
claro: Normal.
- Miel: Puede
ser indicativo de deshidratación.
- Marrón
oscuro: Podría deberse a una deshidratación
severa, al consumo de sustancias tóxicas o a
algún tipo de enfermedad hepática. En estos casos, es
conveniente acudir al médico para descartar la presencia de sangre en la
orina y evaluar si el color se relaciona con algún trastorno metabólico.
- Rojizo
o rosado: Puede deberse a la ingesta de
alimentos como los arándanos o la remolacha. Si esto está
descartado, podría relacionarse con la presencia de sangre, que
siempre es subsidiario de ser estudiado.
- Verde
o azul: Podría estar relacionado con determinadas
infecciones, con algunas bacterias en el tracto urinario, alguna
sustancia con propiedad de tinción o ciertos medicamentos.
En cualquier caso, el urólogo recomienda estar atentos a
cualquier cambio en la frecuencia miccional (que no sea consecuencia
directa de la mayor o menor ingesta de agua), a cambios organolépticos (como
el olor y el color) o a cierta sintomatología como dolor, escozor o
dificultad para orinar. Es entonces cuando sería recomendable acudir a
un especialista. Y siempre la alerta más importante y que
amerita ir al médico lo antes posible es la hematuria, es
decir, la orina roja a causa de la aparición de sangre en la misma. En esos
casos, el urólogo siempre tendrá que descartar un tumor en las vías urinarias.
¿Te estás hidratando correctamente?
Ya hemos visto que el color de una orina normal es el
ambarino claro, que es síntoma, además de un buen estado de salud urinario, de
una correcta hidratación. Pero, ¿cuánta agua debemos beber para estar
adecuadamente hidratados? Martínez-Ballesteros apunta a que se aconseja beber
entre 1,5 y 2 litros de agua al día, cantidades que pueden
variar según las condiciones climáticas y de ejercicio físico que practique
cada persona.
Por otro lado, Madurga Patuel alerta de que el agua, como
todo, es malo en exceso: “Una ingesta excesiva de líquidos
conlleva una frecuencia miccional muy elevada, tanto de día como de noche,
interrumpiendo el tan necesario descanso nocturno y haciendo que esa persona
viva en el cuarto de baño. Eso, además de mermar su calidad de vida, puede
dilatar de manera excesiva su vejiga, trayendo consigo consecuencias a
medio y largo plazo, a veces irremediables”.
Así, según la uróloga, lo normal y deseable es
vaciar la vejiga siete veces durante el día y una vez por la noche, sobre
todo a partir de los 50 años, tanto en hombres como en mujeres. También hay que
tener en cuenta que el volumen de orina en cada micción debería ser de 300
mililitros, aproximadamente. “Siempre hay ocasiones en las que, por
motivos ajenos a nuestra fisiología, podemos orinar más o menos cantidad (por
ejemplo, si no encontramos un baño en el momento en que lo necesitamos o, en el
caso contrario, cuando orinamos sin demasiadas ganas, porque no sabemos cuándo
podremos volver al baño). Pero eso es la excepción y no la norma”.
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