La palabra lacto hace referencia a la leche de vaca, en la que esta proteína se encontró por primera vez. Ferrina significa hierro, ya que la lactoferrina tiene la propiedad de ligar y transportar el hierro. La lactoferrina es producida por nuestro propio cuerpo y se encuentra muy presente, por ejemplo, en la leche materna. A veces tenemos una necesidad mayor.
La lactoferrina es producida y excretada por células
epiteliales de diferentes órganos. Las altas concentraciones de lactoferrina se
producen de forma natural en el calostro (humano) y en la leche materna. De
esta manera, la leche materna fortalece y protege al bebé durante el periodo de
mayor vulnerabilidad tras el nacimiento. El calostro contiene hasta 8 gramos de
lactoferrina por litro y la leche materna de 1,5 a 4, mientras que la leche de
vaca solo contiene 0,2 gramos de lactoferrina por litro. Así que, lo normal es
que solo sean los bebés los que reciben cantidades significativas de
lactoferrina durante la lactancia.
Otras concentraciones más bajas de lactoferrina se producen
en las secreciones (exocrinas), como la saliva, el sudor, el líquido lagrimal,
la bilis, los jugos pancreáticos, la orina, el fluido espermático, el moco
vaginal y el moco de la cavidad nasal, del tracto respiratorio y del tracto
gastrointestinal. Por último, la lactoferrina también se produce por
granulocitos de neutrófilos, células inmunes de nuestro sistema inmunitario
natural.
El ejercicio intenso aumenta la producción de
lactoferrina. Un estudio (Inoue H, Sakai M, Kaida Y, Kaibara K. Blood
lactoferrin release induced by running exercise in normal volunteers:
antibacterial activity. Clin Chim Acta. maart 2004;341(1–2):165–72.) sobre la
lactoferrina ha demostrado que existen distintas formas de ejercicio intensivo
agudo que aumentan la concentración de lactoferrina en la saliva, el suero, y
las células inmunes (granulocitos). La hipótesis es que el ejercicio regular e
intensivo (pero no en los deportes de alto nivel) influye positivamente en la
producción de lactoferrina. Junto a esta hipótesis se indica que hay distintas
patologías que se asocian a un “estilo de vida sedentario”, asociado a su vez a
unos niveles más bajos de lactoferrina sérica basal.
A veces, la necesidad de lactoferrina es mayor. La
lactoferrina puede emplearse, por ejemplo, para un tratamiento que requiere de
altas dosis. Es entonces cuando el suplemento es una buena alternativa. Cuando
se suplementa, es importante que se elija lactoferrina pura de alta calidad que
no contenga lipopolisacáridos (LPS), que son moléculas que se encuentran en la
membrana exterior de las bacterias gramnegativas. Es muy importante que la
lactoferrina no contenga LPS. La presencia de LPS influye negativamente en la
lactoferrina, además de poder activar el sistema inmunológico con efectos
indeseados.
Fuente: https://www.blogdefarmacia.com/
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