Maria Alejandra Morgado Cusati.
Nuestra mente no consciente está compuesta por diferente niveles. Entre ellos encontramos el subconsciente y el inconsciente. Veamos en qué se diferencian
.«Subconsciente» e «inconsciente» son dos términos que
suelen usarse indistintamente, incluso por algunos profesionales de la salud
mental. Y es que contrastar ambas entidades es una tarea complicada, dada
las sutiles diferencias que las definen.
De esta forma, para comprender sus diferencias, primero
debemos tener en cuenta que existe una parte de nuestra mente que percibimos de
forma consciente y otra que no.
En este sentido, la parte consciente contiene todas las
ideas y las experiencias que podemos percibir y recordar; mientras que en la
parte no consciente se encuentran aquellos contenidos mentales que ahora mismo
no recordamos.
Ahora bien, a partir de ahora nos enfocaremos en describir
esa parte no consciente de la mente; pues es allí donde se encuentran las dos
entidades que hemos comentado. Profundicemos en ello.
Niveles de la mente no consciente
Para comprender las diferencias entre subconsciente e
inconsciente es útil pensar en la mente como análoga a un iceberg.
En este sentido, la punta que sobresale del agua y que es visible es la parte
consciente. En cambio, lo que está sumergido y es imperceptible sería la parte
no consciente.
Tal y como lo representa la imagen del iceberg,
la parte consciente es tan solo una pequeña fracción de la vastedad de
contenidos mentales que se encuentran en la totalidad de nuestra mente.
No obstante, podemos decir que dentro de la mente
no consciente existen diferentes niveles de profundidad. Por tanto,
habrá contenidos que podrán convertirse en conscientes sin mucha dificultad
—como recordar qué cenamos hace tres días— y otros que estarán muy
enterrados —como alguna experiencia
traumática reprimida durante la infancia.
Como vemos, algunos recuerdos son más accesibles que otros,
y esto lo determinará el nivel de profundidad en el que se encuentran.
Dicho esto, la forma más útil de comprender las diferencias entre subconsciente
e inconsciente es a través de su relativa inaccesibilidad. Veamos cómo.
Diferencias entre subconsciente e inconsciente
Por lo general, la palabra «subconsciente» es utilizada
para hacer referencia a la parte no consciente de la mente más superficial;
mientras que el término «inconsciente » se usa para referirse a aquella
zona no consciente más profunda e inaccesible.
En este punto, es válido que nos preguntemos: ¿hasta
dónde llega la frontera entre lo que consideramos «ideas no conscientes más
superficiales» e «ideas no conscientes más profundas»? Es decir, ¿qué
hace que una idea sea más superficial y que otra sea más profunda?
Para responder a esta pregunta podemos empezar por
analizar nuestra existencia actual y, a partir de ella, intentar ver
qué ideas y qué recuerdos pueden ser más profundos.
De todos modos, existe una forma más conveniente de
explicar esta distinción, y es a través de los mecanismos subyacentes a cada
instancia; la supresión y la represión.
Supresión vs represión
Empezaremos aclarando que la supresión es propia del
subconsciente, mientras que la represión lo es del inconsciente. En este
sentido, cuando suprimimos algo (un impulso, un deseo, una idea,
etcétera), lo estamos forzando a ir por debajo del nivel de la
conciencia.
En cambio, cuando reprimimos, nuestra mente está empujando
algo que considera demasiado peligroso como para ocultarlo en lo más profundo
de nuestra consciencia, hasta el punto de que no sea reconocible.
En este último caso, hablamos de una reacción involuntaria
e instintiva, pues la represión representa un mecanismo
de defensa psicológico, cuyo fin es garantizar la protección y la
supervivencia de la persona.
Asimismo, la represión tiene un especial protagonismo en la
infancia, cuando nuestra capacidad mental y nuestro juicio están bastante
limitados. De esta forma, la mente, al no poder lidiar con experiencias
complejas y traumáticas, envía al fondo del pozo (el inconsciente) aquellos
contenidos mentales con los cuales no puede lidiar.
Ejemplos de contenidos subconscientes e
inconscientes
Para comprender mejor de qué van las diferencias entre
subconsciente e inconsciente, acá abajo dejamos dos situaciones que reflejan el
rol de ambas instancias mentales.
- Subconsciente:
cuando reconocemos débilmente que sentimos ciertos celos de nuestro hermano menor. Sin embargo, no
sabemos con exactitud el por qué. En este caso, al reflexionar, nos damos
cuenta de que ese sentimiento surge porque pensamos que tuvo más
oportunidades y privilegios.
- Inconsciente:
una fobia a los caballos; solo verlos nos produce un pánico incontrolable.
Pese a esto, no tenemos ni la más mínima idea de por qué. Esto se debe a
que hemos reprimido y no está disponible para nuestra conciencia el hecho
de que en la infancia nos obligaron a montar uno, a pesar de que no
queríamos. Incluso, nuestro padre nos gritó y hasta nos tachó de
«cobardes».
En este último caso, vemos cómo una experiencia
desagradable y traumática para un niño terminó en el fondo de la mente. Acceder
a este recuerdo infantil seguro tomará varias sesiones de autoanálisis o
de psicoterapia.
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