El miedo excesivo a no tener pareja o quedarse soltero, un problema conocido como anuptafobia, genera pensamientos negativos que afectan a la vida cotidiana. El entorno social y cultural y la baja autoestima son algunos de los factores de riesgo.
Estar soltero o sin pareja no tiene por qué ser algo malo y
no significa sentirse solos. Al revés, puede aportar múltiples beneficios. Pero
a algunas personas esto les causa malestar. La soltería les da miedo,
algo que se conoce popularmente como anuptafobia (o anuptofobia), aunque
no es un término clínico, aclara Miguel
Hierro, del HM Virgen del Val y profesor en la Universidad Autónoma de
Madrid.
Como todas las
fobias, la persona con anuptafobia siente un miedo desproporcionado a
estar solo en la vida, aunque no suponga un peligro real como tal. “Genera
rechazo a una circunstancia vital, al igual que sucede con la claustrofobia,
hasta el punto de que le afecta a su vida cotidiana de manera relevante. La
idea de vivir en soledad les angustia. Y se puede dar en personas que han
tenido parejas, como divorciados o viudos", puntualiza Hierro.
El psicólogo comenta
que a las personas con anuptafobia les asaltan los pensamientos
negativos e intrusivos que se instalan en la cabeza y cuesta
quitárselos de ella. “Como estar soltero es una circunstancia permanente,
digamos que siempre están expuestos a esa fobia, no es como tener miedo
a una cucaracha que si no está, no te expones a ella y no sientes
rechazo continuo. Entonces a estas personas les aparecen de manera
espontánea pensamientos relacionados con las malas consecuencias de no tener
pareja”.
Estos pensamientos son
del tipo: “nadie me va a querer”, “estoy feo, tengo arrugas”, “vaya barriguita
que tengo”, “quién me va a cuidar cuando sea mayor” o “no voy a poder tener
hijos”. “Esta fobia está muy relacionada con la autoestima en el sentido de que
la persona no se ve capaz de tener pareja”, señala Hierro.
Factores de riesgo que pueden desencadenar
anuptafobia
El psicólogo enumera
algunos de los factores que van a influir en la aparición de ese miedo a estar
sin pareja.
Malas experiencias
previas
Haber tenido una
vivencia (o varias) desagradable o incómoda, en la cual la persona se ha
sentido rechazada o apartada por no tener pareja. Por ejemplo, que los amigos
organicen un viaje con sus parejas y no le inviten.
El entorno social
y cultural
Hierro resalta la
importancia del entorno en el que la persona se desenvuelve, ya que en
algunos se da por hecho que hay que casarse, y si no hace pues se ve
como que a la persona le pasa algo raro. “Es un elemento fundamental
porque construimos la realidad de muchas maneras, pero entre ellas, está
mediante el entorno y ahí tiene un peso muy grande la cultura”.
Como es una fobia muy
relacionada con la circunstancia social, Hierro indica que algunas personas
aplican constantemente una serie de sesgos
cognitivos que van a confirmar su teoría, aunque esta sea muy
lejana a la realidad. Y pone un ejemplo: cuando alguien, en una conversación,
comenta que tal persona se ha quedado solterona, esa palabra se le graba a
muerte y se pone a dar vueltas a la cabeza. O cuando una persona se acerca a
otra para ligar y no le hace caso, eso se le queda ahí y lo interpreta como
algo negativo en vez de no darle importancia.
“Estas
construcciones cognitivas no son realidades muy establecidas y muy
fortalecidas y sacarles de ahí cuesta. Estas personas, sin darse cuenta, van a tener
una tendencia muy potente a confirmar su sensación”, sostiene el psicólogo.
Baja
autoestima
El especialista define
la autoestima como
el valor que uno se da a sí mismo como persona y entonces quien tiene una buena
autoestima pensaría: “Tengo la nariz grande y me estoy quedando calvo, pero soy
un tío majo y aunque no tenga pareja, pues la conseguiré”.
Y añade: “La
autoestima no es pensar que no tengo defectos, es pensar que, a pesar de mis
defectos, valgo la pena. Así, una persona con pánico a quedarse
soltero interpreta una serie de circunstancias de su vida, como el aspecto
físico, su empleo o sueldo, y entiende que no va a poder tener
pareja".
Tener pocas
habilidades sociales
No interactúan con sus
semejantes, no se comunican adecuadamente... En definitiva, no
socializan y esto puede derivar en una baja autoestima o generar
rechazo en los demás, entre otras consecuencias.
Consejos para
superar la anuptafobia
El psicólogo Hierro da
algunas recomendaciones para quienes sientan este miedo a vivir sin pareja. El
principal y el denominador común: hablarlo. Porque supone hacer un ejercicio de
exposición, que es como habitualmente se tratan las fobias. Esta consiste
en exponerse a lo que a uno le da miedo con el fin de descubrir que no
es tan grave. Por ejemplo, para quitarse
el miedo a volar, uno debe tomar
un avión.
- Hablar de este problema con alguien: el psicólogo señala que las personas que
tienen más facilidad para hablar de lo que sienten, de lo que opinan, de
lo que les pasa, normalmente tienen más más recursos para deshacerse de
una fobia.
Sin embargo, Hierro
afirma que no es obligatorio contárselo a alguien ni tampoco ocultarlo,
lo que la persona decida estará bien, pero él se muestra a favor de
expresarlo a los amigos o personas de cercanas o de confianza, aunque sea con distinto
nivel de detalle, “porque es saludable sentir que yo tengo el control, que yo
decido a quién se lo digo o no y qué le cuento o no".
Además, "como los
procesos cognitivos en sí mismos son intangibles, cuando se narran las
emociones, se elaboran, se explican y se estructuran, esto ayuda muchísimo
a que uno mismo las entienda”.
El psicólogo
destaca lo positivo de hablarlo con alguien que ya ha pasado por
una experiencia parecida. “Si yo me siento raro por no tener pareja y
hablo con un amigo o amiga que no tiene pareja, pues probablemente voy a
encontrar algunos elementos en común y eso ayuda a normalizar, a aceptar
algunas de nuestras sensaciones como normales y a no pensar soy un bicho
raro por sentirme mal, por no tener pareja”.
Y prosigue: “Cuando yo hablo de lo que me pasa con alguien, me expongo a mis
propias sensaciones. Entonces vamos a descubrir que contarle a alguien
que me desagrada no tener pareja, pues mucha gente me va a decir, bueno,
hombre, pues no tener pareja quizás no es lo que a ti te gustaría, pero no es
el fin del mundo”.
- Escribir un diario: en esta opción se trata de plasmar por escrito el
problema, lo que uno siente, lo que opina, lo que le inquieta... En
definitiva, “volcar los sentimientos”. El experto también
anima a escribir lo que a uno le apetece que pasara. Esto es, “no solo
poner en el diario cosas negativas, sino también positivas en el sentido
de hacia dónde se quiere ir”.
- Participar de la vida: el psicólogo anima a las personas con anuptafobia
a retomar viejas aficiones o hacer aquellas que uno siempre haya tenido en
mente hacerlas, pero por algún motivo no ha sido así. “Para que su cabeza
esté ocupada y no piense en la fobia. La finalidad es que descubra que
puede tener una vida satisfactoria sin tener pareja”.
- Salir y conocer gente nueva: “Como el sesgo le lleva a confirmar su
situación, entonces cuando está con gente interpreta que no le
interesa a nadie y es una situación incómoda. Y al final se
queda en casa y hace vida en solitario, pero esto no ayuda”.
Sobre recomendar
las aplicaciones
y plataformas para ligar, Hierro se muestra cauteloso porque “pueden
ayudar, pero muchas personas viven experiencias que justo les generan lo
contrario”. Y ahonda en el porqué de esto: en esas apps, muchos buscan
algo breve, se centran en la sexualidad y
después de quedar, muy probablemente no van a querer volver a hablar con la
otra persona. Y eso puede mermar la autoestima y reafirmar las
sensaciones, los pensamientos negativos y los sesgos. Así que la persona con
miedo a estar sin pareja debería sopesar si debe acceder a estos sitios, por lo
que pueda pasar. “Una vez advertida, al final la decisión la tiene que
tomar cada uno”.
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