Comer sin gluten es una decisión que muchos han tomado, sin
tener en cuenta de que, si son personas sanas, no tienen por qué recurrir a
este tipo de medidas.
Entorno a las dietas sin gluten existen todo
tipo de mitos que, cuando los analizamos de cerca, nos
damos cuenta de que suponen diversos riesgos para la salud y que los beneficios
vienen a ser inciertos. Cabe destacar que dicho análisis no tiene como
finalidad causar alarma sino más bien, crear conciencia.
El sentido común a la hora de seleccionar,
comprar y consumir es imprescindible y, por ende, debemos aprender a
mantenerlo.
¿Qué es el gluten?
El gluten es una proteína presente en los
alimentos que contienen trigo, cebada o centeno, que
puede afectar a las personas con enfermedad celíaca, sensibilidad al gluten no
celíaca y síndrome de intestino irritable.
Alrededor de 1 % de la población mundial es sensible al
gluten. Sin embargo, se ha observado que a lo largo de la última década resulta
cada vez más frecuente la adopción de dietas libres de gluten por personas que
no lo necesitan en absoluto.
Los alimentos libres de gluten cada día están más presentes
en los supermercados. La percepción de un efecto dañino del gluten está
relacionada con la publicidad y el marketing, creando la
idea de que comer sin gluten es beneficioso para todos por igual.
La literatura
científica descarta dicha idea, aconsejando que solo consuman
productos sin gluten aquellas personas que presenten alguna patología que
condicione el metabolismo de dicha proteína.
Comer sin gluten no representa ser más
saludable
En un estudio
realizado en Australia no se encontró evidencia de ninguna ventaja
nutricional de los alimentos sin gluten versus los alimentos que contienen
gluten.
Los alimentos libres de gluten no tienen una ventaja diferencial que los haga
nutricionalmente mejores que los alimentos tradicionales.
Veamos ahora la realidad sobre comer sin
gluten:
- Primero,
los alimentos etiquetados como libres de gluten pueden tener
otros ingredientes añadidos, como grasas trans o azúcares.
- En
segundo lugar, los alimentos sin gluten pueden tener igual o más
calorías, entonces al comerlos (y excluir al mismo tiempo otros
alimentos) no perderás peso.
- Los
síntomas gástricos disminuirán solo en personas que tienen sensibilidad al
gluten.
- Finalmente,
si no sufres de ninguna sensibilidad a esta proteína lo más probable es
que estas dietas no sean para ti.
Vivir sin gluten no es la solución
Si piensas que quitar el gluten de la alimentación será la
solución a los problemas de salud, estás equivocado. Todavía no está claro
si la reducción del gluten, en lugar de evitarlo, sería suficiente para
controlar los síntomas en los pacientes con sensibilidad al gluten o síndrome de colon irritable.
Cuando retiramos el gluten de la alimentación sin ser
necesario, podemos consumir cantidades significativamente menores de
carbohidratos, de fibra, de ácido fólico, de hierro y de calcio.
Algunos alimentos sin gluten pueden ser más altos en grasas
saturadas y colesterol, afectando la salud cardiovascular, tal y como afirma
una publicación
realizada en la revista BMC.
No retires el gluten de la dieta sin previo
consejo médico
- Si
no tienes ningún diagnostico médico relacionado al consumo de gluten, no
tienes que hacer una dieta exenta de trigo, cebada o centeno.
- En
la variedad esta el éxito de una alimentación saludable.
- Incluye
otros cereales como el maíz, la espelta y el arroz sin eliminar el gluten,
así lograrás mantener el equilibrio.
En definitiva, llevar una dieta sin gluten sin
necesitarlo puede resultar riesgoso para la salud. Por
ende, es importante no sucumbir a los mensajes que puedan enviarnos las
etiquetas de los productos y la publicidad en general.
Si tienes dudas acerca de cómo llevar una dieta
equilibrada, de acuerdo a tus necesidades, consulta con el médico antes de
realizar cualquier cambio. Por otra parte, no olvides resolver todas tus
inquietudes con el profesional, ya que él sabrá guiarte de la manera correcta.
Fuente: https://mejorconsalud.as.com/
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