El término hepatitis se refiere al proceso en el cual el hígado sufre un proceso de inflamación difuso en su parénquima. Existen diversas causas, dentro de las cuales se abarcan las que sí y las que no son infecciosas.
Aileen Mateo Durán, gastroenteróloga endoscopista de los
Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y
Telemedicina (Cedimat), explica que las hepatitis virales son de las más
frecuentes y entran dentro del grupo de las infecciosas.
“El grupo de virus corresponden a los llamados hepatotropos,
denominados de esa forma porque tienen predilección por el hígado y, por lo
tanto, comparten la capacidad de producir inflamación y/o necrosis en las
células hepáticas. La especialista indica que los virus hepatotropos se nombran
de forma progresiva con las letras del abecedario, siendo los más comunes y
conocidos en nuestro medio el de hepatitis A, B, C, D y E.
La doctora Mateo Durán afirma que estos últimos son
diferentes en cuanto a su estructura genética, forma más frecuente de contagio,
evolución y tratamiento.
Virus A o hepatitis A
Es un virus ARN, que se elimina en grandes cantidades en la
materia fecal de las personas infectadas y se transmite por contacto directo
oro-fecal, y de igual forma, por ingestión de agua o alimentos contaminados.
Es más común en ambientes con pobre manejo de los desechos
orgánicos, hacinamiento y poco acceso a aguas saneadas.
La gastroenteróloga endoscopista consideran como factores de
riesgo, convivir con pacientes infectados, hacer viajes a zonas endémicas y
pertenecer a colectividades (cuarteles, guarderías, cárceles, entre otros), si
bien es cierto que en un gran porcentaje de pacientes no se identifica ninguna
de estas circunstancias, aclara la gastroenteróloga.
En sus manifestaciones clínicas, indica, los síntomas
empiezan aproximadamente de 15 hasta 50 días luego de infectarse, se presenta
como un cuadro de aparición brusca, pseudogripal, con fiebre, malestar general,
dolor muscular y articular, disminución del apetito, náuseas y vómitos, dolor
en el lado derecho superior del abdomen, pueden desarrollarse cuadros
diarreicos y en ocasiones se presenta picor generalizado e ictericia.
Virus B o hepatitis B
Es un virus complejo, explica la doctora, pues su principal
forma de transmisión es vía sexual, la parenteral por medio de contacto de las
mucosas con agujas y material cortopunzante infectado.
Actualmente, es una de las causas principales de hepatitis
crónica, cirrosis y carcinoma hepatocelular, cuando una persona entra en
contacto con ese virus la curación va a depender del momento de su vida en que
se infecte y de la interacción entre la respuesta inmune del individuo y la capacidad
de replicación del mismo. Cuando este adquiere el virus al nacer la
probabilidad de avance a daño hepático crónico es muy alta y llega hasta un 90
%; si se adquiere en la infancia este porcentaje desciende hasta
aproximadamente 30 %.
Mateo resalta que al adquirir la infección en la edad de
adolescente y/o adulta la posibilidad de avance a daño hepático crónico es de
hasta un 10 %, la presentación clínica en esta entidad es variable y va desde
un cuadro viral agudo, pacientes portadores asintomáticos, desarrollo de
síntomas de enfermedad hepática crónica y en pocos casos existe posibilidad de
fallo hepático fulminante.
La galena dice que el diagnóstico se realiza a través de
marcadores serológicos y pruebas moleculares y su interpretación estará a cargo
de un personal experto en el área. El tratamiento es variable y depende de la
fase de la infección y del grado de daño hepático.
Virus C o hepatitis C
El principal mecanismo de transmisión es por vía parenteral a
través del contacto con material o sangre infectada, con hemoderivados o
fluidos corporales infectados, y menos probable por la vía sexual y en niños en
el momento del nacimiento por transmisión materno-fetal.
La gastroenteróloga manifiesta que en los últimos años la
incidencia ha disminuido gracias al advenimiento de controles estrictos para
transfusión de hemoderivados.
La hepatitis C puede cursar de forma aguda o crónica, más del
80 % de los pacientes cursan como portadores crónicos presentando síntomas cuando
se ha producido daño hepático avanzado o descompensación hepática, el resto
puede presentar síntomas de cuadro viral agudo que generalmente son leves y
pueden pasar desapercibidos.
Variedad
—La manifestación
Existen diversos virus capaces de afectar el hígado, hay
algunos de manifestación sistémica que pueden causar daño y/o inflamación
hepática, tales como: el citomegalovirus, el Epstein-Barr, del herpes simple,
parvovirus B19, entre otros.
Causas, según el tipo de hepatitis diagnosticada
La hepatitis causadas por virus A, D y E se adquieren por contaminación
fecal-oral y causan daño agudo, mientras que la hepatitis B y C se adquieren de
forma parenteral a través de transfusiones sanguíneas, y por vía de transmisión
sexual y vertical, estas últimas pueden tener manifestaciones agudas o
crónicas.
Fuente: https://eldia.com.do/
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