María Sánchez-Monge
La psoriasis es una patología de la piel muy heterogénea que en un tercio de los casos evoluciona hacia una afectación de las articulaciones, conocida como artritis psoriásica. Desvelar los factores que están detrás de esa transición puede ayudar a prevenirla.
La psoriasis es mucho más
compleja de lo que parece. Es una enfermedad inflamatoria crónica que puede
afectar a la piel, pero con frecuencia va más allá. Provoca enrojecimiento,
descamación, dolor e hinchazón de la piel y se presenta en forma de brotes, con
exacerbaciones y remisiones. Es muy heterogénea: algunas personas experimentan
únicamente síntomas leves, con placas y picor ocasionales, mientras que otras
sufren síntomas mucho más intensos. Y en un porcentaje nada despreciable de
afectados llega a afectar a las articulaciones. Es entonces cuando se habla de
artritis psoriásica.
La artritis psoriásica es
también una enfermedad inflamatoria crónica heterogénea que se estima que
afecta a hasta un tercio de los pacientes con psoriasis y puede debutar en
cualquier momento de la vida. Además de a las articulaciones, suele extenderse
a otras estructuras del sistema musculoesquelético (columna vertebral,
tendones...), causando dolor, hinchazón y dificultad del movimiento Su prevalencia en la población adulta
española se sitúa en el 0,58%, lo que supone cerca de 230.000 afectados
aproximadamente.
Queda claro que la evolución
de la psoriasis a artritis psoriásica se da en una proporción significativa de
los pacientes (más del 30%), pero, ¿en cuáles? Dicho de otra forma: ¿se puede
predecir en qué personas se producirá esa transición? Y, lo que es más
importante, ¿se puede prevenir?
Causas y factores de riesgo de
la artritis psoriásica
Entre las causas de la
artritis psoriásica se han identificado, según informa la Sociedad Española de
Reumatología (SER), “factores genéticos y otros ambientales, siendo la
obesidad, los traumatismos, el tabaco y el alcohol los que más se relacionan
con el desarrollo de esta patología”.
La SER acaba de celebrar la IX
edición de sus Talleres de Artritis Psoriásica, en los que Beatriz Joven,
reumatóloga del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, ha explicado
que la obesidad “genera un estado inflamatorio
de bajo grado que favorece tanto la propia psoriasis como la artritis
psoriásica, mientras que el traumatismo genera estrés mecánico que puede
derivar en inflamación (mecanoinflamación). La relación de tabaco y alcohol con
la artritis psoriásica es más controvertida, pero por la repercusión en el
manejo se debe aconsejar a los pacientes dejar de fumar y beber alcohol”.
En este curso se ha puesto de
manifiesto que la artritis psoriásica se asocia en muchos casos con el
síndrome metabólico: “Con frecuencia los pacientes padecen hipertensión
arterial, diabetes mellitus,
dislipemia (alteración de los niveles de colesterol y triglicéridos),
obesidad, hígado
graso, y todo esto unido a la inflamación favorece un mayor riesgo de
sufrir enfermedades cardiovasculares”, ha añadido la experta.
Transición de la psoriasis
hacia artritis psoriásica
Los factores citados podrían
considerarse los principales elementos en los que hay que incidir de cara a la
prevención de la evolución de la patología cutánea hacia la afectación
articular: controlar el peso, no fumar, no beber, evitar los
traumatismos…
No obstante, aún se precisa
más investigación para poder establecer las medidas preventivas más eficaces.
Según ha explicado a CuídatePlus Ana Laiz, reumatóloga del Hospital
Universitari de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona) y coordinadora de los
talleres, “recientemente, la Sociedad Europea de Reumatología (EULAR) generó
una serie de puntos a considerar para el desarrollo de guías que
pudieran facilitar el estudio de los factores determinantes en el desarrollo de
la artritis psoriásica”.
En ese momento se definieron,
además, “varias etapas clave antes de llegar a la enfermedad
musculoesquelética”. La primera de ellas está formada por “aquellas personas
con psoriasis y mayor riesgo de desarrollar artritis psoriásica, debido a
factores como la enfermedad ungueal (de las uñas), los antecedentes
familiares, la obesidad y la gravedad de la psoriasis”. Por eso, “cualquier
tipo de intercepción/intervención en alguno de ellos conseguiría reducir
el desarrollo de la artritis psoriásica”, aunque la reumatóloga matiza que
sería “en un porcentaje desconocido actualmente”. Otros factores, como el
tabaco y el alcohol, “también podrían verse implicados por su vinculación con
la gravedad de la psoriasis”.
Fuente: https://cuidateplus.marca.com/
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