Las reacciones no se hicieron esperar: la sociedad civil y los grupos ecologistas y defensores de los animales deploraron una decisión que, además de motivar la extinción de estos cetáceos, afectará a los países latinoamericanos que, como República Dominicana, cuentan con un prometedor turismo de avistamiento de ballenas.
Como República Dominicana no había abonado su pago como miembro de la CBI, no estuvo presente en la reunión y, por tanto, no pudo votar en contra de la cacería que aludía a motivos de subsistencia o caza de cuota aborigen.
Para motivar la participación del país en la próxima reunión, que será celebrada en Jersey, Gran Bretaña, del 11 al 14 de julio, visitó el país en diciembre de 2010 Milko Schvartzman, coordinador de la campaña de océanos en América Latina de la organización ecologista Greenpeace. El Ministerio de Medio Ambiente se comprometió con el pago de la cuota y con la presencia dominicana en el encuentro anual de la CBI. Así, el pasado 14 de junio el país saldó los 31,764 dólares y se convirtió en miembro pleno del organismo que regula la caza y el comercio de estos cetáceos y al que pertenecen unos 89 países.
Un gran defensor de las ballenas representará al país en esta reunión de la CBI, el biólogo Peter Sánchez, administrador del Santuario de Mamíferos Marinos del Banco de la Plata, Banco de la Navidad y Bahía de Samaná. Él nos adelanta la posición que adoptará el país frente a la cacería de ballenas.
2010: UNA BUENA TEMPORADA
En una exitosa temporada de avistamiento, más de 38,000 personas se acercaron a los alrededores de la península de Samaná entre enero y marzo de este año para contemplar a las ballenas jorobadas, informó Peter Sánchez.Esta cifra, señala, sobrepasó “nuestras metas y los números del año pasado en un 25 por ciento”.
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