Héctor Tejada, un agricultor criollo que siembra en NY entre adversidad y persistencia

El dominicano tiene un “conuco finca” en el suburbio rural de New Paltz

- NUEVA YORK._ Héctor Tejada, es quizás, el agricultor dominicano que cosecha en Nueva York más conocido en el mundo. Tiene una granja de 11 acres a la que bautizó como “Conuco Farm” (Finca Conuco) y en cuya tierra comenzó a producir después de rentar la tierra hace 10 años. Sus productos, principalmente vegetales los lleva a los mercados verdes de la ciudad en los que encontró una amplia clientela. La finca está situada en New Paltz, un suburbio semi rural del estado ubicado al Norte y en la ruta hacia Albany, la capital neoyorquina. Pero los estragos del huracán Irene que afectó a Nueva York el 27 de agosto, destruyó casi totalmente sus esfuerzos y producción agrícola. Para Tejada, quien emigró desde la República Dominicana en la década de los setentas, su temporada de cosecha terminó abruptamente, por lo que dice que deberá encontrar un nuevo trabajo para poder pagar sus cuentas y cumplir los compromisos con los suplidores, así como con los propietarios del terreno. Las inundaciones provocadas por las fuertes lluvias de Irene, sumergieron sus cosechas bajo el agua, destruyendo las plantas y pudriendo montones de productos cosechados. Se ha visto obligado a suspender la entrega y venta en los mercados verdes, donde normalmente pasaba la semana supliendo a los compradores. Tuvo también que despedir a sus trabajadores y canceló su espacio en el mercado de Bedford Stuyvesant en Brooklyn por el resto del año. Apasionado con la agricultura y al igual que ocurre con muchos productores agropecuarios, su vida ha estado llena de altibajos. Pero su espíritu de lucha y persistencia no se doblegan ante la adversidad por lo que asegura que regresará a la finca para continuar sus cosechas. Luego de trabajar para varios granjeros en el mercado verde de la calle 14 y Union Square al Este de Manhattan, Tejada decidió emprender su propia empresa. Obtuvo gran experiencia en el negocio en sus tiempos como empleado de otros productores, la que ha aplicado a su conuco en Nueva York y su imagen ha sido proyectada por docenas de medios anglófonos, mantiene varias páginas en la Internet en las que promueve su producción y ha sido reseñado por cientos de sitios digitales especializados en el tema. Luego de trabajar por algunos años en una granja de Pensilvania, regresó a Manhattan. “Al final del primer verano, compré varios equipos y una máquina de serigrafía, pero todavía no me veía a sí mismo como un campesino, estaba más interesado en la música y el diseño gráfico”, explica Tejada. La agricultura, finalmente se convirtió en la pasión de su vida durante la última década, lo que evidencia en los productos que vende en los siete mercados donde lleva sus cosechas durante la semana. Dice que no valió la pena porque no consiguió el dinero que esperaba, invirtió tiempo y quedó agotado. Los viernes iba a Union Square, los sábados a Fort Green, los domingos regresaba a Union Square y los miércoles a los mercados de la Universidad de Columbia, además de la calle 96. “A veces he tenido que dormir en mi carro, porque no tenía tiempo para regresar a la casa, comía algo y dormía pocas horas”, relata Tejada. El cultivo de la tierra ha sido uno de los grandes retos de su vida, construyendo su conuco cerca de ríos propensos a inundaciones, inversión económica y el esfuerzo más grande, sostiene, ha sido el de alquilar el terreno. Una vez, uno de los terratenientes que cosecha cerca de la finca de Tejada y que lo presionó para que abandonara la producción antes de que terminara la temporada. “Me convertí en un desamparado sin hogar”, narra el cosechero dominicano. En el 2003 fue la primera vez que comenzó a vender sus productos en Fort Greene. “Era un mercado nuevo y yo era uno de los primeros que conseguí un espacio a través de GrowNYC, un programa estatal y municipal que apoya a los agricultores y les garantiza los mercados”, añade. Señala que cuando pasa por las calles cerca de ese mercado, las gentes del barrio lo reconocen y siempre le dan una sonrisa. Venciendo la adversidad, Tejada volverá a cosechar.