La ciencia ha comprobado una y otra vez que la mejor forma de perder peso es a travĂ©s de una rigurosa dieta baja en calorĂas y alta en ejercicio.
Pero la vida -y la ciencia- tambiĂ©n nos ha demostrado que esto no es fácil: siempre hay antojo, una celebraciĂłn o una agenda muy ocupada que está por encima de la intenciĂłn de hacer dieta, tan popular por estos dĂas posdecembrinos.
Un estudio concluyĂł recientemente que no comer no es sinĂłnimo de adelgazar y otro, del Centro de InvestigaciĂłn de Cáncer Fred Hutchinson, encontrĂł que la mejor forma de entrar en un rĂ©gimen alimenticio y deportivo exitoso es escribiendo un diario, registrar y concientizarse del nĂşmero de calorĂas que uno consume para evitar engañarse o esquivar las consecuencias.
La conducta de autocontrol, sin embargo, no deja de ser un sistema difĂcil de llevar para quienes gustan del chocolate, por ejemplo. Y ni hablar para quienes son adictos. De ahĂ la recurrencia de la frase "yo no tengo fuerza de voluntad".
Las nuevas tecnologĂas quieren ser la soluciĂłn a las tentaciones. Aplicaciones para medir el consumo alimenticio y monitores de la actividad fĂsica esperan convertirse en el nuevo sistema de dietas, que no sacrifican comer, pero sĂ le "enseñan" al usuario cĂłmo controlar su consumo.
Aplicaciones para teléfonos móviles, tabletas y web como GymPac, Shape Up, Lose It y My Fitness Pal pretenden ayudar a las personas, por medio de sistemas de control del comportamiento y entrega de recompensas, a modificar y regular sus hábitos alimenticios.
Por otro lado, una serie de nuevosgadgets-como el FuelBand de Nike, Fitbit One y BodyMedia FIT- dicen contabilizar la actividad fĂsica durante el dĂa, permitiĂ©ndole al usuario saber si se quemĂł el nĂşmero necesario de calorĂas para bajar de peso.
Las dietas basadas en la regulaciĂłn y el autocontrol, en lugar de la abstenciĂłn de ciertos alimentos, están inspiradas en la psicologĂa conductista.
El escritor y periodista cientĂfico David H. Freedman publicĂł este año en la revista The Atlanticun ensayo titulado "El fin de las tentaciones" en el que argumentaba cĂłmo las ideas del famoso y controversial psicĂłlogo Burrhus Frederic Skinner están en auge gracias a las aplicaciones para hacer dieta.
DespuĂ©s de refutar a los crĂticos de Skinner, que lo acusan no tener en cuenta las emociones, Freedman dice que "la Ăşnica premisa del psicĂłlogo era que todos los organismos tienden a hacer lo que el mundo que les rodea les recompensa por hacer".
Aunque esto puede verse como una sobrestimación del poder de las recompensas, varios de los seguidores de Skinner después probaron que las técnicas de modificación del comportamiento moderadas y sin castigos pueden resultar en formas de vida más sanas y productivas, según Freedman.
El programa de dietas Weight Watchers, que se hizo popular en los años 70, está basado en teorĂas skinnerianas, dice el autor.
En él los clientes entran en un programa de consultas y sistema de puntos que regulan su consumo de alimentos, en lugar de prohibirles comer ciertas cosas.
El problema de programas como el de Weight Watchers es su alto costo y la inmensa posibilidad de que el cliente deserte.
Sin embargo, las aplicaciones en internet compensan estos problemas: son de bajo costo y tienen un elemento social -porque la dieta de cada uno se comparte en redes sociales como Facebook o Twitter- que presiona a la gente para que no se salga de su rutina.
an/am
Fuente: bbcmundo.com
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