Por SAUL PIMENTEL
El Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL) acaba de ofrecer cifras bastante significativas que han puesto a muchas personas a meditar sobre el futuro de los periĆ³dicos impresos de la RepĆŗblica Dominicana.
Dice el organismo oficial que aquĆ hay registradas dos millones de cuentas de internet. Si tomamos en cuenta que algunas de ellas son usadas por hasta cinco personas a la vez, y que hay centros de internet en todos los barrios, se deduce que casi la mitad de la poblaciĆ³n dominicana tiene ya acceso a este servicio, y que la perspectiva es que haya un crecimiento de las mismas.
Paralelamente hay una creciente tendencia del pĆŗblico a enterarse de las noticias por vĆa digital, pues es mĆ”s rĆ”pido, mĆ”s interactivo y.. lo mĆ”s importante: gratis.Independientemente, no hay que ensuciarse las manos ni esperar a que el ejemplar del periĆ³dico de nuestra preferencia llegue hasta nosotros. A travĆ©s de internet, en cuestiĆ³n de minutos podemos acceder a muchos periĆ³dicos a la vez, tanto de aquĆ como del extranjero, bien sea a travĆ©s de la computadora de un escritorio como de un simple telĆ©fono celular. Y ademĆ”s, tenemos la oportunidad de enterarnos de las noticias inmediatamente se producen, sin tener que esperar al dĆa siguiente.
El mercado publicitario
Estos atributos deben hacer variar el mercado publicitario, pues estĆ” demostrado que algunos periĆ³dicos digitales dominicanos tienen mĆ”s lectores que muchos periĆ³dicos impresos, cuya circulaciĆ³n es cada dĆa menor. Esto significa que es mĆ”s conveniente colocar publicidad en los primeros, no sĆ³lo porque el anuncio serĆ” visto por mayor cantidad de personas sino tambiĆ©n porque los banners de internet tienen la peculiaridad de que permiten al lector dar clic encima de los mismos e ingresar a las publicaciones institucionales de los anunciantes, por lo que la publicidad es mucho mĆ”s efectiva y, por aƱadidura, mucho mĆ”s barata.
La penetraciĆ³n tanto de los medios digitales como de los impresos de circulaciĆ³n gratuita y la crĆtica situaciĆ³n econĆ³mica que se registra, han acelerado los problemas de los periĆ³dicos tradicionales. Ya tenemos noticia de que uno de ellos ha visto reducir drĆ”sticamente su captaciĆ³n publicitaria y confronta serias dificultades. Lo mismo ocurre, segĆŗn se dice, con otro que, a pesar de que ha pasado prĆ”cticamente a ser gratuito, no logra captar recursos suficientes y se mantiene circulando por “obra y gracia” de sus propietarios.
Los periĆ³dicos tradicionales estĆ”n, indiscutiblemente, “entre la espada y la pared”. Para no quedar rezagados, algunos han tratado de sumarse a la corriente y reforzar sus ediciones on line. Pero el remedio ha resultado peor que la enfermedad, pues al hacerlo estĆ”n acelerando su propia destrucciĆ³n, por el simple motivo de que estĆ”n dando gratis hoy lo que pretenden vender maƱana.
Pregunta obligada
La pregunta que muchos se hacen en los actuales momentos es: ¿DesaparecerĆ”n estos periĆ³dicos?
Personalmente entiendo que todo dependerĆ” de la capacidad y habilidad que tengan para readaptar sus contenidos.
Si desean mantenerse, necesariamente tendrĆ”n que abocarse a un periodismo distinto, a un manejo mĆ”s agresivo de los temas de interĆ©s pĆŗblico, lo que significa entre otras cosas hacer mayor ejercicio de la investigaciĆ³n, recurriendo con nuevas formas a la profundidad y a la variedad.
Por carecer de recursos y tiempo para ello, los medios digitales, televisivos y radiales estƔn frenados de la posibilidad de entrar en pormenores de hechos que son noticia y surgen diariamente o que persisten en el anonimato. Es la coyuntura que debe aprovechar la prensa escrita, que en la actualidad dedica buen espacio a informaciones que se constituyen en material fiambre por haber sido divulgadas antes por los digitales. En otras palabras: la prensa escrita estƔ publicando maƱana casi el 90% de las noticias que han salido hoy en los digitales.
Si hoy la PolicĆa matĆ³ a cinco personas, los periĆ³dicos del dĆa siguiente no deben (por Dios!!) aparecer desplegando esta noticia, que ya ha sido ampliamente divulgada y hasta comentada por los digitales. En el manejo de este tipo de informaciĆ³n los impresos deben ser mĆ”s creativos y profundos tratando de presentar el hecho de forma diferente y atractiva a los lectores, que ya estĆ”n enterados del mismo por los digitales.
Otro ejemplo: si hoy los perredeĆstas se cayeron a tiros en su local principal, no deben esos periĆ³dicos salir al dĆa siguiente ridĆculamente informĆ”ndolo, sino mĆ”s bien exponiendo las causas y consecuencias del acontecimiento. (Debo admitir que hace unos dos meses un matutino comenzĆ³ a hacer este periodismo de profundidad, pero por razones que se desconocen descontinuĆ³ el ensayo).
El tema es apasionante y volveremos sobre Ć©l con nuevos argumentos, deseando que a su alrededor se produzca un debate en el que se pronuncien las muchas voces autorizadas que tenemos.
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