Por Steve Hargreaves
NUEVA YORK
(CNNMoney) – Durante tres años,
Ima Matul estuvo cautiva y fue forzada a trabajar como esclava doméstica, aquí
mismo en Estados Unidos.
En 1997, Matul, en ese
entonces con 17 años, trabajaba como criada en Indonesia, su país natal. La
familia para la cual trabajaba tenía una prima en Los Ángeles que buscaba
contratar a una niñera, y le ofrecieron el trabajo a Matul.
"Por supuesto que estaba
muy emocionada", dijo Matul, que ahora ya tiene 33 años. "¿Quién no
quiere venir a los EE.UU? En ese momento me pareció que era una buena
oportunidad".
En cuanto pasó por
aduanas, la mujer para quien "trabajaría" le confiscó su pasaporte.
En la elegante casa de su empleadora, en las afueras de Beverly Hills, nunca se
materializaron los $150 mensuales que le habían prometido. Sus captores, de
origen indonesio pero naturalizados estadounidenses, le dijeron que se lo
guardarían hasta que volviera a Indonesia. No tenía ningún día de descanso
durante la semana.
Durante los siguientes
dos años las cosas empeoraron. Trabajaba siete días a la semana sin pago. Fue
víctima de amenazas y agresiones -tuvo que ser llevada al hospital cuando
alguien le lanzó un salero.
"Ella me amenazaba,
me decía que si me escapaba, la policía podría arrestarme porque no tenía mi
pasaporte y que me llevarían a la cárcel, en donde me violarían", dijo
Matul, que no hablaba inglés en ese entonces.
Finalmente, consiguió
estructurar el inglés suficiente para redactar una carta que le pasó a
escondidas a una niñera que trabajaba en una casa cerca de allí. "Por
favor, ayúdenme", decía.
Se cree que Matul es una
de las 20 a
30 millones de personas alrededor del mundo que son cautivas como esclavas de
la era moderna. Se cree que cientos de miles se encuentran en los Estados
Unidos.
Para muchos norteamericanos,
el trabajo forzado es algo que creen sucede en otros países. Se asume que el
tráfico humano en los Estados Unidos es un problema relacionado con la
prostitución y el abuso sexual.
Sin embargo, más del 20%
de las llamadas que recibe el National Human Trafficking Resource Center
(Centro nacional de recursos contra la trata de personas) desde 2007 están
relacionados con trabajo no sexual, de acuerdo con un informe publicado el
jueves.
El área más común en el
trabajo forzado se encontraba en el trabajo doméstico, seguida por los
restaurantes. Las redes de traficantes y los equipos de vendedores viajeros
también eran populares, y la mayoría utilizaba niños.
Estas operaciones vendían
de todo, desde revistas hasta suministros de limpieza. A menudo utilizan otro
tipo de frente, como a niños que venden caramelos para recaudar dinero para un
"equipo deportivo".
El mes pasado, dos
hombres en Florida fueron arrestados por meter a niños en una furgoneta marcada
con el letrero "adolescentes en contra de las drogas y el alcohol", y
usarlos para vender artículos para el hogar de puerta en puerta.
A menudo reclutan a los
niños por medio de anuncios en el periódico o en línea, prometiéndoles dinero
rápido, y luego los sacan de su barrio o estado. Sus captores los mantienen
bajo su control por medio de las amenazas de abandono.
Aunque los captores de
Matul habían nacido en el extranjero, los expertos dicen que ven tanto a los
extranjeros como a los estadounidenses por mucho tiempo atrapados en estos
sistemas.
"No existe un perfil
para el traficante y tampoco para la víctima", dijo Keeli Sorensen,
directora de los programas nacionales del Proyecto Polaris, que dirige la línea
directa para asistir en la trata de personas. "Podría ser cualquier
persona".
Aunque se ha prestado mayor
atención a la trata de personas en los Estados Unidos en años recientes y hay
leyes escritas para prevenir esta práctica, Keeli dice que es necesario asignar
más dinero para la formación de los servicios policiales así como para
proporcionar asistencia a las víctimas.
Parte del problema, dijo,
es la coordinación de los esfuerzos de las diferentes agencias que podrían
ponerse en contacto con las víctimas de la trata de personas, que podría
incluir a cualquiera, desde agentes aduanales hasta detectives en el área de
combate a la corrupción e inspectores de trabajo
"Se necesitan muchas
asociaciones con muchas personas que probablemente nunca han trabajado
juntas", dijo Keeli.
Podría también incluir a
alguien como Matul.
Después de pasarle la
nota a la niñera de los vecinos, Matul recibió instrucciones pocos días después
que preparara su equipaje y lo dejara listo en el garaje. La niñera había
mostrado la nota a sus patrones, que organizaron su escape.
En una hora
predeterminada, Matul se escabulló de la casa, recogió su maleta del garaje y
se reunió con los vecinos en un automóvil que la esperaban a la vuelta de la
esquina. La llevaron a un refugio administrado por CAST – la 'Coalition to
Abolish Slavery and Trafficking' (Coalición para la abolición de la esclavitud
y la trata de personas). Nunca se procesó a sus captores, dijo, porque el caso
era muy difícil de demostrar.
Ima pasó los siguientes
15 meses en el refugio; mientras, asistió a la escuela y obtuvo un verdadero
empleo limpiando casas.
"Recibí $85 por ocho
horas de trabajo. Me sentía feliz", dijo. " Fue la primera vez que
recibí un pago".
Después de recibir el
GED, obtuvo un trabajo como oficinista de archivo, y un apartamento con una
compañera de piso.
Actualmente, está casada
con tres niños, y es la
Organizadora de Sobrevivientes en CAST.
0 Comentarios