No es Félix Bautista, quién me está demandando por
difamación e injuria tanto en el país como en España, donde no voy ni como
turista hace años, es Leonel Fernández. Él es quién tira la piedra y esconde la
mano. Él está detrás de todo manejando los hilos de su marioneta.
No es Félix Bautista quién demanda
al director y al dueño de la Z-101, el medio de comunicación más plural y
democrático que tiene el país en estos momentos, donde intervienen todos los
actores de la comunicación social.
No es Félix Bautista quién está
demandando a Jaime Aristy Escuder, José Alejandro Ayuso y Andrés L. Mateo,
ciudadanos honorables; al primero por tener el coraje de escribir un libro sin
desperdicio sobre el inconstitucional del “préstamo” de 130 millones de dólares
con la SunLand ;
al segundo por escribir el prólogo y al tercero por presentar la obra en
el país, no en Miami ni en España, donde no asistió.
No es Félix Bautista quién llama
perverso a un empresario de la construcción y dueño de medios de comunicación,
al que dice haber hecho rico otorgándole obras por miles de millones de pesos,
pero defiende al “emprendedor” de emisoras y canales de televisión,
quién en pago por los favores recibidos, no lo toca ni con el pétalo de una
rosa.
No es Félix Bautista quién persigue
a la periodista Nuria Piera por los reportajes sobre de corrupción, nepotismo y
tráfico de influencias que ha realizado durante muchos años.
No es Félix Bautista quién anda
detrás de Fausto Rosario Adames, director del periódico digital Acento.
No es Félix Bautista quién no le
perdona a Juan Bolívar Díaz su profundidad y valentía en los análisis que
realiza en Teleantillas y otros medios del Grupo Corripio.
No es Félix Bautista quién pide
muerte para el periodista Huchi Lora, ni para otros comunicadores por su
posición en contra de la sentencia racista del odio y la venganza del Tribunal
Constitucional.
No es Félix Bautista quién controla
una parte de los medios de comunicación del país y de los comunicadores a
través de una red integrada por cientos de “colegas” bien pagados.
No es Félix Bautista quién está
intentando silenciar las voces que el dinero de la corrupción no ha podido
comprar, con demandas y llamadas amenazantes.
No fue Félix Bautista quién
financió las campañas electorales de candidatos en diferentes países sin
recibir instrucciones al respecto.
No es Félix Bautista quién protege
a los funcionarios señalados por el rumor público como corruptos.
Félix Bautista no fue, ni ha
sido, Presidente de la
República.
Félix Bautista no ha tenido la capacidad
de nombrar ministros, ni de asignar presupuesto a las distintas instituciones
públicas.
Félix Bautista no se nombró a sí
mismo en la
Oficina Supervisora de Obras del Estado.
No fue Félix Bautista quién dijo en
Nueva York disponer de 40 mil millones de pesos, cientos de millones de
raciones de alimentos y asfalto desde Venezuela para impedir que el PRD con
Hipólito Mejía de candidato ganara las elecciones y luego lo llevara a los
tribunales, como ha debido ocurrir.
No fue Félix Bautista quién se nombró
Secretario de Organización del PLD y luego Senador para obtener una
jurisdicción privilegiada en una Suprema Corte de Justicia comprometida
con el gobierno anterior del PLD.
Atribuirle tanto poder a Félix
Bautista sería un infantilismo imperdonable de mi parte.
El responsable es el ex presidente
Leonel Fernández, señor y dueño de todos los poderes del país.
Entre un amo y un lacayo, la
diferencia es mucha, aunque ambos, por la misma razón, merezcan correr la misma
suerte.
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