Las bacterias
causantes de enfermedades son unas enemigas muy astutas que siempre buscan la
manera de sobrevivir. Cada vez son mÔs resistentes a antibióticos, lo que
genera un verdadero problema para la salud.
No por nada la Organización Mundial
de la Salud
advirtió recientemente que “muchas infecciones comunes dejarĆ”n de tener cura y
podrĆan volver a matar”. Ahora, una comisión de expertos mundiales alertó que
la existencia de cepas de bacterias resistentes a los antibióticos representa
unas de las amenazas mƔs graves de la medicina moderna.
En un informe publicado en la
revista The Lancet, los especialistas hacen un llamado sin precedentes para que
haya una coordinación global que contrarreste esta amenaza.
“Lo mĆ”s grave es que el
problema sigue siendo invisible”, le dijo a BBC Mundo el doctor Arturo Quizhpe,
de la facultad de Ciencias MƩdicas de la Universidad de Cuenca y uno de los autores del
reporte.
AdemƔs advierten que sin
antibióticos, diversos tratamientos -desde pequeƱas cirugĆas hasta los ciclos de
quimioterapia para el cĆ”ncer- podrĆan resultar imposibles. Y seƱalan que las
muertes por infección en los paĆses desarrollados podrĆan volver a niveles de
principios del siglo XX.
Esta situación perjudica
especialmente a los paĆses en vĆas de desarrollo. “Y dentro de cada uno afecta
a los sectores mƔs vulnerables; a los niƱos, a los reciƩn nacidos y a la
población económicamente desfavorecida”, explica Quizhpe.
Para evitar que se cumpla esta
profecĆa apocalĆptica, la comisión ofrece seis recomendaciones.
1.- En los hospitales
Las actividades y polĆticas
que se pongan en prÔctica para racionalizar el uso de antibióticos en los
centros de asistencia sanitaria pueden, segĆŗn los expertos, disminuir el
consumo de estos fƔrmacos entre un 20 y un 40%.
Esto permitirĆa disminuir la
incidencia de infecciones asociadas a los cuidados de salud, el tiempo de
estancia en un hospital y la prevalencia de la resistencia a las bacterias.
Los expertos recomiendan que
existan equipos de control que incluyan un especialista en enfermedades
infecciosas, un farmaceuta clĆnico con especialización en enfermedades
infecciosas, un microbiólogo clĆnico, un especialista en sistemas de
información, un profesional en control de infecciones y un epidemiólogo de
hospital. Aunque conceden que “es probable que estos no estĆ©n disponibles”.
La comisión indica que el
mayor problema, tanto en paĆses ricos como pobres, de que no existan programas
efectivos y sostenibles estĆ” en la falta de liderazgo, compromiso y
financiamiento.
No obstante, Quizhpe aclara
que tambiƩn hay una necesidad de que haya un balance entre las personas que
tienen demasiado acceso a estos medicamentos y las que no. “Por eso el mensaje
de acceso vs. exceso”.
2.- En las comunidades
Implementar programas para
incentivar el uso racional de antibióticos en las comunidades puede ser todavĆa
mƔs ambicioso, pues cubre un amplio abanico que va desde ambulatorios y
farmacias, hasta el Ɣmbito domƩstico y la agricultura.
“En el lado de la oferta, con
frecuencia los mƩdicos son el ejemplo para otros profesionales de la salud y
pacientes que aprenden cómo usar los antibióticos a través de las recetas
mĆ©dicas”, se lee en el informe.
Por otro lado, los mƩdicos son
influenciados por sus pares y presionados por las demandas de los pacientes.
“Razón por la cual los doctores pueden encontrar dificultades para cumplir con
las directrices del tratamiento”.
Los expertos no dejan de lado
los incentivos monetarios que puede haber para recetar antibióticos.
Otro problema que hay que
atacar serĆa la automedicación de los consumidores, “especialmente en el sur de
Europa, Ćfrica, SuramĆ©rica y Asia. Los consumidores tienen una actitud positiva
hacia los antibióticos, pero un conocimiento pobre sobre estos medicamentos y
enfermedades”.
3.- Cuestión de educación
Cuando el uso indebido de
antibióticos ocurre en repetidas ocasiones, se convierte en una norma que,
segĆŗn la comisión, para romper el patrón es necesario que “los programas de
racionalización no sólo se concentren en el uso apropiado (del antibiótico)
sino en asegurar la sostenibilidad de los cambios de comportamiento y la
reorientación de las normas sociales”, indica el informe.
En este punto las acciones
pueden variar de un paĆs a otro, pues el aspecto cultural tambiĆ©n juega un
papel.
AdemĆ”s de tener polĆticas
claras de concientización sobre la resistencia de antibióticos, la educación a
todos los trabajadores de la salud, profesionales de laboratorio, veterinarios
y público general sobre el uso apropiado de estos fÔrmacos es esencial.
“Insistimos en que no sólo
hace falta una sensibilización y una concienciación, sino cambios en la
formación de talentos humanos, en los prescriptores de medicamentos, en lo que
se refiere al uso y abuso de los antibióticos”, seƱala Quizhpe.
Si bien es posible que sólo la
educación no sea tan poderosa como la intervención, los expertos aclaran que
genera conocimiento, esencial para que los trabajadores de la salud entiendan y
apoyen los programas de control de resistencia.
4.- Nada como la prevención
Los expertos coinciden en que
nada como la prevención para evitar el uso indebido de antibióticos. Si no hay
infección, no hay paciente qué tratar.
“A nivel de la comunidad, el
mejoramiento de la sanidad, acceso a agua potable, reducción de la pobreza y
los programas de vacunación tendrÔn un gran efecto tanto en la incidencia de
enfermedades infecciosas como en la transferencia y colonización con genes y
organismos resistentes a mĆ”s de un medicamento”, se explica en el reporte.
El reto en los hospitales es
mayor, pues allà es donde con mÔs frecuencia se crean las llamadas
superbacterias.
“AdemĆ”s de la higiene de las
manos, realizar una evaluación comparativa de la frecuencia de infecciones
asociadas a la asistencia sanitaria es Ćŗtil para disminuir el nĆŗmero de estas
infecciones”, recomiendan los expertos.
5.- Perfeccionamiento del
diagnóstico
Mejorar los mƩtodos de
diagnóstico puede, según los especialistas, ayudar a reducir el uso de
antibióticos. Para ello, la comisión recomienda mejorar los laboratorios de
microbiologĆa para que ofrezcan resultados mĆ”s precisos y en menos tiempo.
“Aparte del cuidado directo de
los pacientes, los resultados de las pruebas de microbiologĆa de diagnóstico se
utilizan para informar a los sistemas de vigilancia locales, regionales y
nacionales”, indica el informe.
“La vigilancia de la
resistencia bacterial genera información esencial que promueve y dirige
actividades para racionalizar el uso de antibióticos”.
La comisión advierte que en
las Ćŗltimas dĆ©cadas la escasez de laboratorios de microbiologĆa -o cuando no se
le ha dado prioridad- ha ocasionado grandes espacios vacĆos en el mapa mundial
de resistencia, especialmente en el Ćfrica subsahariana y Asia rural.
6.- No sólo en humanos
El problema del uso indebido
de antibióticos no es único en humanos. También se usan en animales y cultivos,
lo que ayuda a las bacterias y genes a crear resistencia.
¿QuĆ© pasa con los antibióticos
que ya no se usan para infecciones? Las aguas residuales de la industria
farmacƩutica y la forma en que el consumidor se deshace de los medicamentos
contribuyen al problema.
“Son lanzados y eliminados
como cualquier basura y eso significa contaminación del suelo”, seƱala Quizhpe.
“Esto sucede en la mayorĆa de las comunidades en AmĆ©rica Latina, especialmente
en aquellos sectores mĆ”s empobrecidos”.
No obstante la industria, no sólo
farmacƩutica, sino tambiƩn de alimentos, juega un papel importante en la
propagación de resistencia a antibióticos.
“El uso de antibióticos como
promotores del crecimiento deberĆa ser prohibido en todo el mundo, como se hace
en Europa”, sentencian los expertos en el documento.
La comisión advierte que el
medio ambiente es clave es la propagación de la resistencia. “Por ejemplo, las
instalaciones de tratamiento de aguas residuales puede ser un punto de acceso
para la transferencia de genes de resistencia horizontal”.
Existen mƩtodos para reducir
esta transferencia, como el uso de neutralizadores de antibióticos en aguas
residuales y en el medio ambiente en general.
Todas estas recomendaciones
ponen en evidencia, segĆŗn Quizhpe, la magnitud del problema y la necesidad de
que se tomen acciones consensuadas. “Cada vez es mĆ”s difĆcil y acelerada la
resistencia y si no se detiene, el recrudecimiento de las infecciones
intratables llegarĆ” a una situación sumamente compleja”.
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