La gimnasia para los
músculos vaginales solo requiere voluntad
Por Elizabeth Araujo / El Nacional / GDA
Leonor está lejos de ser una
trapecista del Cirque du Soleil, pero cada mañana en el baño, luego de que el
marido y los 2 hijos se han marchado, cada quien a sus deberes, la asesora
comercial se entrega a la rutina gimnástica de 30 minutos que le permite tonificar
una región muscular que ignoraba fuera tan importante para obtener orgasmos
placenteros. "Lo supe así, de refilón, cuando le conté al ginecólogo que
estaba perdiendo la capacidad para retener el pene de mi esposo y él me
recomendó los ejercicios de Kegel".
Se
trata de movimientos de contracción del músculo pubococcígeo, destinados a
fortalecer los músculos pélvicos, y que sirven además para evitar alteraciones
comunes como incontinencia urinaria e incluso facilitar el parto. Deben su
nombre al doctor Arnold Kegel, que los desarrolló en 1943 como método para
controlar la incontinencia urinaria, y luego se aplicó en el campo sexual
porque ayudan a conseguir más placer sexual.
"Entrenar
con los ejercicios de Kegel los músculos pubococcígeos, alrededor de cuatro
veces por día, tonifica la vagina, y posteriormente se puede practicar una vez
al día", explica Luz Suárez Nuno, sexóloga y profesora, quien destaca que
la región pubococcígea, llamada también músculo del amor, es el más importante
de los que forman el suelo pélvico, y es responsable de las contracciones de la
vagina. Por lo tanto, juega un papel fundamental en las relaciones sexuales.
Mediante
los ejercicios se consigue mejorar el funcionamiento de las glándulas
encargadas de la producción del líquido lubricante. Así, al poco tiempo de
practicarlos, la mujer notará aumento de la lubricación y sensibilidad que
ayudará en sus relaciones sexuales.
"La
ventaja de esta rutina es que nadie se dará cuenta de se está ejercitando la
vagina, porque mientras los ejecuta puede leer, conducir, caminar, hablar por
teléfono y conversar con los vecinos". La sexóloga advierte que, como
cualquier músculo, los resultados no son inmediatos, pero asegura que en dos
meses de entrenamiento sistemático se verán los efectos.
Más
allá de la caída
Otro
tema asociado a ese malestar íntimo en la mujer es la caída del suelo pélvico,
una dificultad que, en el caso de Leonor, se acentuaba al caminar y la obligaba
a orinar a menudo.
La
molestia que puede padecer hombres y mujeres es superada tras un proceso de
rehabilitación, mediante empleo de recursos terapéuticos novedosos, lo que
permite fortalecer los músculos que sujetan la parte más baja del paquete
abdominal. "Se denomina suelo pélvico al grupo de músculos delimitados por
las nalgas, muslos y la pelvis, y cuya importancia reside en que sirve de
sostén natural a los órganos de la parte baja del abdomen: vejiga, útero,
intestino inferior", indica Ariel Kaufman, quien utiliza el Programa de
Rehabilitación de Suelo Pélvico del Hospital de Clínicas Caracas.
El
especialista advierte que la rehabilitación del suelo pélvico no es sólo para
mujeres, ya que hombres, e incluso niños, pueden sufrir de tal disfunción:
"La pelvis masculina se diferencia de la femenina en tamaño, estructura y
función. Sin embargo, la rehabilitación del suelo pélvico mediante recursos
terapéuticos novedosos ayuda a restablecer y fortalecer funciones importantes
como el control esfinteriano y la calidad de la actividad sexual tanto en
mujeres como en hombres".
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