Un hombre sale en defensa de su género mientras una
experta analiza la creencia y cuestiona las relaciones de amigos con
privilegios
La sociedad no es la misma de hace 10 ni 20 años atrás.
Hoy los amigos con ventajas, ‘touch and go’ o sexo casual, son formas aceptadas
de relaciones amorosas, donde el canon es tener sexo sin ataduras.
Es por eso, que pensar en los
hombres como “animalitos del amor”, se vuelve un juicio demasiado despectivo y
severo con su comportamiento amatorio. Aunque también podría ser la reflexión
que nace de un corazón roto, desilusionado y víctima de las circunstancias.
En un artículo publicado en
www.elephantjournal.com, el columnista Keith Molyneaux alega que ver a los
hombres de esta manera significa también que las mujeres merecen un estereotipo
similar o al menos, un hombre para tener relaciones sexuales.
Sin embargo, enfatiza que
tomar a las personas bajo esa condición básica, a su juicio, es
excepcionalmente perjudicial para las relaciones y se devalúa a los hombres y
su masculinidad, porque no daría ninguna valoración a la profundidad del
corazón, coraje y espíritu de los hombres.
“No honra al amor, la
integridad, la sensibilidad y el arte que los hombres traen a la vida. Más
bien, es una idea y comportamiento que tiene que ver con el ser humano y las
experiencias que le han tocado vivir”, argumenta.
Y agrega, que la gente ya sea
hombre, mujer, hetero o gay son capaces de tener sexo sin ataduras. Pero, lo
importante, dice es que se debe entender que el comportamiento es individuales
y no de género, donde la principal razón que lo incita estaría en que ambos
buscan cosas diferentes y obtienen otra. Es decir, las mujeres querrían
intimidad emocional y los hombres sólo intimidad o viceversa. De ahí el
alegato, la inconformidad.
Pero, Keith Molyneaux cree en
el amor y que cuando ambos se buscan para tener una relación, la intimidad
transciende el cuerpo, penetra el espíritu y abre el corazón.
“Si sigues creyendo que la
mayoría de los hombres quieren sexo sin ataduras te negarás posibilidades para
tener un relación, ya que ese es un estereotipo tan dañino como creer que todas
las mujeres son emocionales o que son malas para las matemáticas o para
conducir”, detalla.
El cuerpo como fetiche
Para la psicoanalista chilena,
Constanza Michelson esta creencia surge a raíz de la diferencia brutal entre la
erótica masculina y la femenina.
“Para los hombres el cuerpo de
las mujeres sí es un fetiche. Vivimos en una cultura del patriarcado, masculina
donde la publicidad y las imágenes que habitualmente vemos está llena de
mujeres desnudas, guapas, esbeltas y su erótica tiene que ver con que ellos se
sienten muy atraídos por el cuerpo de la mujer y sus parcialidades como glúteos
y senos que les resultan muy atractivas”, explica.
Como consecuencia, ambos
hombres y mujeres, nos veríamos inundados con imágenes de los cuerpos
cosificados de la mujer. En cambio, afirma la especialista, la erótica femenina
no es su contraparte. “No nos gusta mirar cuerpos masculinos no nos interesa.
No cosificamos su cuerpo, sino que nuestra erótica pasa por el deseo del otro
hacia nosotras y lo que nos provoca”, declara.
En ese sentido, opina que
creer que los hombres quieren puro sexo no es cierto, porque cuando se enamoran
cambian del cielo a la tierra. Pero, de que el cuerpo de la mujer es su fetiche
que quieren tener, sí.
Y las mujeres…
A juicio de la psicoanalista,
otro problema que surge es que hoy las mujeres habrían sido “convencidas” de
cosificar al cuerpo, y por eso existen “club para mujeres”, “sex shop” y los
“amigos con ventaja”.
“Se ha alentado esa versión
masculina de la mujer, pero en cambio, ellos siguen teniendo esa visión de que
existirían mujeres para la cama y otras para casarse, donde las que salen para
atrás nuevamente son las mujeres”, afirma. Entonces, cita al filósofo Michel
Foucault “no por decirle sí al sexo, significa decirle no al poder”.
“Nos convencieron que al
liberarnos sexualmente seríamos más libres y dueñas de nuestro cuerpo, pero en
ese camino a la liberación cumplimos la fantasía del hombre, sexo gratis”,
opina.
Además cuestiona las
relaciones de amigos con ventajas, porque son exclusivamente masculinas, donde
no se llama, no se pide cariño, no hay una relación de cuidado, cariño, amistad.
“Podrías estar en una aventura
sexual y sin proyección, pero en estas relaciones tener sexo sin generar
intimidad psicológica, genera maltrato, competencia y mezquindad en el
encuentro”, declara la psicoanalista Michelson. Desde esa perspectiva, critica
que esta liberación sexual ha trivializado el cuerpo y deshumanizado al
sexo.
“No podemos olvidar que
nuestro potencial es hablar de las relaciones, somos las que invitamos a
conversar, humanizar las cosas y hoy estamos perdiendo ese capital en eso de masculinizar
las cosas y las relaciones generando un vacío tremendo en relación a la
intimidad sexual”, reflexiona.
Por tanto, el llamado de
Constanza Michelson es a recuperar el cuerpo, encontrar el lugar y salir de la
imposición publicitaria y de la creencia de que todo es sexo. Por más que todos
quieran lo mismo.
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