Por El Mercurio, Chile / GDA
El trabajo o los estudios demandan tanto tiempo que a
veces no te detienes un momento para comer con tranquilidad. Así es como
almuerzas un sándwich mientras caminas o comida rápida en una fuente de soda
que ni siquiera tiene espacio para sentarse y debes hacerlo en la barra. De
pie.
Aristóteles en su época ya
recomendaba comer sentado frente a una mesa para favorecer la digestión. Sin
embargo, en la antigua Grecia la mayoría de las personas comían recostadas al
igual que algunos países asiáticos.
Según un estudio encabezado
por Gregory J. Privitera, de la
Universidad de Saint Bonaventure, New York, sostienen que el
fenómeno de la velocidad de ingesta de alimentos cuando se está de pie afecta
la sensación de saciedad. Su conclusión fue que al comer rápido no nos
satisfacemos, provocando que comamos más de lo indicado.
Popularmente se cree que comer
de pie causa dispepsia (hinchazón), indigestión y gastritis. Pero no es del
todo verdadero. No es que haga mal, sino que no es la posición ideal. Según
Pamela Díaz, nutricionista, comer de pie hace que “nuestro cuerpo derive sangre
hacia la musculatura de las piernas, dejando con menos flujo al tracto
intestinal, entorpeciendo la llegada de elementos necesarios para el transporte
de nutrientes al resto de los órganos”.
De acuerdo con el Sistema
Nacional de Salud de Inglaterra y Gales, la dispepsia no es producida por la
postura al comer, sino que otros hábitos como fumar, consumir alcohol y una
alimentación desequilibrada.
La especialista de la Universidad de Chile
dice que no necesariamente comer de pie provoca indigestión, que depende de
cada persona y del tipo de alimentos que se consuma. “Probablemente si es una
dieta alta en grasas la digestión sea más lenta. Algunas personas recurren a
una caminata después de comer para “digerir” mejor los alimentos, esto es
porque junto con los efectos de la gravedad para que los alimentos avancen por
el tubo digestivo, aumenta el peristaltismo (movimiento natural y fisiológico
del organismo para la absorción de nutrientes), agrega.
Recomendaciones
Como bien decía Aristóteles,
la mejor posición para comer es sentada con ambas piernas apoyadas en el suelo
y sin distractores como televisión, computador o revistas. Se debe masticar
lento para darle tiempo al cerebro de asimilar la ingesta de alimentos y darle
señal para inhibir el apetito. Es necesario, además, descansar después de comer
para que el flujo de sangre se concentre en el estómago e intestino y así
absorber mejor los nutrientes.
Es por eso que da tanto sueño
después de almuerzo: hay una cantidad mínima de concentración de sangre que
llega al cerebro porque la mayoría está trabajando en la digestión.
Si bien ninguna de estas
investigaciones es definitiva, porque no se puede comprobar lo contrario, es
importante que comer sea un momento de conciencia, de una instancia social para
compartir en familia, con la pareja o con los amigos, pero siempre
moderadamente ya que es la principal acción para sobrevivir.
“Hay diversos estudios que
relacionan variables externas relacionadas con la alimentación, tales como los
horarios de comida, hábitos alimentarios, posturas, velocidad de masticación,
ingesta de líquidos, etc., Y cómo éstas influyen en la ganancia de peso, en la
glicemia y otros parámetros que se modifican al ingerir alimentos. Ahora, que
solamente atribuyan problemas de digestión por el hecho de ingerir alimentos al
estar de pie, no”, señala Pamela.
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