Una agenda de trabajo cargada no tiene por qué ser
un impedimento
Una cargada agenda de trabajo puede, en muchas
ocasiones, convertirse en un obstáculo para llevar a cabo tu rutina diaria de
ejercicios. Sin embargo, cuidar tu cuerpo es esencial para alcanzar y sostener
el éxito profesional.
Con el propósito de lidiar con esta paradoja, el Huffington Post
entrevistó a 25 profesionales alrededor del mundo que se las han ingeniado para
lograr un balance saludable entre vida y trabajo.
A continuación, seis “tips” para que hagas ejercicios todos los días,
sin importar cuán ocupado/a estés:
1. Ejercítate eficientemente. Selecciona una rutina que puedas practicar en casi
cualquier lugar, ya sea que estés de viaje o llegando tarde del trabajo. Lo
ideal es que selecciones un tipo de ejercicio que no requiera de mucha
preparación. Algunas buenas opciones son: entrenamiento por intervalos,
levantamiento de pesas y correr.
2. Escoge de acuerdo a tus preferencias. Selecciona el tipo de
ejercicio que mejor se acople a tu estilo de vida y personalidad.
3. Utiliza la competencia como motivación. En tu lugar de trabajo, la colaboración es clave.
Pero, cuando se trata de motivarte para hacer ejercicios regularmente, la
competencia tiene sus méritos.
4. Establece un horario y cúmplelo. No te sabotees. Prepara una agenda y mantente
firme. Recuerda que hacer ejercicios es una prioridad que vale el esfuerzo
cumplir.
5. Mide tu nivel de actividad.
“Si no lo mides, no existe”. Toma nota en un calendario y escribe cada vez que
culmines una sesión de ejercicios. Mide tu progreso y ve añadiendo tiempo de
entrenamiento paulatinamente. Así podrás monitorear tu progreso a largo plazo.
6. Elige “algo” antes que “nada”. No necesitas una hora para hacer una rutina
completa de ejercicios. Incluso siete minutos pueden hacer la diferencia si es
que tienes un día ajetreado. Con un programa efectivo y consistente, esos
pequeños periodos de ejercicio pueden hacer maravillas con tu cuerpo y tu
mente.
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