SANTIAGO
DE CHILE.- Entre tijeras, secadores, afeitadoras y extensiones de pelo se ganan
el sustento decenas de dominicanos y dominicanas en este país suramericano.
Es que la peluquería es un negocio prolífero para
muchos, mientras otros trabajan en la minería, el servicio doméstico, de
transporte y otras áreas, en una nación donde el salario mínimo ronda los 500
dólares mensuales.
Marcelina Fabián Salas “Niña” tiene su
salón de belleza en la plaza Caracol, del sector Plaza de las Armas, en un
establecimiento con aproximadamente 40 locales de peluquerías y salones de
belleza, donde los criollos son las estrellas.
“Niña” emigró hace 14 años a Chile. Llegó a
trabajar como “asistente del hogar” con una pareja chilena. “A ellos le debo
todo. Fueron mi soporte”, cuenta la dominicana que logró llevarse a sus cuatro
hijos, tres de los cuales trabajan como peluqueros, incluida su hija,
propietaria del salón “Diva”, cuyo local está contiguo al suyo.
La mujer, nativa de Bayaguana, en Monte Plata,
dice que ayudó a sus cuatro hermanas para que también residan en este país y a
los 12 hijos de estas. Casi todos trabajan el mismo oficio.
“Nina” dice que documentarse en Chile no es
difícil, pero que hay que ingresar con un visado, porque, de lo contrario, no
califican para obtener contratos de trabajo.
“Todos estamos agradecidos de este país, que nos
ha acogido, nos da la oportunidad de trabajar y de echar para delante con
nuestras familias”.
La peluquera dice que los dominicanos, muchas
veces, trabajan doble jornada, para ayudar a sus familias, pagan la
seguridad social y todos los impuestos.
Coinciden en que es un país organizado donde las
leyes se respetan.
Otros peluqueros
En esta plaza reina la dominicanidad. “Peluquería
Dominicana”, “Los Dominicanos “, son solo algunos de los nombres de los
negocios y en muchos casos están acompañados de la bandera tricolor.
A la hora de decir los salarios o ganancias que
obtienen del negocio, destacan que ganan suficientes para pagar alojamiento,
los impuestos y ayudar a sus familias, sobre todo porque reciben propinas de
sus principales clientes, los chilenos.
Jonathan Núñez es empleado en una peluquería
donde el propietario también es dominicano. Narra que tiene seis años en
este país, trajo a su esposa y tiene una niña recién nacida.
Otro que también vive del mismo oficio es Ramón
Manzueta, que aunque no es propietario del negocio, dice que con los ingresos
cubre sus necesidades básicas.
Departamento de extranjería
El informe del Departamento de Extranjería
e Inmigración de Chile publicó un informe el pasado año correspondiente a
2011 donde indicaba que más de 55.000 extranjeros solicitaron visas de trabajo,
siendo los dominicanos el tercer grupo de extranjeros que más había aplicado.
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