REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Más de 10% de los pacientes que recibe tratamiento
con aspirina como prevención primaria de la enfermedad cardiovascular podrían
estar siendo medicados innecesariamente. Lo asegura una investigación que se
publica en «The Journal of the American College of Cardiology» tras examinar
los datos de más de 68 mil pacientes.
Empleada en medicina desde
más de 100 años atrás, la aspirina tiene propiedades analgésicas,
antipiréticas, antinflamatorias y antitrombóticas, ya que inhibe la agregación
plaquetaria. Si bien sus ventajas son indudables en situaciones de infarto
cardíaco o cerebral agudo, y también en la prevención de la recurrencia de
estos eventos, el riesgo de hemorragias ha generado grandes dudas sobre su uso
diario en quienes aún no han padecido ningún evento cardiovascular
Gracias a los datos del
Registro de Enfermedades Cardiovasculares Registro Práctica Innovación y la Excelencia Clínica
de EE.UU. (PINNACLE), los investigadores examinaron una muestra de 68.808
pacientes que recibieron aspirina para la prevención primaria de la enfermedad
cardiovascular. (La prevención primaria se hace antes de que se produzca la
enfermedad, y su objetivo principal es impedir o retrasar la aparición de la
misma).
Después examinaron las
directrices de la
Asociación Americana del Corazón (AHA), de la U.S. Preventative
Services Task Force y de otras organizaciones en cuanto al tratamiento con
aspirina en prevención primaria y vieron que se estaban utilizando este
medicamento de forma inapropiada en aquellas personas con riesgo de enfermedad
cardiovascular de menos del 6% a 10 años. En concreto, el trabajo encontró que
casi el 12% de los que recibieron aspirina para la prevención primaria les
había sido prescrita de forma inapropiada (un 17 % de mujeres y un 6 % en
varones).
Riesgo de hemorragias
Ahora, según los autores del
trabajo, en estos casos la terapia con aspirina no solo no reduce los eventos
cardiovasculares adversos en pacientes sin enfermedad cardiovascular y con un
riesgo bajo de desarrollar la enfermedad, sino que además se asocia con un
mayor riesgo de sangrado y que a menudo pesan más que cualquier beneficio
potencial.
De hecho las autoridades
sanitarias de EE.UU. (FDA) rechazaron recientemente una solicitud para permitir
la comercialización de la aspirina para la prevención primaria y también ha
emitido una advertencia pública contra su uso generalizado en la prevención
primaria.
Sin embargo, al igual que en
España, la aspirina está disponible sin receta médica, por lo que es más que
posible que se haga un uso inadecuado si los pacientes la están tomando por su
propia elección.
Según los investigadores Ravi
S. Hira, y Salim S . Virani, del Colegio Baylor de Medicina (EE.UU.), «debido a
que la aspirina está disponible sin receta médica, la educación sanitaria del
paciente contra el uso de la aspirina sin la recomendación de un médico es
clave para evitar un uso inadecuado».
En un editorial acompañante,
Freek Verheugt, del Centro Médico Universitario de Nijmegen (Países Bajos),
señala que si bien la prevención primaria con aspirina logra reducir el número
de eventos coronarios mayores en un 18%, lo hizo a costa «de un aumento del 54%
en la hemorragia mayor extracraneal. Sin embargo –concluye-, la prevención
primaria con aspirina se aplica muy a menudo».
Fuente: ABC.es
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