Por Camile Roldán Soto /
camille.roldan@gfrmedia.com
Todo empieza tan bien. Mariposas en el estómago, coquetería, ilusión,
eterna contentura. ¿Cómo se esfuma esa magia del enamoramiento? ¿Por qué
tantas relaciones terminan rotas y de tan mala manera?
Nadie puede responder a esta pregunta con una sola respuesta. Somos tan
complicados y cambiantes, que sería irreal intentar categorizar nuestras
relaciones íntimas. Aun así, todos los días miles de profesionales de
diferentes disciplinas intentan explicar o al menos buscar pistas acerca de qué
situaciones afectan nuestros lazos amorosos.
El doctor Miguel Ángel Pagán, destaca que es necesario entender que en
toda relación hay conflictos, ya que los seres humanos somos “realidades
subjetivas diferentes”. Así es que un factor determinante para salud de la
unión no es tanto la ausencia de problemas sino el manejo de los mismos.
Hay parejas que pueden reconocer sus desafíos, saben que les tomará
tiempo y esfuerzo solucionarlos o llegar a entendidos. En fin, que no todo será
perfecto. Estas son las uniones más saludables y con mayor probabilidad
de estar unida muchos años, siempre que esos conflictos no involucren maltrato
físico o emocional de alguna de las partes.
Otras veces, las personas son incapaces de entender que habrá
conflictos, no saben cómo manejarlos y terminan llenándose mutuamente de
negatividad, explica el sicólogo con práctica en terapia de parejas.
Cuando la negatividad se mantiene durante mucho tiempo o va en escalada
es fácil predecir una ruptura, porque a consecuencia de ese estado empiezan a
sufrir áreas fundamentales para lograr una unión sólida. Entre ellas,
quizás la más importante es la pérdida de intimidad, no solamente física sino
emocional.
“El amor tiene que ser positivo, agradable, relajado. Y esa falta o
reducción de intimidad baja la satisfacción, disminuye el intercambio de
cariño, afecto y atención. Además, afecta la amistad, la confianza, crea
ansiedad, depresión, sentimientos de culpa o de fracaso. Y todo esto abona el
terreno para las traiciones”, destaca Pagán.
El Apocalípsis
Una de las teorías que explican las actitudes que contribuyen a
aumentar la negatividad entre la pareja la esbozó el psciólogo John Gottman a
finales de la década de los años 80 y todavía hoy se mantiene vigente. El
experto en relaciones enumeró como Los Cuatro Jinetes del
Apocalípsis el conjunto de factores que, al estar presentes en las
relaciones son un fuerte indicador de fracaso.
Conoce cuáles son Los Cuatro Jinetes e identifica si están presentes en
tu relación y cómo eliminarlos, de acuerdo al doctor Pagán:
Crítica- Es tomar una característica de la otra persona y utilizarla para
criticarla de manera violenta, agresiva o desproporcionada.
Antídoto- Aprende a autocalmarte, evita dejar salir el coraje de forma
descontrolada. Conversa en tono suave.
Actitud defensiva- La exhibes cuando no te haces responsable por
tus errores o conductas. O cuando no quieres lidiar con las situaciones.
Antídoto- Si llegaste tarde, incumpliste con tu promesa o cometiste un error;
acepta tu responsabilidad y las consecuencias.
Desprecio- De acuerdo a Pagán, es el peor de los jinetes y el mayor predictor de
separación. Se manifiesta en insultos, sarcasmo, burlas, faltas de respeto,
ofensas, malas palabras.
Antídoto- Construye una relación de respeto hacia tu pareja, en lugar de
estallar ante cualquier provocación. Aprende a mantener un lenguaje cordial y
sé considerado como te gustaría que lo fueran contigo.
Actitud evasiva- Todos podemos ser evasivos, pero según Pagán, la
experiencia es que ellos son mas propensos a retirarse y no querer hablar.
Antídoto - Evita la ley
del hielo, es muy dañina. Mejor cálmate, relájate y vuelve a tu pareja para
hablar.
Un “banco emocional”
Además de identificar y evitar la presencia de los jinentes, Pagán
recomienda a las parejas que desde el inicio de su relación se esmeren por
mantener una cultura de aprecio. Es lo que el llama “abonar a la cuenta
del banco emocional constantemente para tener de dónde tomar prestado
cuando la situación lo amerite”.
¿Cómo se logra esto? El psicólogo aconseja mantenerse haciendo cosas
por la pareja sin que necesariamente te lo pida, tener detalles, preferir
siempre el tono cariño y tener consideración y empatía. También es
importante procurar momentos para la diversión, la conversación, y también el
espacio individual de cada uno para cultivar amistades e intereses propios.
Estas prácticas ayudan a mantener la relación “robusta” y es parte de
lo que sostiene a las parejas a pesar de los problemas que puedan enfrentar. Al
poner en una balanza su relación, encuentran muchos más beneficios que
desventajas. Por el contrario, cuando la pareja no se ocupa de cuidar el
ambiente positivo en la cotidianidad su relación será frágil y, a consecuencia,
carecerá de resistencia para enfrentar momentos difíciles.
En las familias
Además de las parejas, las familias se benefician de evitar la
presencia de los Cuatro Jinetes. “Son conceptos que deben conocer hasta los
niños porque en todas las familias hay problemas”, asegura Pagán. A diferencia
de las relaciones, que terminan en divorcio o separación, las consecuencias de
permitir a la negatividad invadir el hogar son fácilmente observables cuando
impera la alta tensión, se grita por todo, no se comparte tiempo de
calidad y las personas, aunque siguen viviendo juntos, están aisladas.
“Son familias en lo aparente porque no funcionan como familias. No
comparten sus vidas, los muchachos se encierran en sus cuartos todo el fin de
semana o están pegados a sus aparatos electrónicos. Falta conexión e
intimidad”, precisa el doctor.
En ambos contextos- familiar y de pareja- es también importante
observar qué hacen las personas cuando no están peleando, cómo comparten, cómo
se divierten, cómo pasan el tiempo,“cómo caminan por la vida”.
Vivir en pareja y en familia, es un arte, asegura Pagán. Si sientes que
no lo dominas busca ayuda profesional para evitar lamentarte luego, aconseja
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