La vida sedentaria o la falta de actividad física es parte del estilo de
vida de muchos dominicanos. Y aunque usted no lo creas, constituye un
factor de riesgo de principalía para la propensión a las enfermedades
cardiovasculares. El ejercicio físico es útil tanto en la prevención primaria (
en personas sanas} como en la prevención secundaria (pacientes que han padecido
algún evento cardiovascular u otra enfermedad)
Es más, se puede afirmar que, la actividad física con impacto
cardiovascular, es el más importante en materia de prevención de
enfermedades cardiovasculares porque contribuye directamente en el control de
otros factores de riesgos cardiovasculares y otros padecimientos no
cardiovasculares.
Ahora bien, para que la actividad física surta beneficios
cardiovasculares y en otras enfermedades, órganos y sistema de
la estructura corporal, debe ser condicionado a las características, necesidades
y limitaciones de cada persona; esto implica el tipo de ejercicio, duración,
frecuencia e intensidad; estas variables son diferente en personas jóvenes y en
la tercera edad ( más de 60 años ), o en el caso de una prescripción médica
en pacientes que están en etapa de rehabilitación cardiovascular
o si se tratara de una prevención primaria o secundaria.
Para que el ejercicio físico tenga impacto positivo en la salud de las
personas, es necesario observar ciertas recomendaciones: la actividad física
debe practicarse al menos cuatro días a la semana, estos pueden ser continuos o
intercalados, en tiempo mínimo de 20 minutos a una hora. Es favorable que
el tiempo se incremente gradualmente acorde a las necesidades y tolerancia del
individuo.
Por lo expresado en líneas anteriores es de asumir que la ejercitación
física sin supervisión profesional puede dar sorpresas desagradables. La
literatura médica reporta casos de muertes repentina o súbita
durante deportes o el ejercicio físico, pero también, la saludable
actividad disipadora de calorías, puede ser el evento donde se manifieste
clínicamente una enfermedad subclínica o latente. Es por eso que es más seguro
visitar el médico antes de iniciar un programa de ejercicios físicos que hacerlo
por cuenta propia.
El ejercicio más favorable para el sistema
cardiorespiratorio es el aeróbico (isotónico) que implica el movimiento de
varias partes del cuerpo, como por ejemplo el caminar a buen paso (no pasear),
la natación o el ciclismo. El isométrico aumenta la masa muscular y la
resistencia de los músculos: levantamiento de pesas y carreras cortas. Este
último aumenta la presión arterial, porque aumenta la presión vascular
periférica.
Finalmente el tema es para insistir en los valiosos
beneficios que para la salud cardiovascular y en sentido general aporta la
actividad física regular, puesto que sus efectos impactan favorable y
significativamente en la calidad de vida y la prevención de las enfermedades.
Cabe decir el axioma de que el ejercicio con fines saludable es la
panacea entre todos los medicamentos para la cura y el control de los males que
afectan la salud.
El autor es médico cardiólogo.
Reside en Barahona
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