La simple creación de empleos no va a dar una
respuesta satisfactoria para enfrentar la delincuencia porque éste es un mal
social en cuya etiología interactúan múltiples factores sociológicos,
económicos, políticos y psicológicos. ¡La delincuencia es un mal más
serio que obtener un trabajo! De hecho, algunos de los que delinquen
tienen empleos y hasta trabajan en instituciones cuyas funciones son luchar en
contra este flagelo.
El plan de trabajo debe empezar con el tratamiento
de las familias que presentan algún grado de disfuncionalidad, porque en sus
núcleos es donde empieza la acción embrionaria del problema. Cualquier
intención que no tome en cuenta este factor está condenada al fracaso.
Es cierto que la disfuncionalidad familiar puede
estar vinculada de manera estrecha al bajo ingreso familiar, pero hay muchos
otros elementos que forman parte de las causas de esta situación y de ahí
surgen las tantas manifestaciones de la delincuencia que estamos sufriendo los
dominicanos y gran parte del mundo porque el ser humano quiere las cosas
fáciles, no hacer esfuerzo para lograr sus objetivos y sobre todo, hacerse rico
rápido y en este caso juega un rol significativo el modelo de hacer fortuna con
una velocidad vertiginosa que se ha tomado para seguir en muchos países.
No es tener un empleo. Es que todas las
personas puedan lograr un trabajo digno, que les permita seleccionar alimentos,
servicios de salud, educación, seguridad social responsable y aunque no se toma
muy en cuenta, también diversión sana y posibilidad de ahorrar dinero para
cualquier situación imprevista.
No es un empleo de miseria, es que sea suficiente
para que el ser humano se sienta en capacidad de lograr sus metas, disfrutar de
un estado de bienestar psicológico, social, espiritual, biológico y
económico. Lamentablemente un alto porcentaje de los trabajadores no
puede asegurar el derecho a lograr estas metas. Debemos luchar porque así
sea para que empecemos a descender las cifras de la delincuencia.
La reducción de la población nini –los jóvenes que
no trabajan, estudian ni están en proceso de formación laboral para optar por
empleos- es un elemento importante para combatir el mal porque este segmento
poblacional es el blanco principal a reclutar por la delincuencia organizada.
Hay que tomar muy en serio este grupo etario si
queremos lograr buenos resultados. Mientras no se haga esto estaremos
gastando recursos económicos y humanos en una acción no productiva. En
esta población están los actores sociales más importantes para este mal y al
mismo tiempo hay que trabajar con los involucrados a favor y en contra de la
delincuencia, identificar las debilidades y las fortalezas en cada caso y programar
actividades en ese sentido para lograr el propósito de ver decrecer al mal.
Por otro lado, para poder lograr un empleo digno y
capaz de que el ser humano alcance su bienestar, obtenido a través de una
competencia sana es necesario que las personas estudien, es la mejor manera de
obtener riquezas.
Por eso no se puede hablar de combate a la
delincuencia con un simple empleo, debemos programar que la población tenga
oportunidades de construir su conocimiento para poder optar por trabajos que
permitan ser feliz. Sin formación académica no hay empleo, es necesario
construir el conocimiento; pero también debemos estimular a los generadores de
empleos para que inviertan en el país y ganen lo que ameritan sus riesgos
económicos y al mismo tiempo se hace obligatorio garantizar los derechos de los
trabajadores para lograr estabilidad social, política, económica y espiritual.
Todos los sectores debemos comprometernos para
resolver este problema y que la tranquilidad vuelva a la sociedad. Es
necesario ofrecer alternativas de espacios deportivos y bibliotecas en cada
barrio, en cada urbanización, en este punto harían un buen trabajo los
Ayuntamientos y el gobierno central legislando para que estos establecimientos
sean obligatorios en cada asentamiento humano nuevo y que en los ya existentes
se establezcan estos espacios; pero parece es más fácil coger las áreas verdes
para construir oficinas y viviendas que hacer estas cosas, es más fácil hacerse
cómplices de estos delitos.
Es un mal que quita oportunidades a la gente de
emplear el tiempo en acciones productivas y está en contra de disminuir las
posibilidades de delinquir.
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