Los jóvenes de esta generación tienen un enemigo
silente pero que poco a poco se los ha ido comiendo. La presión social.
Ciertamente no es algo nuevo, ya que desde siempre ha existido. Pero, en la
medida en que avanzamos hacia una sociedad de consumismo, de competencia, más
se incrementa esta presión en nuestros jóvenes.
Quien
tiene el teléfono celular de última generación, los tenis más caros del
mercado, el último modelo de juego electrónico, ropa, mochilas y zapatos que
estén al último grito de la moda, esos son los chicos y chicas populares y
aceptados en los grupos sociales a los cuales pertenecen nuestros hijos.
Quien se
tome un traguito de alcohol, o fume un cigarrillo. Quien tenga relaciones
sexuales, baile mas pegado o utilice algún estimulante del animo….Ellos son los
socialmente aceptados y son los chicos “IN”.
Pero lo
mas grave de esto, es que son nuestros hijos aquellos que forman parte de todo
esto. Son ellos mismo los que discriminan o sienten dicha presión. Entonces
definitivamente nosotros los padres debemos de revisarnos. ¿Qué estamos
modelando con nuestro ejemplo? ¿Sobre qué bases estamos educando a nuestros
hijos?.
Revisar
cual es el nivel de prioridades y cual es el legado y enseñanza que queremos
dejar a nuestros hijos. Los teneres? o valores y herramientas para vivir de
manera correcta?
Cuando
traemos al mundo un ser humano, nuestro hijo, es un regalo hermoso que
recibimos y nuestra responsabilidad es de cuidarlo, dándole lo mejor que
podamos darle en cuanto a sus necesidades básicas; alimentos, educación, salud,
vestimenta, pero siempre sobre la base de un sistema de valores que le ayuden a
convivir de forma adecuada en la sociedad a la que pertenece.
Darlo
todo malcría a nuestros hijos. Le resta el verdadero valor de las cosas. No permite
que nuestros hijos valoren el esfuerzo que requiere adquirir o recibir las
cosas. Lejos de querer decir a los padres como educar a sus hijos, me gustaría
mas bien hacer un llamado a detenernos y pensar cual es el norte de la
educación que le doy a mis hijos.
Esta
orientada al consumismo? o al valor de las cosas materiales? lo estoy llevando
a vivir en el juego de la presión social en el medio en el que se desenvuelve?
o mi educación va orientada al respeto, la honestidad, la responsabilidad, el
valor de las cosas, al amor y temor de Dios, hacia donde va dirigida mi
educación?
Darles a
nuestros hijos las herramientas que necesitan para llevar una vida buena,
honesta y feliz. Herramientas que son poder; como el amor, el respeto, la
tolerancia, la sabiduría, el discernimiento, buena autoestima, la honestidad,
la honradez, el desapego, humildad.
Es tiempo
de encontrar el equilibrio entre las largas horas de trabajo y el tiempo de
calidad con nuestros hijos. Tiempo de conversar, dialogar sobre sus
preocupaciones y dudas. Sobre lo que viven en su día a día en su colegio,
universidad, clases vespertinas. Conocer a nuestros hijos y el mundo en el que
viven.
Cuando en el hogar nuestros hijos no crecen entre
límites claros, cuando no aprenden a valorar lo que tienen y le damos, cuando
carecen de la presencia física y emocional de nosotros los padres, se convierten
en victimas potenciales de la presión social.
La unión
familiar. La compenetración entre todos los miembros que forman la familia, es,
ha sido, y será siempre el arma más fuerte y poderosa para los seres humanos
enfrentarse sanamente a su convivencia con sus iguales.
Padres,
amar es cuidar, así de simple, así de profundo.
LA AUTORA es sicóloga.
Reside en Santo Domingo.
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