Por Camile Roldán
Soto
El acoso
escolar es una forma de abuso que puede tener implicaciones serias para las
víctimas pero hay estrategias para prevenirlo y detectarlo a tiempo. Ofrecer a
madres, padres, maestros, psicólogos y personal escolar la orientación
necesaria para ponerlas en práctica fue la motivación de las doctoras Joy Lynn
Suárez Kindy y Maribel González al escribir el libro Bullying: violencia invisible.
Ambas
psicólogas cuentan con amplia experiencia en el tema del acoso y son fundadoras
de School Climate Solutions, una compañía dedicada a ofrecer talleres para
mejorar el ambiente escolar.
“Quisimos
escribir un libro que llegue a todo el mundo, con estrategias basadas en
evidencia y un enfoque en lo práctico”, apunta Suárez, quien también es
profesora de la Universidad Carlos Albizu.
Como punto
de partida, el texto describe en qué consiste el acoso escolar pues de
acuerdo a la autora todavía existe mucha confusión sobre esta conducta.
Entenderla es fundamental para identificarla y atenderla de manera
apropiada. Tres componentes están presentes cuando existe “bullyng” y estos
son:
-Conducta
repetida- Debe existir un patrón de acoso o el potencial del mismo. Es
importante recordar que no necesariamente los menores hablaran de la conducta.
Por temor o verguenza pueden minimizar u ocultar información sobre lo que están
sufriendo.
-Intención
de hacer daño- Esto significa que haya una clara intención de herir física o
psicológicamente al otro. Hay que tener en cuenta que esta intención debe
identificarla el adulto, pues es poco común que los menores reconozcan las
implicaciones de sus acciones. La intencionalidad es importante aunque
quien recibe el acoso no exprese incomodidad porque no todos los niños son
iguales. Si dejas pasar la conducta en un caso, tendrás problemas para tomar
acción en otros.
-Hay un
desbalance de poder - Una persona demuestra poder sobre otra y se
aprovecha de eso para maltratarla. Este poder puede ser real o
percibido.
De acuerdo a
la experiencia de Suárez, la mayoría de los casos de acoso se detectan cuando
la víctima ya ha sufrido daños. Las escuelas con políticas bien
establecidas sobre el tema tienen mayor probabilidad de identificar y
trabajar con el problema a tiempo. La literatura sobre el tema,
explica la doctora, describe al acusador como de alta autoestima pero muy
baja empatía. “Tienden a ser muy competitivos. Siempre quieren ser mejores en
algo. Son niños que tienden a utilizar violencia y agresividad para
lograr lo que quieren”, explica Suárez.
Por su
parte, la víctima se caracteriza por ser extremadamente empática, sensible, es
una persona que siente profundamente. “A mis pacientes les digo que esa
característica es algo hermoso pero que piensen en sus emociones como un botón
de volumen. Nunca quiero ponerlo en “mute” pero tengo que aprender cuándo
y con quiénes puedo subir el volumen. Cuando subo el volumen al máximo (me
expreso) es porque estoy bien protegido”, explica Suárez.
Los padres
pueden ayudar a sus hijos víctimas de apoyo escuchándolos. Es importante que
sientan la confianza de poder desahogarse sin sentirse enjuiciados o pensar que
lo que sienten o experimentan no es importante. Esto no significa convertir la
situación en un drama sino estar presente y demostrar empatía.
La empatía
también es esencial para prevenir el acoso. Es importante buscar momentos para
hablar con los niños acerca de la importancia de estar en el lugar del otro.
Esta es una reflexión que se puede provocar a través de películas,
conversaciones casuales o acerca de situaciones que ocurren en la familia, la
escuela o la comunidad.
También
protege a los menores contar con ambientes donde disfruten del sentido de
pertenencia, aunque sea fuera de la escuela. Procura que tengan la oportunidad
de disfrutar pasatiempos o ratos de diversión en distintos grupos de amistades.
Los padres
deben considerar buscar ayuda profesional cuando notan cambios en la conducta o
el desempeño académico de sus hijos. Si les notan tristes, retraídos con
actitudes violentas o simplemente se dan cuenta de que la conversación acerca
de los problemas en la escuela se ha vuelto demasiado común.
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