Con el comercio internacional vía internet ha sido posible
que se compren y vendan muchos productos de buena calidad, pero también se ha
facilitado que una gran cantidad de personas compren porquerías y en el peor de
los casos, fármacos muy peligrosos.
Con la fiebre de reducir peso de manera fácil las personas
son engañadas con dietas “milagrosas”, productos “maravillosos” y grandes
“panaceas”. Todo endosado por métodos que no se sustentan en la evaluación de
un nutriólogo clínico y que están condenados al fracaso, no sin antes acabar
con las finanzas de los usuarios de estos procedimientos.
Impulsados por esa madeja de engaños, en los últimos años
han sido envueltos en las redes del mercadeo inescrupuloso, la publicidad
engañosa y las sofisticadas técnicas de los mensajes subliminales, muchos seres
humanos han perdido su vida en el mundo al comprar un fármaco llamado
dinitrofenol (DNP), que según la Organización Mundial
de la Salud
(OMS), ha causado numerosas enfermedades graves y fallecimientos en varios
países durante los últimos tres años.
De acuerdo a una publicación reciente de la BBC , se trata de una sustancia
prohibida por la FDA
de los Estados Unidos de Norteamérica desde el año 1938, que la catalogó como
no apta para el consumo humano. Como ha pasado con otros productos, el
dinitrofenol, ha sido sacado del olvido por comerciantes, aprovechando las
brechas que brinda el mercadeo a través de las redes globales.
Un informe del Servicio de Información Nacional de Venenos
(National Poisons Information Service) del Reino Unido, reporta en el 2015 unos
30 casos de intoxicación, produciendo la muerte a varios de los afectados.
El Dinitrofenol se está promoviendo a los ciberclientes como
un quemador de grasa, la gente lo pide por internet y consume sin ninguna
evaluación previa de un profesional competente en esta área de la salud, que de
seguro no va a prescribirlo después de establecer la relación entre el riesgo y
el beneficio proporcionado por su uso.
La mejor recomendación es que las personas interesadas en
perder peso y lo necesiten vayan a hacerse una evaluación donde el nutriólogo
clínico para que éste decida, junto a ellas, el método y metodología para
lograr la meta propuesta. Así no se someten a riesgos que podrían
conllevar a la frustración y hasta a la muerte en muchos casos.
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