Como parte de su visión estratégica para el nuevo año 2016, el
Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD) plantea como metas y tareas
fundamentales que nos propongamos redefinir nuestros roles y responsabilidades
sociales en nuestras familias y demás instituciones, para hacer de ellas
fuentes y columnas eficientes de forja de los valores morales que
requerimos, para dar paso en la sociedad y el Estado Dominicano al
saneamiento político, social y económico que todos sin excepción
necesitamos, para encontrarnos con la paz, la seguridad y el
desarrollo sustentable.
Para cumplir el cometido que tenemos por delante, sus estudios
aconsejan, que estamos en la obligación de comprender, que constituye
un principios capital, que los valores se viven en casa y se
transmiten a los demás como una forma natural de vida, es decir, dando ejemplo,
siendo primordial, la acción de los padres, a fin de que los niños y los
jóvenes, reciban verdaderas lecciones de cómo practicarlos, en su mayor
expresión y dimensión.
Trazando a su vez, que si bien es cierto, que corresponde a los
padres la responsabilidad de formar y educar a los hijos, estos últimos no
quedan exentos, de los roles que deben asumir en pro de una sociedad mejor,
sobretodo, por depender sus éxitos de valores que se aprenden en casa y se
perfeccionan a lo largo de la vida, según la experiencia y la intención
personal de cada ciudadano o ciudadana.
En cuyos propósitos, llama aumentar los niveles
educativos en nuestros hogares, para comprender en su mayor profundidad,
que el valor de las familias se reconoce y valora, cuando cada uno de sus
miembros asume con responsabilidad y conciencia, el papel que les
ha tocado desempeñar dentro de ellas, procurando no sólo el bienestar propio,
sino también del conglomerado social del que se forma parte.
Criterios los cuales, visualiza como instrumentos
imprescindibles, para la erradicación en los núcleos familiares, de las
gravísimas repercusiones, que ha engendrado la práctica enfermiza
del egoísmo y los sectarismos, así como también, para hacer posible a
través de la práctica de la vocación de bien y amor por el prójimo,
cultivar los cambios que estamos obligados a motorizar.
Al respecto sugiere, que las familias deben soportarse en la
insustituible presencia física, mental y espiritual de las personas en el
hogar, con plena disponibilidad al diálogo y a la convivencia, teniendo por
enlace un esfuerzo consolidado destinado a solidez de los valores
en la persona misma, para que por su intermediación se transfieran
y enseñen a las presentes y futuras generaciones.
Por medio de la convicción, que les trazan sus estudios y conclusiones,
el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), nos llama a los
dominicanos y dominicanos, aprovechar el nacimiento del nuevo año y todo
su transcurso, a fin de que aportemos un correcto orden y prioridad a nuestras
obligaciones y derechos, reforzando las tareas y responsabilidades
que debemos asumir, en la vigilancia y control de las familias y las
diversas instituciones públicas y privadas, para procurar sobre bases firmes
una mejor República Dominicana.
0 Comentarios