Aunque en la
actualidad hay más información, no siempre impacta en el comportamiento y las
creencias
Por El Tiempo / GDA
El diario
El País, de España retomó algunos mitos sobre el sexo, de mediados del siglo
XIX, para revisar qué tanto ha evolucionado la gente frente a ellos.
La primera
conclusión es que pese a que ahora hay más información, esta no siempre impacta
en el comportamiento y las creencias cuando de la cama se trata. Los autores
del curioso reporte echaron mano de algunos apuntes del Libro de la naturaleza,
escrito en 1861 por James Asthon, que en su época era todo un manual de las
artes amatorias.
En él decía, por
ejemplo, que el alcohol y algunos alimentos eran afrodisíacos; eso es falso,
pues hasta ahora no se ha probado que el trago, los mariscos y los brebajes que
prometen maravillas a la hora del sexo sean eficaces. Y aun así muchas manos
recurren a una que otra copa para encender las ganas, y a cuanto preparado se
les atraviesa para mejorar el desempeño.
Y qué tal aquello
de que si se ponen en práctica ciertas técnicas sobre la cama a la hora de la
concepción se puede determinar el sexo de los niños. Decía Asthon que las
mujeres cariñosas y fogosas tendían a engendrar niñas, mientras que las más
apagadas y frías reproducían niños. Aun cuando el género es un asunto
aleatorio, hoy todavía se recomienda a los señores no usar pantalones ajustados
ni bañarse con agua caliente antes del sexo, para no eliminar los
espermatozoides.
Por esa misma vía
se les recomienda lo contrario (meterse a saunas, por ejemplo) si lo que están
buscando es una niña. Con semejantes creencias, imagínense el pánico que
generaba la sola posibilidad de que a los niños se les hablara de sexo; eso
era, palabras más palabras menos, empujarlos por el desfiladero de la
perdición.
Hoy, cómo no, hay quienes
siguen pensando lo mismo. ¡En pleno siglo XXI! Por eso sabemos poco sobre
cosas elementales, como lo referencia El País al comparar la idea que se tenía
hace siglos sobre el tamaño del clítoris con la que hoy campea. Equivocados
todos, que ignoran que este órgano mide entre 3 y 4 pulgadas.
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