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El té verde podría mejorar calidad de vida de personas con síndrome de Down

tttPOR: AGENCIAS

A día de hoy se desconoce qué causa el síndrome de Down. Lo único que la ciencia ha podido definir es que la clave está en una ligera alteración del cromosoma 21.

Este error genético ocasiona desde discapacidad intelectual o alteraciones físicas hasta cardiopatías y otros problemas a los que tanto el niño como la familia deben hacer frente.
Mientras la medicina trata de averiguar qué propicia esa alteración en la llamada trisomía 21, lo único que de momento podemos hacer es desarrollar en los pequeños una adecuada estimulación temprana y una atención médica para ofrecerles una buena calidad de vida donde no falte la inclusión.
Hace solo unos días salió a los medios una interesante noticia que, si bien es cierto que no va prevenir la aparición del síndrome del Down, sí puede aportar a los pacientes más jóvenes una clara mejora en sus procesos cognitivos. En su rendimiento intelectual.
El milagro, por así decirlo, está en el té verde. Te damos toda la información.
El síndrome de Down y el té verde
La noticia de este descubrimiento ha salido en los medios de todo el mundo durante los últimos días. El estudio, publicado en la revista médica The Lancet Neurology, fue llevado a cabo en el Instituto de Investigación Hospital del Mar (IMIM) y en el Centro de Regulación Genómica (CRG), ambos en Barcelona, España.
Cabe decir que, de momento, los resultados son esperanzadores.
Si bien es cierto que el té verde mejora la capacidad y el desarrollo intelectual de las personas con síndrome de Down, todo el trabajo está aún a nivel experimental y no existe todavía ningún fármaco que podamos dar a estos pacientes.
No obstante, los datos son muy significativos y procedemos ahora a detallarte cada aspecto.
El polifenol presente en el té verde
Señalar, en primer lugar, que para observar mejoras en la capacidad cognitiva de las personas con síndrome de Down, no se trataría solo de ofrecer a los niños una o varias tazas de té verde cada día.
La pieza clave de esta esperanzadora noticia está en un tipo de polifenol muy concreto, el galato de epigalocatequina (EGCG).
La investigación ha durado muchos años, en los que se ha experimentado con la terapia génica tanto en ratones como con la mosca del vinagre (recordemos que este tipo de insectos nos permite estudiar nuestro propio genoma humano dado que compartimos con ellas 13 600 genes).
Más tarde, cuando se hallaron los beneficios del EGCG en el desarrollo neuronal y cognitivo tanto de las propias moscas como de ratones, se reunió a un grupo experimental de jóvenes con síndrome de Down para averiguar si los resultados obtenidos a nivel de laboratorio se volvían a repetir.
Los resultados en personas con síndrome de Down
El estudio se hizo en 284 personas de entre 16 y 34 años. Se les pasaron diversas pruebas que tenían una duración de hora y media para ir viendo sus progresos a medida que se les administraba el polifenol del té verde.
En un primer momento los científicos se vieron sorprendidos a la vez que confusos. Los individuos que realizaron las pruebas cognitivas no mostraron demasiadas mejoras.
Sin embargo, cuando les hicieron pruebas de contraste para analizar su actividad cerebral, vieron un aumento notable en sus conexiones neuronales en la región frontal del cerebro.
Esto sugiere, sin duda, un aumento en su capacidad a la hora de procesar la información.
Entonces, si tenían una mejor capacidad neuronal, ¿por qué no se vieron resultados prácticos? Los pedagogos y los psicólogos lo tenían claro. Las personas con síndrome de Down tienen un nivel de atención muy bajo.
Las pruebas, de hora y media de duración cada una, eran demasiado largas. Así pues, al cambiar la metodología y al hacerlas un poco más cortas, los resultados mejoraron.
Expectativas de futuro
Señalamos una vez más que, tal y como nos explican los responsables del estudio, no basta con dar a los niños con síndrome de Down té verde para que mejoren sus capacidades intelectuales.
Las cantidades de té verde que tendrían que consumir para beneficiarse de la EGCG serían unas ocho tazas diarias. No es pues recomendable ni prudente hacerlo, ni tampoco comprar los extractos de té verde que puedan vender en farmacias.
Serán nuestros médicos y especialistas quienes receten este medicamento, llegado el momento.
Quienes más pueden beneficiarse serán los niños más pequeños. Potenciaremos su neuroplasticidad y su conexión neuronal.
Al tratamiento médico se le debe añadir, además, un adecuado programa de estimulación cognitiva para potenciar la atención en los niños.
De este modo, este componente del té verde puede ser maravillosamente eficaz.
Cabe señalar también que cada persona afectada por el síndrome de Down es única y excepcional.
Habrá chicos y chicas con unas mejores aptitudes cognitivas y otros que necesitarán un poco más de ayuda y asistencia.
Favorezcamos entonces su inclusión y la pronta llegada de este tipo de complementos farmacológicos.

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